El Museo Thyssen organiza la primera gran retrospectiva en nuestro país dedicada íntegramente a la figura de la artista, como singular homenaje a los años que pasó viviendo en Madrid.
Nos colamos en pleno montaje de la próxima exposición del Museo Thyssen de Madrid para entrevistar a su comisaría, Marta Ruiz del Árbol, quien nos cuenta todos los detalles que se ocultan tras “Sonia Delaunay. Arte, diseño y moda”, la última gran retrospectiva del museo dedicada a una Mujer-Artista, que podremos visitar desde el 4 de julio hasta el 15 de octubre.
¿Difícil definir a Sonia Delaunay?
Sin duda (risas). Yo lo haría señalando que fue una artista de la primera vanguardia que se destacó por crear junto a Robert Delaunay, su pareja artística y vital, el movimiento simultáneo. Añadiendo que debido a su innato carácter multidisciplinar, supo diferenciarse de él convirtiéndose en una artista total que no solamente se dedicó a la pintura, sino que extendió su ideario artístico a todos los ámbitos de la vida, desde la moda, al diseño publicitario, el textil o el diseño de libros.
¿Por qué una exposición sobre ella en el Museo Thyssen?
Bueno ya hicimos una exposición conjunta sobre ella y Robert hace 15 años. En aquella ocasión nos centramos en su carácter como pintora, y nos quedó como asignatura pendiente poder analizar todo su desarrollo como artista, porque si únicamente te ciñes y observas esa faceta suya, te estás perdiendo gran parte de lo que fue.
Además desde el museo sentíamos que debíamos reivindicar esta etapa que pasó en Madrid, donde vivió durante algunos años de su vida.
¿Por qué ahora?
Bueno es un momento en el que se está reivindicando mucho tanto su obra como su figura. Ya se han realizado varias retrospectivas sobre ella en diferentes puntos del mundo, y sin embargo aquí su papel como artista sigue un poco en el aire. Era una asignatura que nuestra ciudad tenía pendiente, y decidimos que debíamos intentar hacerle esta especie de homenaje. ¡Y aquí está! (risas).
Tres diseños de Sonia Delaunay de 1919 (1) y 1923 (2)(3).
¿Dónde dirías que recae su relevancia e importancia como artista?¿realmente llego a influir en los movimientos artísticos de su tiempo, y por ende, en la evolución de la Historia del Arte?
Si nos ceñimos a lo que consideramos como Bellas Artes, entonces es difícil separar su repercusión como artista de la de Robert. Juntos crearon un tándem que cosechó una enorme relevancia en el desarrollo del arte del siglo XX, creando una nueva vanguardia e influenciando en movimientos como “El jinete Azul” y en artistas como Franz Marc o August Macke.
Y ya centrándonos en Sonia y en su papel como artista-diseñadora, ella supo desarrollar muy bien esa idea de “arte total” tan enraizada con sus orígenes rusos, y que la condujeron a realizar lo mismo que artistas como Goncharova o Aleksandra Ekster, que también llevaron el arte a ámbitos como la escenografía teatral o el diseño de tejidos. Es en esta faceta donde pienso que su trabajo tiene una importancia que todavía está por reconocer, a pesar de que como hemos comprobado mientras preparábamos esta exposición, sus obras siguen siendo fuente de inspiración para diseñadores y colecciones de moda actuales.
Se convirtió en la primera mujer en exponer en vida dentro del Museo del Louvre. Eso fue en 1964, pero hemos tenido que esperar hasta 2017 para que se le organice una muestra en solitario en nuestro país. ¿A qué crees que se ha debido este retraso?
El primero de los factores que señalaría es el que ya mencionaba, y es que durante mucho tiempo el tándem Robert-Sonia era prácticamente inimaginable por separado. Y después está el hecho de que en un museo de Bellas Artes no había cabida para eso que conocemos como Artes Menores o Artes Aplicadas. No se les daba la importancia que están cobrando ahora mismo.
¿Podríamos decir entonces que ese carácter multidisciplinar del que hablábamos perjudicó su valoración como artista?
Durante una época se la encasilló. Era la pareja de un pintor que realizaba Artes Aplicadas, y eso la ha hecho aparecer en los manuales de Historia del Arte de una manera más sesgada de como se habría merecido.
Diseños para cuatro chales para el ballet Cleopatra, 1918.
