El Romanticismo avant-garde de 113 MAISON

21 / 08 / 2018
POR Belén Rubiales

Encuentran la belleza en las imperfecciones y en lo incompleto. Confeccionan las prendas una a una y con tejidos crudos que tratan ellas mismas. Hablamos con Mariona y Jorgina, impulsoras de esta firma alejada de convencionalismos.

 

 
Mariona Puig, fotógrafa, y Jorgina Carrera, patronista, supieron conjugar ambos mundos profesionales y aunaron, a la vez, sus potentes esferas internas para alumbrar 113 MAISON, marca ganadora de la segunda edición del concurso 080 Barcelona Fashion. Una de sus mayores luchas, que batallan sobresaliente, es encontrar su propio espacio, su propia esencia, ser únicas y aportar con su visión al vademécum de la moda.
Su personalidad se palpa en las siluetas, en la fotografía. Esa estética dark suya, tan característica, se mezcla con aquellos principios propios del Romanticismo, con esa reacción revolucionaria que confería prioridad a los sentimientos y se alejaba de la razón y el perfeccionismo. Aseguran que dotan las prendas con alma haciéndolas una a una, y aunque 113 MAISON parezca rememorar otros tiempos, dicen quedarse con el presente.

Os conocisteis cuando ambas estudiabais en la misma escuela en Barcelona. Pero, ¿cuándo y cómo surgió la idea de crear algo juntas?

Somos pareja y desde el principio colaboramos en los proyectos de la otra, ayudándonos, apareciendo en ellos o intercambiando ideas. De esto ya hace seis años. Más adelante empezamos a trabajar para el mismo diseñador y nos dimos cuenta de que queríamos crear algo juntas desde cero. Así empezó el proyecto. Ahora ya llevamos 3 años con él y es una gran satisfacción ver cómo va creciendo poco a poco.

¿Quiénes son Mariona y Jorgina, y por qué hacéis lo que hacéis?

Tenemos un vínculo muy fuerte. Aparte de ser pareja somos muy buenas amigas y compañeras, nos hemos hecho la una a la otra. Sin embargo, seguimos teniendo diferentes intereses e inquietudes que trabajamos por separado. Por ejemplo, Mariona es fotógrafa y desarrolla sus proyectos individualmente -ahora se está especializando en procesos de revelado experimentales-.

Sentimos una gran pasión por nuestras especialidades (fotografía, confección y patronaje). Siempre estuvimos muy centradas en lo que queríamos hacer en el futuro. Tuvimos mucha suerte de poder empezar con este proyecto, ya que nuestra familia nos apoyó y nos ayudó al principio, cuando no teníamos muchos recursos. Aunque nunca hemos abusado de ello. La finalidad de hacer esto siempre ha sido poder vivir haciendo lo que nos gusta.

Nos enfocamos mucho en encontrar nuestro rincón, en ser únicas y en poder aportar algo distinto que nunca se haya hecho antes. Siempre somos fieles a nuestros valores y a nuestra identidad, que intentamos explotar cada vez más. Es lo que nos hace felices.
 

Tenéis una identidad dark muy marcada. ¿De dónde proviene y en qué os inspiráis?

Creemos que nuestra identidad está marcada por nuestra vida, nuestra personalidad, nuestros intereses y todo lo que nos rodea. Las dos somos un poco introvertidas, y cuando nos concentramos en nuestro trabajo nos solemos aislar con facilidad. A Jorgina siempre le ha gustado la música, desde pequeña toca el violín y el piano. La delicadeza y precisión que se necesita para tocar esos instrumentos son cosas que luego se notan en nuestras prendas. Y, evidentemente, la influencia del trabajo más personal e íntimo de Mariona es innegable en la imagen del proyecto. Lo que más nos inspira es la construcción de las prendas en sí.

La mayoría de vuestras prendas parecen transportarnos a otra época. ¿En qué otro tiempo os hubiera gustado vivir?

Mucha gente nos ha dicho que algunas de nuestras siluetas evocan sutilmente al periodo del Romanticismo y Posromanticismo. Creemos que fueron unos períodos muy interesantes aquí en Europa, y también lo que pasó en los años posteriores, hasta los 40.

Pero nosotras nos quedamos con el presente. Puede que en muchas cosas esta época no sea la mejor, pero tenemos más libertades, más recursos y avances científicos y tecnológicos que nos lo hacen todo más fácil. Todas las épocas son buenas para unas cosas y malas para otras.

Puede que en cuanto a moda se refiere, este no sea nuestro momento predilecto. No nos interesa mucho lo que se está haciendo ahora, pero sí que nos fijamos y nos sentimos identificadas con los movimientos más avant garde. Nos resulta imposible concebir nuestra marca en otro perÍodo que no sea la actualidad; lo que hacemos no deja de estar influenciado por el mundo contemporáneo.
 


 

¿Cómo fue ganar la segunda edición del concurso 080 Barcelona Fashion? ¿En qué os ha cambiado profesionalmente?

Nos hizo mucha ilusión y fue un placer que el jurado nos eligiera a nosotras. Gracias a ello pudimos acceder a una pop-up en el REC de Igualada, y eso nos ayudó a tener más exposición ante un público muy variado. Evidentemente, también a darnos a conocer más.

Lo mejor fue conocer personalmente a nuestros clientes, estar en contacto con ellos y averiguar qué les gusta, cómo se sienten con la ropa, si les parece cómoda… Ha sido muy importante para poder seguir mejorando.

