‘El descenso’, álbum apocalíptico de Caliza

23 / 11 / 2021
POR Irati Fernández

La pandemia, la recopilación de datos y el cambio climático son algunos de los ejes sobre los cuales se centra su nuevo disco de electropop. En #VEINDIGITAL hablamos con ella.

Caliza es el alias musical de la madrileña Elisa Pérez, que, tras más de un lustro involucrada en otras bandas como baterista, lanza su tercer disco, ‘El descenso’. Esta nueva entrega suena a electropop (también dub, ambient, baladas…), pero trata temas tan oscuros y acuciantes como la supervivencia y la voluntad de prevalecer en un mundo colapsado por el cambio climático. Lo ha producido junto a Raúl Pérez en La Mina, Sevilla y será editado por Caliza en su propio sello, ‘No Retorno’.

Las canciones del disco acumulan perspectivas sobre una misma temática: «Gradualmente fui comprendiendo la magnitud y transversalidad de este problema y su inherente relación con el sistema económico y productivo en el que vivimos y que consideramos inamovible«. Hay temas que abrazan la ecoansiedad como ‘Miedo’, otros de corte distópico como ‘Fiesta del colapso’ e incluso algunos como ‘Abandona’ en los cuales se nos invita a renunciar a las aspiraciones contemporáneas por las consecuencias devastadoras que implican y que imposibilitarán un futuro remotamente parecido a nuestro presente.

La inspiración para el disco surge en un momento muy duro de tu vida personal y de la vida social con la pandemia ¿Fue el proceso creativo un proceso terapéutico?

Materializar en canciones sentimientos o ideas que a veces son difusas siempre tiene algo de terapéutico, aunque me da un poco de grima verlo desde una perspectiva como de autoayuda. Sí que creo que en las canciones consigo expresar cosas que no sé verbalizar o explicar de otra manera, y eso es muy satisfactorio.

Hay una visión muy negativa de nuestro futuro en tus letras. ¿Sientes miedo o alivio ante la certeza de que nuestros sistemas tal y como los conocemos están llegando a su fin?

Tengo miedo porque estoy bastante segura que viviremos cosas cada vez más desagradables. Alivio no sabría decirte… sí que hay algo de extraordinario en ser testigos de una época como esta. Nunca pensamos que viviríamos en un momento tan transcendental de la historia, solíamos pensar que los grandes dramas o conflictos forman parte del pasado y que el progreso iría surtiendo sus mágicos efectos para que todo fuese siempre a mejor. Y ahora resulta que las cosas se desmoronan, la lógica del sistema está llegando hasta sus últimas consecuencias. Todo va a cambiar sí o sí, cuanto antes lo aceptemos y nos adaptemos, menor será el golpe, pero por ahora estamos en fase de negación. Podría ser un cambio a mejor pero no creo que vaya a ser el caso. Me aliviaría más que llegase esa solución tecnológica milagrosa en la que confía tanta gente, pero no está, ni se la espera.

Pese a tratar temas acuciantes y desde una visión lúgubre de nuestras perspectivas, encuentro cierto grado de humor en el videoclip de ‘Nuestros restos’ y en el contraste entre lo cándido y lo oscuro de las letras. ¿Cómo transforma el humor los temas que tratas? ¿Te da miedo desvirtuarlos?

Trato de aplicar mi sentido del humor a lo que hago, supongo que el humor es un mecanismo de supervivencia que nos permite mirar las cosas desde otra óptica y asimilar realidades que no nos gustan. Si tuviera que racionalizarlo, diría que al tratar temas tan cenizos en las letras a veces necesito rebajar un poco el tono, pero tampoco es exactamente eso. Tal vez sea una especie de coraza para defenderme a mí misma de las ideas que planteo. Por ejemplo, en ‘Miedo’, cuando ya tenía toda la canción hecha con su letra, añadí unos ad libs que a ratos contradicen o incluso se burlan de la voz principal. Creo que hace que la canción funcione mejor, que es lo que al fin y al cabo busco.

¿Existe la posibilidad de un capitalismo ético?

No sé mucho de economía, pero si el capitalismo se basa en un crecimiento perpetuo con el objetivo de maximizar las ganancias minimizando los costes, lo dudo mucho. Puede haber buenas prácticas en ciertos eslabones de la cadena, pero en su totalidad, es insostenible porque se basa en unos principios injustos y falsos.

En el vídeo vemos paisajes distópicos, y entendemos que tú, la protagonista, te encuentras en el futuro. ¿Qué posibilidades narrativas te ofrece el género distópico en cuanto a los conceptos del disco?

