«Botánica 1», los pañuelos de Xiana Cobo inspirados en la vegetación gallega

10 / 02 / 2020
POR Peña Fernández

 Haciendo de cada pieza en seda un lienzo en blanco, la colección combina tradición e  innovación para dar vida a delicados diseños protagonizados por helechos, algas y eucaliptos.

Xiana Cobo acaba de lanzar su nueva colección de pañuelos “Botánica 1”, una serie de tres diseños creados a partir de ilustraciones originales en acuarela que encuentra inspiración en especies botánicas de Galicia, tierra de la creadora de la firma, a la que cede el nombre. Alga, helecho y eucalipto configuran los estampados de estos productos realizados en seda 100% natural, a través de un proceso que concilia tecnología y artesanía, con técnicas como la estampación digital o el orillo de rulo, y que muestra un compromiso con el medio ambiente.

Hablamos con su creadora, Xiana Cobo para conocer más sobre esta colección que concentra moda, arte y ciencia en una misma pieza.

Cuéntanos un poquito sobre la marca Xiana Cobo

Xiana Cobo es una marca especializada en textil e ilustración. La marca surge a finales del 2019, pero ya existía antes como Walter & Gradiva.
En principio, aquella primera marca estaba centrada en la ilustración en general. Yo trabajaba para la industria textil en Galicia y esto era mi vía de escape. En la industria para la que trabajaba estaba en el departamento de tejidos de plana. Diseñaba vestidos y camisas para mujer y, poco a poco, entré en contacto con el mundo de los estampados.
Sin embargo, trabajar para el gigante se acabó volviendo un poco agobiante, así que empecé a ilustrar libros como “La terrible historia de Miros Gombrowicz” publicada por una editorial efímera, Díaz & Pons, y muy influenciado por Edward Gorey.
Con el tiempo me fui dando cuenta de que, aunque la ilustración editorial y la ilustración textil se pareciesen, eran dos planetas diferentes, resultando más práctico quedarse a vivir en uno. Por otro lado, toda mi formación y esfuerzo había girado en torno a la moda, algo que me apasionaba tanto como la ilustración.

En el 2018, saqué mi primera colección de pañuelos ilustrados todavía compaginando mi trabajo como diseñadora para un fábrica de estampación digital en Portugal.
Finalmente, el año pasado cambié el nombre de “Walter & Gradiva” por mi nombre, Xiana Cobo y decidí dedicarme a ello en exclusiva.

Modelo: Laura Soso

¿Y sobre Xiana Cobo persona?

Nací en Ortigueira, un pueblo al norte de Galicia, hace 37 años. A mi padre lo habían destinado allí como médico de familia y justo ese año nací yo, la tercera de tres. Aquello es muy verde y mi madre también es médico, así que crecimos entre conversaciones sobre patologías y helechos.

Nos mudamos a una nueva casa a las afueras cuando yo tenía 11 años. Crecí en una finca de castaños flanqueada por eucaliptos, y con tardes de pesca y viendo a mis padres hacer… Porque esa casa casi la construyeron toda con sus manos. Mi padre dedicaba todas sus tardes a resolver problemas de fontanería: sobre todo cómo subir el agua desde la fuente que había en la parte baja de la finca…

Desde pequeña siempre me gustó dibujar y los tejidos. Mi madre tenía muy buen gusto y compraba telas preciosas, nos encargaba ropa en la modista y cosas para casa. Yo con los retales que sobraban, le hacía prendas a mis Barbies. Cuando acabé el instituto, me fui a Santiago de Compostela y estudié Historia del Arte, lo compaginé con estudios en teatro y bastante juerga. Era joven y tenía claro que debía dedicarme a algo creativo, pero todavía no sabía a qué.
Finalmente, el verano que terminé mis estudios me fui a Edimburgo y allí recordé todo lo que más me gustaba hacer. Volví a Santiago y me matriculé en la Escuela de Diseño de Moda. Nunca trabajé tanto en mi vida, y enseguida encontré trabajo en la Industria.

Acabas de lanzar la colección de pañuelos Botánica 1, ¿qué te llevó a elegir el pañuelo como prenda donde volcar tu creatividad?

Me encantan los objetos útiles y bellos a la vez. También me gustan los objetos inútiles si hay algo de verdad en ellos. Un pañuelo es un cuadrado, es casi una obra que puedes colgar en la pared, pero también puedes ponértelo en el cuerpo. Es genial porque lo tiene todo.

