Magia, música y moda han sido los protagonistas de la presentación de Renaissance.
Luz tenue y un piano en el centro, así se abría el desfile de Christian Simmon en un show que ha conectado con lo más íntimo de cada asistente en un ambiente creado entre las paredes del Gran Teatro Bankia.
Con las primeras notas del piano que el propio Christian ha hecho sonar, han comenzado a desfilar los modelos que irían descubriendo la evolución del propio renacer. Una primera etapa en representación de la vulnerabilidad humana, con diseños que mostraban la desnudez de los modelos a través de prendas de tul nude sin adornos ni complementos. Los colores rosas y naranjas, volúmenes, prendas de punto y delicados estampados daban paso al florecer de la aceptación personal y el culmen llega con el renacimiento completo, como el de un ave fénix con su último modelo cargado de dramatismo.
Este joven diseñador tenía un gran reto por delante en la presentación de este show, un salto fuera de Samsung Ego que le ha permitido explotar todo su potencial artístico a través de una puesta en escena diseñada específicamente para la colección. En ella ha querido introducir a todos los espectadores en un ambiente ideado al milímetro y con aires místicos que pretende alejarnos de las pretensiones del lujo para reconectar con la parte más pura y crear un armario de básicos con inspiraciones de grandes firmas pasadas.
Patrones cuidados al detalle, volúmenes con movimiento que crean siluetas sensuales y versátiles y combinaciones andróginas que se alejan de la diferenciación de sexos para plasmar a un ser humano que aprende a través del dolor y un viaje introspectivo hacia lo más interior de cada uno. Esta presentación es un abrazo que invita a mirar al pasado con complicidad pero sin miedo a avanzar.
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