Pero sin embargo a lo largo de su vida sí fue una artista reconocida, ¿dirías que su trascendencia artística se ha diluido con el paso de los años?
No es tanto como que su obra cayese en el olvido, pero sí que ha pasado por unos años en los que no se reivindicaba con la fuerza con la que se hace ahora.
Justo después de la Segunda Guerra Mundial se rechaza cualquier motivo, se busca la abstracción por la abstracción, y todos aquellos que estaban aplicando sus teorías artísticas a la vida cotidiana como lo hacía Sonia, de pronto pasaron a ser considerados artesanos y dejaron de estar en primera línea.
¿Hemos empezado entonces a considerar otras manifestaciones artísticas como dignas de objeto de estudio, y precisamente ese cambio de mentalidad es el que ha propiciado en cierta manera poder organizar esta muestra?
Diría que sí. En estos años ha habido una demanda constante de multitud de artistas, entre ellos muchas mujeres, para que esos trabajos considerados de “Arte Menor”, y tradicionalmente ejercidos por la mujer, pasen a estar considerado como “Arte Mayor”.
Eso junto a estudios de disciplinas y de genero, y la reivindicación de otros tipos de arte más allá del tradicional arte occidental, tiene mucho que ver con que seamos capaces hoy de analizar de otra manera y con otra perspectiva la obra de Sonia Delaunay.
(1) Extracto de ‘La prosa del Transiberiano y de la pequeña Jehanne de Francia’, 1913. (2) Dos figurines para el ballet Cleopatra, 1918. (3) Obra ‘Ritmo color’ de 1964.
Hemos señalado sus diferentes facetas como pintora y diseñadora de telas, vestidos y libros, ¿todas ellas están presentes en la exposición?¿qué encontraremos en ‘Sonia Delaunay. Arte, diseño y moda’?
En la exposición vamos a encontrar desde vestidos a libros, diseños publicitarios y por supuesto, pinturas y obras en papel.
Hemos organizado una exposición alejada de lo que sería una retrospectiva al uso, profundizando en esos años centrales de su vida en los que Arte, Diseño y Moda estuvieron completamente fusionados, con Madrid como corazón de la muestra. Lo que pretendemos también es demostrar que al contrario de lo que en muchas ocasiones se ha querido presentar, su etapa en nuestro país no supuso un paréntesis en su vida.
¿Cómo está siendo para ti la experiencia de bucear en el universo de color de Sonia Delaunay? ¿Has descubierto aspectos de ella que desconocías?
Muchísimos. Fue una enamorada del color, y eso que en ella aparece de manera tan intuitiva y natural a pesar del trabajo que lleva detrás, sorprende con cada nueva caja que llega y con cada nueva obra que recibimos. Da igual cuantas obras suyas hayas visto sobre el papel o de cuanto hayas leído sobre ellas, cuando de repente tienes ante tus ojos un conjunto de piezas como este, es una explosión de color verdaderamente fascinante. Tienen tantísima fuerza…
¿Qué obra de las que se muestran es la que ha captado más tu atención?
Una de las que esperaba con mayor expectación es el abrigo que hizo para la actriz Gloria Swanson. Es una pieza que coincide con la figura central de “Vestidos Simultáneos”, uno de los lienzos que tenemos en el museo, y poder mostrar esa comparación era una de las metas que perseguía con esta exposición. Esa y un pequeño gouache del año 38, una composición abstracta a base de círculos, son las obras que más me han fascinado hasta el momento.
(1) Obra ‘Vestidos Simultáneos’, 1925. (2) Abrigo para Gloria Swanson, 1925.
Retomando esa etapa española del matrimonio, parte central de la exposición, ¿de qué manera influyó ese periodo en la creación artística de Sonia?¿Dirías que fue una fase crucial en su trayectoria creativa?
Esa es precisamente la tesis de la exposición y lo que defiendo, que es un momento crucial en su vida. Es el momento en el que ella, forzada un poco por las circunstancias tras perder las rentas que le llegan desde San Petersburgo debido a la Revolución Rusa, se ve de alguna manera obligada a llevar al ámbito de lo público todo eso que hasta entonces mantenía en el ámbito familiar.
