Ilustrador y diseñadora vuelven a aliarse para compartir con nosotros -en exclusiva- su particular visión del futuro. La descubrimos.
Nicasio Torres x Krizia Robustella
La primera aproximación entre el artista canario Nicasio Torres y Krizia Robustella, una de las figuras imprescindibles en la 080 Barcelona Fashion, se produjo en 2016. Una colaboración con motivo del lanzamiento de ‘Black Street’, la propuesta de la diseñadora holandesa para el otoño-invierno de ese año, supuso el inicio de una relación que se ha demostrado sólida y estable. Y es que, desde que el artista plástico imprimiese sus característicos retratos en tinta china sobre las prendas de Robustella, el trabajo colaborativo entre ambos se ha extendido a otros formatos y estilos.
A mediados de 2019, os desvelábamos todos los detalles de la ‘Magic Orgy Installation Trip’; una acción conjunta creada a partir de la última colección presentada por la diseñadora en la pasarela barcelonesa, ‘Magic Orgy’ primavera-verano 2020. Por aquel entonces, el tándem creativo ya nos adelantaba algunos de los factores que acabarían inspirando sus trabajos venideros, tal y como se ha demostrado. Las figuras psicodélicas, el estilo ‘rave’ o las tonalidades brillantes presentaban un imaginario donde el color se convertía en el gran protagonista. Pero el mundo se enfrenta ahora a una situación sin precedentes, caracterizada por la incertidumbre, la angustia y la desolación.
¿Cómo ha afectado esta drástica modificación del ecosistema al paradigma contemplado por Torres y Robustella? Partiendo de esta premisa, el dúo creativo recrea el nuevo escenario a través de ‘Magic Orgy After Isolation’, una editorial creada a través del fotomontaje de instantáneas de fotógrafos como Trinidad o Joel Howells, entre otros. En su percepción del futuro más inmediato, destaca la convivencia entre el placer y la precaución, reflejada en símbolos como las mascarillas.
Hablamos con Nicasio Torres para conocer todos los detalles de su última colaboración con Krizia Robustella, y preguntarle cómo concibe el futuro más allá del confinamiento.
¿Cómo te presentarías ante alguien que no te conociera?
Curioso, inquieto, a veces impulsivo y otras más reflexivo. Me gusta experimentar y probar cosas nuevas. Suelo dudar y relativizar bastante. Y ponerme en diferentes perspectivas, cosa que me gusta, pues me permite descubrir varias posibilidades y seguir aprendiendo. Inconformista, pero a la vez agradecido por todo lo que me da el presente: amor, salud, familia, amigxs, trabajo…
Tinta china, exploración de la masculinidad, desnudez de la silueta humana… ¿Qué es lo más representativo de tu estilo artístico?
Si hablamos de estilo en general, creo que lo más representativo es su aspecto borroso, desdibujado, orgánico, mutante e indefinido. Suelo utilizar diferentes técnicas. La tinta china es una de ellas, pero también pintura acrílica, lápices de colores, collage, fotomontaje, etc. Con todas ellas planteo una representación de aquello que quiero hablar, desde la ambigüedad, la relatividad, la temporalidad…
Si hablamos de temas o contenido, en general sería la identidad, que es un tema muy amplio y que por tanto abordo desde un punto de vista personal y subjetivo. La forma o estilo en que lo hago ya habla de cómo miro este concepto, y está en estrecha relación a mi propia experiencia.
¿Cómo entiendes la relación entre ilustración y moda?
Desde una forma muy libre. Sobre todo cuando interpreto las colecciones de pasarela, donde en cada momento la abordo de una manera diferente aún sabiendo los riesgos de fracaso o éxito que ello conlleva. Pero para mí es importante y vale la pena asumirlos.
No es la primera vez que colaboras con Krizia Robustella. En 2016, juntos disteis forma a ‘Black Street’; una colección pensada para el otoño- invierno inspirada en la cultura rap neoyorquina de los 80 y 90. ¿Qué os ha llevado a apostar por una segunda alianza?
Porque nos hemos hecho amigas y lo pasamos bien trabajando juntas. Nos entendemos a pesar de ser diferentes. A las dos nos gusta liarnos y ambas nos involucramos mucho en el proyecto, nunca hay que tirar la una de la otra.
Por aquel entonces, confesabas que ambos habíais forjado un lenguaje fluido que, en ocasiones, no precisaba ni siquiera de palabras. ¿De qué forma os complementáis a la hora de crear?
Creo que ambas tenemos una actitud distendida y relajada de la moda, y este aspecto es crucial en nuestra relación, pues la hace fluida. A nivel práctico nos complementamos, ya que cada una hace una parte muy diferenciada. Y a nivel creativo, más que complementar, hablaría de compartir; de un respeto mutuo en la labor que hace cada una.
Ahora presentáis ‘Magic Orgy After Isolation’. Una editorial creada a través de la técnica del fotomontaje. ¿Por qué habéis optado por este formato?