El pañuelo ha sido un soporte en el que volcar mi compulsión estampadora. En estos últimos años la creación de estampados ha vivido un auge y se le ha dado relevancia a figuras femeninas que se han dedicado a esto en el pasado, figuras como Sonia Delaunay, Tammis Keefe, etc. Hasta entonces, era un campo dentro de la ilustración considerado menor, pero ahora eso ha cambiado.

Además, desde el punto de vista textil es sencillo de hacer. Solo requiere un remate.

¿En qué se inspira esta colección?

Botánica 1 es el principio de una serie que se inspira directamente en las ilustraciones naturalistas de la época de las grades exploraciones científicas que comenzaron en el SXV y se extendieron hasta el XVII. En los equipos de expedición a los nuevos mundos iban ilustradores y botánicos. Ya antes de Darwin, estos seres extraños, entre artistas y científicos, serían los encargados de documentar todos esos descubrimientos… Me fascinan estas figuras. Además, entre los mejores, ya desde el principio encontramos figuras femeninas como Maria Sibylla Merian, Marianne North…

¿Cuál es la conexión con Galicia?

Es absoluta. Lo es porque ilustro especies con las que siento un vínculo directo, biográfico y vital. Poco importa si son especies invasoras, exóticas o autóctonas. No las juzgo, como no las juzgaba de niña, cuando recogíamos hojas de todo tipo y mirábamos hacia lo alto con una mezcla de admiración y miedo.

Adoro los helechos, las algas de la playa, los castaños y la margarita pulguera… todos ellos son mi infancia. Pero, por lo mismo, también me fascina el eucalipto.
Ocurre que con el eucalipto en Galicia se dan reacciones muy viscerales. En un mercado en el que estuve estas navidades, algunas personas decían que les encantaba ese diseño, pero que sus ideas no les permitían comprarlo. Lo entiendo perfectamente. Las plantaciones salvajes que se han hecho en los montes con esta especie de rápido crecimiento, la dejadez de los montes por parte de unos propietarios empobrecidos y la actuación de una Xunta que, con frecuencia, se lava las manos, ha dado lugar a muchos incendios y abandono, es decir, ha dado lugar al rechazo casi sistemático.
Pero la especie no tiene culpa. Cada árbol es solo una forma de vida más, que no ha decidido si nacer o no ahí. Y, como dice Benedicta en “Lo que arde”, solo “hacen sufrir porque sufren”…

¿Qué técnicas y procesos intervienen en el diseño y la realización de los pañuelos?

Mi punto de partida siempre es el mismo: diseño algo que me gustaría ponerme y que no encuentro. Parece obvio, pero a mí me costó tiempo darme cuenta de ello. Como vengo de hacer estampados continuos para prendas de mujer, allí ya practiqué mucho esto. Sin embargo, hacer pañuelos, aunque se parezca, es otro mundo. Con los pañuelos pienso mucho en colores y temas. Una vez que tengo claro el tema con el que quiero trabajar elijo la técnica.

Para esta serie Botánica he utilizado la acuarela. Es una técnica que requiere experiencia y tras algunos años trabajando para fábricas de estampación digital coges soltura en ellas. Es un medio que a los fabricantes les encanta porque resalta el valor de lo digital frente a la estampación rotativa tradicional que requiere la separación de colores y es más trabajosa.
Antes de producir, hago pruebas de color y trabajo con cartas para no llevarme sorpresas. Aunque la verdad es que la seda es una gozada porque todos los colores aparecen resaltados y se ven bonitos en ella, aunque, a veces, brillan demasiado y hay que tener cuidado..

¿Qué importancia se concede a la tradición en la creación de los pañuelos?

Cuando empecé a hacer pañuelos pensé que iba a ser más fácil porque solo había que diseñar el motivo, hacerles un remate, y ya tenías tu producto listo. Pero, ¿qué motivos diseñar? Y ¿qué remate era el adecuado?

Al principio, cada diseño de pañuelo es como un lienzo cuadrado en blanco. Una podría hacer lo que quisiera en ellos. Pero la verdad es que hay que tener en cuenta que cuando la seda se pliega envolviendo el cuello gran parte del motivo desaparece. Enseguida empecé a entender mejor el énfasis de Hermès en los colores vivos, las orlas y las geometrías intrincadas.