En realidad me da un poco de rabia tener que recurrir a la distopía para reflejar algunas cuestiones que quiero contar. Al fin y al cabo, una distopía siempre es ficción, ya que no podemos conocer el futuro al 100% y nos lo tenemos que inventar, por mucho que tengamos unos parámetros muy claros que apunten hacia escenarios terribles. Pero al componer música, especialmente letras, siempre tienes que hacer un trabajo de síntesis. Y gracias a un imaginario cultural compartido puedo decir cosas como “unos nuevos bichos que trajeron el tifus” o “lo poco que aquí queda saben bien donde encontrarlo y a quien deben entregarlo” y que el oyente complete la escena, que entienda de lo que estoy hablando, aunque no sea del todo riguroso científicamente.

El imaginario que empleas bebe mucho de la ciencia ficción, ¿Quiénes son tus referentes estéticos?

La ciencia ficción es algo que me ha ido interesando más en los últimos años, pero no soy ninguna experta. En cuanto a referentes concretos, se me da muy mal diseccionar mis propias influencias. Hay algunas películas que me han impactado mucho, como ‘Melancolía’, ‘Under The Skin’, ‘Hijos de los hombres’ o ‘Threads’, o series como ‘Years and years’ o especialmente ‘El colapso’, que no sé si serían ciencia ficción o simplemente distopías bastante realistas. También algunos libros de ciencia ficción clásica, como ‘La voz del Amo’ de Stanislaw Lem. Nunca podemos saber con exactitud si ciertas obras predicen el futuro o por el contrario, lo moldean. Seguramente sea una mezcla de ambas.

¿Qué simboliza el caballo de la portada?

La portada es de Julián Cruz y fue idea suya poner al caballo. En la portada vemos un caballo, pero en el vinilo, en la contraportada, hay otros tres. Serían los caballos de los cuatro jinetes del apocalipsis. Los jinetes ya no están, y los caballos pastan a sus anchas en un paisaje desolado. Julián llevaba tiempo dándole vueltas a una frase de la última temporada de ‘Twin Peaks’, “the horse is the white of the eyes”. El blanco del ojo, la parte del mismo que se ve cuando apartamos la mirada de algo, cuando miramos hacia otro lado. El caballo blanco podría simbolizar eso.

Has llegado por tu cuenta a este sonido tan especial ¿Cómo empezaste a tocar y a interesarte por la música?

De adolescente empecé a interesarme por la música pero sin ningún motivo en concreto, escuchando a los Beatles en el coche y cosas así, no es que tuviera ningún referente especial. De niña había dado clases de piano muy infructuosas porque no me interesaba nada, pero con 14 años vi a Meg White tocando la batería en la tele y decidí que quería tocarla. Más adelante empecé de batería en grupos de indie y poco a poco, trasteando con Garageband y poniendo en práctica lo que había ido aprendiendo de mis compañeros de grupo, empecé a componer. En los últimos años he vuelto a retomar las clases de piano, de manera muy intermitente, pero ya voy entendiendo más de armonía y aplicándola a las nuevas canciones.

En distintas letras encontramos alusiones al espionaje digital de la recopilación de datos… ¿Qué hace este tema importante para ti?

Es otro tema que me quita bastante el sueño. Entregamos toda nuestra información sin pestañear, pensando que solo será usada para intentar vendernos cosas con buen tino, pero cada vez estamos más moldeados por la manera en la que recibimos la información, cada vez más específica y orientada a nuestro perfil concreto, lo que llaman cámaras de eco. Me imagino un futuro de desastres climáticos y ecológicos constantes, los recursos controlados por unas élites, una situación de guerra por ejemplo en la que se sepa absolutamente todo de cada uno de nosotros. Nuevamente suena a distopía, a ciencia ficción, pero todo se andará.

Has hecho tú misma la ropa de los directos y el vídeo a partir de prendas de segunda mano, ¿Qué relación o interés tienes por el mundo de la moda? ¿Qué conflictos te plantea?

La verdad es que el mundo de la moda no me gusta nada. Es una de las industrias que perpetúan de manera más evidente la obsolescencia continua, es de las más contaminantes, y responsable de que vivamos constantemente acomplejadas (especialmente las mujeres), además de vampirizar sin escrúpulos cualquier causa social que se tercie. Me gusta la ropa, como a todo el mundo, el componente estético y lúdico, pero no la industria.

¿Qué podemos esperar en cuanto al directo?

Ahora mismo tengo el directo planteado en formato dúo, voy con Laura Prieto que toca el bajo y yo lanzo las bases, toco sintes y canto. En el disco anterior había muchas canciones que no tenían variación armónica, todo iba sobre la misma rueda, y entonces podía ir construyendo los temas en directo a base de loops. Ahora no puedo y me da un poco de rabia. Tal vez más adelante, si fuera posible, me gustaría tocar con una banda completa, con batería incluso, aunque después de años tocándola no sé si es un trasto que querría tener que transportar. Presentamos disco el 2 de diciembre en Siroco (Madrid). Después tocaremos el 11 en Málaga en una fiesta del Málaga Popfest, y esperamos anunciar pronto más fechas.