Esta editorial ha surgido por las circunstancias que estamos viviendo actualmente por el COVID-19, donde nos preguntamos sobre la posibilidad de extender la colección a la mascarilla que todxs tenemos que usar ahora. Hubo dudas si hacerlas o no. Si el hecho de hacer mascarillas que aportasen un valor más allá de lo funcional era ético o no. Lo hablamos las dos, y al final decidimos que es una opción más, que por un tiempo va a formar parte de nuestra imagen. Además, como todo lo que hace Krizia, es producción local y justa, tejidos y confección. Y su precio es el acorde a esta relación.
Por eso nos pareció bonito presentarlas a través de una historia, y dada la situación de confinamiento, pensamos en aprovechar parte del material fotográfico tan chulo que ya había de la colección. Es una técnica que me gusta y me divierte.
Las diferencias con la primera colaboración son evidentes. En esta última, el color se convierte en el protagonista indiscutible. ¿Qué otros cambios adviertes respecto a vuestra primera alianza?
A nivel de estampados, creo que el color es el cambio más importante pues se convierte en uno de los elementos estructurales de la colección. Se crea un continuo a través de la mancha, ya sea figurativa o abstracta, que permite varias combinaciones. Otro cambio importante es que los motivos del estampado se confunden más, y ya no son tanto un reflejo identificable de mi estilo, sino que crean un cuerpo mayor.
¿Cómo ha sido el proceso de desarrollo? ¿A quién se le ocurrió la primera idea y cómo la habéis llevado a cabo?
En principio iba a ser una colección cápsula. Entre las dos planteamos varias ideas y ambas coincidimos en la idea de RAVE. Cada una tiene su imaginario de la fiesta y llegamos a un punto en común a medida que se iba desarrollando. Y al final dio para convertirse en colección de temporada.
Adentrémonos en el concepto de la editorial. Una fiesta en la Barcelona post-confinamiento protagonizada por raveros con mascarilla. ¿Puedes desgranarnos este inquietante ecosistema?
Me imaginé Barcelona al amanecer como el escenario donde celebrar la primera rave después del confinamiento, donde cada uno de lxs personajes viviera su experiencia particular. Volver a disfrutar de las calles, de la naturaleza, pasear delante de La Sagrada Familia, adentrarte por Montjuïc; y disfrutarlo con otros seres. Lo de la mascarilla, pues es lo que toca. Placer y precaución tendrán que ir de la mano por el momento, hehehe!!
Los alucinógenos y las percepciones extrasensoriales también hacen acto de presencia. ¿De qué forma afectan sobre los protagonistas de la obra? ¿Cómo conciben esta nueva realidad?
Los personajes de esta historia viven una rave y, como sabemos, en este tipo de fiestas se suele experimentar la realidad no solo con el sentido de la vista. Tienes un entendimiento de la realidad más allá de lo racional. Eres más sensible a tu entorno y es más fácil entender que todo está conectado, por lo que los protagonistas de esta historia pueden entender lo importantes que somos todxs para vivir en armonía… sea con alucinógenos o no.
Todos deberemos hacer frente a la conocida como “nueva normalidad”. Un reto que promete ser mayúsculo en muchos sentidos. ¿Cómo concibes tú este incierto paradigma?
Se me hace necesario imaginar un nuevo escenario pues, si ya el anterior solo le era favorable a una parte de la población, esta nueva situación lo está poniendo más difícil a mucha más gente. Siendo positivo, como suele pasar en las crisis, podría presentarse como una oportunidad para repensar y salirnos del lema, ‘sálvese quien pueda’. Y que cuando pase la gran tormenta la reconstrucción sea más solidaria, mas equitativa, inclusiva para todxs. Creo que no se puede dejar sólo en manos de la macropolítica, si no que nosotrxs también tenemos que hacer política a pequeña escala, desde lo personal a lo colectivo, y desde todos los ámbitos, aprender y hacer micropolíticas que nos haga vivir más a felices a todxs.
Pese a encontrarse en un mundo psicodélico definido por la incredulidad y la sorpresa, estos jóvenes llevan mascarillas. ¿De qué forma conviven realidad y ficción en la editorial?
Lo que estamos viviendo requiere de organización y precaución, pero no por ello debemos dejar que el miedo se apodere de nosotrxs. No debemos encerrarnos demasiado en nosotrxs mismas o dejar de hacer las cosas que nos gustan. Tenemos que disfrutar de nosotrxs, aunque sea de otra manera. Podemos volver a reunirnos, bailar y divertirnos juntxs, aunque por un tiempo sea manteniendo una distancia y usando mascarilla.
Si tuvieses que describir la era actual, la del confinamiento, a través de un color ¿cuál sería?
Un color quebrado, tipo sombra tostado, de introspección y recogimiento.
¿Y la era post-coronavirus?
Un color blanco que, dependiendo del lugar desde donde lo mires, te dé un matiz diferente de apertura y nuevas posibilidades.
¿Qué mensaje te gustaría lanzarles a todos nuestros lectores?
Ánimo, calma pero despiertxs, atentxs e imaginativxs!
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