Esta es la etapa en la que madura todas las ideas que ya estaban en su cabeza antes de la guerra, las desarrolla haciéndolas factibles para el ámbito de lo práctico, y que supondrá un ensayo de lo que pasará en su regreso a París, donde trabajará con los dadaístas haciendo escenografías teatrales y abrirá una segunda Maison Sonia.
Y cambiando la perspectiva, ¿qué dejaron a su paso por nuestro país?¿llegó a influir su presencia en la sociedad española de entonces?
Tanto como en la sociedad española diría que no, pero si dejaron una huella bastante profunda en buena parte de los intelectuales. Cuando llegan aquí están completamente solos, y en muy poco tiempo consiguen abrirse camino entre la aristocracia, el mundo teatral y los incipientes círculos vanguardistas, estableciendo una serie de influencias de carácter reciproco sobre todo en en el ámbito del “ultraísmo”.
Entablan especial relación con Ramón Gómez de la Serna y con Guillermo de Torre, sus dos referentes dentro de la intelectualidad española, y cuya amistad continuará tras su regreso a París y hasta el estallido de la Guerra Civil, momento en el que esa conexión española termina perdiéndose.
Profundizando en la faceta de Sonia como diseñadora y en la apertura de su tienda en Madrid, ¿cómo era ese “Estilo Sonia” al que hacía referencia la prensa madrileña de entonces?
Ese es uno de los aspectos que mejor va a poder verse en las salas de la exposición. Es curioso por que en su etapa anterior en París caminan de manera bastante directa hacia la abstracción, pero al llegar a España y Portugal se fascinan de tal manera por la fuerza de la luz, que sienten que deben volver a reanudar su arte donde lo natural.
Es un momento muy vital en sus vidas que les lleva a sentirse atraídos de nuevo por los objetos cotidianos que les rodean. Realizan una serie sobre cantantes y bailaoras de flamenco, otra dedicada a los mercados portugueses y pintan desde una sandía, a una calabaza. Y al final serán todos estos motivos naturales y florales los que terminará plasmando en sus creaciones de ‘Casa Sonia’ con las que viste a buena parte de la aristocracia española, en las decoraciones que hace para las paredes de las casas, y en esos frisos decorativos donde además de frutas y motivos vegetales aparecerán los círculos y los discos tan característicos de su obra.
(1) Sonia Delaunay con túnica, sombrero de rafia bordada y sombrilla de Casa Sonia, Madrid 1920. (2) Obra ‘Cantantes de flamenco’, 1915.
Para terminar, incidiendo en el hecho de que tampoco es habitual que sea una mujer la que centre la exposición de uno de nuestros principales museos, ¿a qué otra artista te gustaría ver como objeto de muestra en el Thyssen?
En nuestro caso muchas de las exposiciones que organizamos se centran en artistas que están presentes en la propia colección del Museo, y mi deseo iría en ese camino, que en un plazo digamos que de 20 años todas las mujeres que están dentro de nuestra colección hayan tenido su propia muestra. Ya hemos tenido a Berthe Morisot, ahora a Sonia Delaunay, y en los próximos años podríamos tener a alguna de las artistas rusas, como Ekster o Goncharova, o a Georgia O’Keeffe. Creo que ese sería un buen deseo.
¿Y a alguna artista de hoy?
Eso mejor se lo dejo al Reina Sofía (risas). Me gustó mucho la exposición que hicieron sobre Cristina Iglesias, y en el arte actual hay artistas muy potentes que se están mereciendo una exposición individual, pero no podemos olvidar que nuestro museo es un poco más clásico, simplemente abarcamos otros periodos. Pero del mismo modo que me cuesta verlas aquí con una exposición individual, digo que quizás sí con intervenciones como la que hicimos con la exposición de ‘Heroínas’, comisariada por Guillermo, y donde obras de artistas-mujeres actuales entablaban un dialogo con otras piezas dentro de la exposición.
Bueno tampoco sois un museo tan clásico, también organizasteis la exposición sobre los “Realistas de Madrid”.
Sí, y aquella muestra no solo contó con la presencia de obras realizadas por mujeres, sino que incluso algunas de ellas por suerte todavía viven (risas). A lo que me quería referir es que tampoco vamos a organizar una exposición de Pipilotti Rist, simplemente nos movemos en otra horquilla.
Sonia Delaunay. Arte, diseño y moda
Del 4 de julio al 15 de octubre de 2017
Museo Thyssen – Bornemisza · Madrid