Miguel Ángel decía que cada bloque de piedra tenía una estatua dentro, y era tarea del escultor descubrirla. En vuestro caso también dejáis que cada pieza desarrolle su propia personalidad. ¿Cómo es ese proceso?

Es exactamente como lo describes. Cuando estás estudiando diseño de moda te enseñan a buscar un concepto, investigar, diseñar un conjunto de prendas y siluetas que tengan concordancia y cohesión entre ellas, que sean familia. Nosotras nunca hemos podido trabajar así. No se nos da bien y en nuestro caso tampoco funcionaría.

A partir de un tejido decidimos qué prendas vamos a diseñar. Entonces intentamos entender el tejido, cómo va a reaccionar a la confección, qué acabados funcionan mejor y cómo será la caída de la prenda. Entonces, llega el paso más difícil, que es hacer esa prenda “rara”, que no sea común. Este proceso puede llegar a ser muy largo, a veces estamos pensando y cambiando una misma pieza durante semanas y al final el resultado es genial. Otras veces, cuando no funciona, se descarta y se empieza desde cero. Y luego otra prenda por separado, que no tenga nada que ver con la anterior.
 

Si seguís creciendo, que lo haréis, ¿confeccionareis de igual modo todas las prendas a mano, una a una?

De momento somos sólo nosotras dos. Diseñamos, patronamos, confecciamos, nos encargamos de la imagen, la fotografía… Nos ocupamos absolutamente de todo.

Los períodos de confección son sin duda los más dramáticos. Pero hemos aprendido a trabajar bajo estrés y presión. Al final, nosotras somos las que conocemos mejor que nadie las prendas. A Jorgina le gusta mucho coser y para ella es una parte fundamental del proceso creativo. La única forma de dar alma a las prendas es hacerlas una a una, y así lo hacemos en nuestro estudio. Eso también nos da la oportunidad de hacer cada pieza con distintos detalles.

Si en el futuro fuera estrictamente necesario, buscaríamos a alguien como nosotras, que entendiera la marca, su filosofía y su estética.

¿Con qué tejidos trabajáis normalmente?

Trabajamos con tejidos naturales. En la primera colección compramos los mejores tejidos que pudimos encontrar con muy poco presupuesto. Pero ahora que el dinero ya no es un impedimento podemos permitirnos tejidos más interesantes y más especiales. Siempre recordamos la primera vez que fuimos a Premiere Vision (una feria de tejidos). Hay tejidos increíbles, pero no te los dejan comprar porque ni siquiera te escuchan. No eres nadie si no puedes comprar un mínimo de 100 metros. Cada diseñador pequeño se tiene que buscar la vida para conseguir buenos tejidos.

Ahora trabajamos con linos, algodones, lanas y algún neopreno. Nos gusta que sean naturales, simplemente porque son más cómodos y se sienten mejor en el cuerpo.
También hemos empezado a usar cupro, tiene una textura sedosa y además proviene de tejido reciclado. Solemos comprar tejidos crudos porque así los podemos teñir y tratar como queremos.
 

Las prendas rasgadas son una constate en 113 Maison. ¿Es posible encontrar la belleza en las imperfecciones?

Las imperfecciones son peculiaridades que se manifiestan durante el proceso de construcción de la prenda, y muchas veces es una imperfección buscada. Eso le da a la pieza una singularidad y elegancia que no se consigue de otra forma. Así que sí, hay belleza en las imperfecciones y en las cosas incompletas.

Cada vez más buscamos crear piezas con esencia propia y que tengan personalidad. Ahora estamos muy enfocadas en la abstracción de la prenda. Queremos crear prendas que sean menos concretas.

El volumen es otro de vuestros puntos fuertes, ¿hay algo de simbólico en él?

El volumen lo sentimos como algo muy nuestro. Para nosotras es importante sentirse cómodo al vestirse, por eso muchas de nuestras piezas son holgadas y oversized.

Cuando terminamos de estudiar y decidimos irnos de Barcelona, Mariona estaba preocupada porque no sabía qué chaqueta iba a llevar ese invierno en un clima mucho más frío. La primera prenda que diseñamos para la marca fue la 113 Jacket. Tardamos 2 o 3 días en hacerla, surgió de forma muy natural y hoy en día es una de nuestras prendas favoritas de la colección permanente. Muchas están diseñadas a partir de ideas y patrones que ya hemos usado antes y que queremos mejorar o tratar desde otra perspectiva.
 

¿A quién os gustaría ver con algo de 113 Maison? ¿Quién sabría encarnar sin problema vuestra identidad y defender vuestros valores?

Creo que los modelos que usamos representan muy bien nuestra identidad y nuestros valores. Nos gusta usar como modelos a amigos o a personas con las que tenemos una relación especial. Personas que creemos que aportan algo nuevo o diferente al mundo con su trabajo o sus ideas, ya que de alguna forma nos sentimos identificadas con ellos. Tal vez en sus rarezas o en su forma de ver las cosas. Nunca podríamos escoger a un modelo solamente por su físico.

Aunque hagamos vestidos y algunas prendas más “femeninas”, los chicos también se pueden vestir con nuestra ropa. Por ejemplo, uno de nuestros mejores amigos y artista favorito, con el cuál solemos colaborar y que además siempre nos hace de modelo, es Enric Bages. Su sensibilidad, sencillez y humanidad son un referente para el proyecto.
 


 

www.113maison.com