Por otro lado, el remate a máquina no me gustaba porque era demasiado impersonal e industrial. Me gustaba la idea de concederle a cada uno el tiempo que se merece.  Así que, lo primero que hice fue aprender a hacer yo el orillo de rulo tradicional de casas como Hermès. Me llevó mucho tiempo aprender la técnica. Es más de costureras que saben bordar y requiere unos dedos delicados, además de entrenados y firmes. Hacer cada orillo me llevaba mucho tiempo así que decidí buscar ayuda y, tras varios intentos fallidos, encontré a una mujer en Lugo que por fin sabía hacerlo.
Estoy muy orgullosa de recuperar una técnica que está prácticamente en desuso.

Botánica 1 manifiesta un compromiso con el medio ambiente ¿cómo lo pone en práctica?

Excepto el papel de seda de los envoltorios, que se lo encargamos a una empresa de Nueva Zelanda, porque nos gusta muchísimo su compromiso con el medio ambiente, el resto de los materiales los producimos lo mas cerca de nuestro lugar de trabajo para reducir la huella de carbono. La papelería y los sobres para los envíos, los encargo en tiendas del barrio. Tratamos de producir el menor número de residuos y nunca usamos plástico en los envíos. Por ejemplo, reciclamos los recortes de la seda para nuestras etiquetas. También compramos el tejido de los pañuelos de algodón en stocks, de manera que trabajamos en función de las cosas que ya hay.

En el proyecto, la fotógrafa Ana Paes juega un papel fundamental ¿cómo surge la colaboración y cómo la lleváis a cabo?

Cuando empecé con el proyecto tenía claro que quería darle importancia a la imagen, que fuera algo especial, que hablara del vínculo que siento con la moda como expresión artística. Quería que la imagen formara parte del proyecto, no solo para mostrar mis pañuelos, sino como parte fundamental de ellos. Fue ahí cuando decidí hablar con Ana Paes. Nos conocemos desde la Universidad y me siento muy conectada con su trabajo porque explora cuestiones que a mí también me interesan. Desde el principio, se entusiasmó con el proyecto y, como nos conocemos bien, todo fluyó de manera natural. Ambas estamos muy cómodas y eso es muy importante para trabajar.

Las dos sentimos curiosidad en su momento por el mundo del teatro, hicimos la carrera de Historia de Arte juntas, y hemos compartido muchas conversaciones, viajes y tiempo.
Ana trabaja con película y cámaras analógicas. Hay una profunda delicadeza en sus fotos que, al final, se convierte en rasgo de carácter. Esta fragilidad aparente gana fuerza con la experimentación y el carácter procesual de su obra. Desde el principio estuvo a mi lado, al menos, tan cerca como la distancia nos permite, pues ella vive en Madrid y yo en Galicia.

Como punto de partida, primero le muestro en lo que voy a trabajar, en lo que me inspiro, los colores que quiero usar, etc. Y así, vamos conversando con imágenes y palabras sobre lo que queremos hacer.

Al final, el resultado es algo que surge de las dos y para las dos. La sesión de fotos es fruto de un encuentro colaborativo, no de algo que yo imponga. Así queríamos que fuera desde un principio y así queremos que siga siendo.

¿Qué proyectos podemos esperar de Xiana Cobo en el futuro? ¿Habrá más series de pañuelos?

Sí, habrá mas series. Ahora mismo estoy trabajando en Botánica 2. Otra serie en la misma línea naturalista pero con especies muy diferentes.
Por otro lado, estamos también trabajando en la fotografía de la siguiente colección que se llama Eclipse. Por ahora estamos en la fase de preparación: localización, modelos, vestuario, etc. Queremos hacer algo que nos haga salir de nuestra zona de confort. Estamos emocionadas con Eclipse porque es muy distinta a Botánica.
Este año me gustaría experimentar con otras calidades y técnicas.
Últimamente, Ana y yo le estamos dando vueltas a la idea de hacer algún proyecto de diseño conjunto. Pero esto todavía está muy verde y no sabemos cómo y cuándo verá La Luz.

Por otro lado, estoy muy enganchada al bordado así que no descarto hacer algún pañuelo o complemento “intervenido”.