¿Qué hay de nuevo? La columna semanal de Estel Vilaseca
Todo el mundo habla de BBTrickz, “la irrupción más sonada en los últimos tiempos en la música nacional”, según Mondo Sonoro, o “la nueva sensación musical española”, dice El País. La estrategia de lanzamiento de su primer EP de la mano de Virgin ha sido magistral, atrayendo atención de todo tipo de medios y jugando a crear expectación con una hipnótica estética low fi, algo de ecos de Euforia y haciendo uso del empuje de TikTok. Con estilismos inspirados en la película de los noventa Clueless, sus canciones y vídeos sorprenden por su frescura y descaro, llevando a la actualidad, dicen los expertos, el trabajo de la Mala Rodríguez (en sus inicios) o de Mucho Muchacho. Mucho Mu, se presentó al mundo en 1997 con “Hecho, es simple”, su primer disco con joyas como “Con esos ojito”, o “Buah” – ah! ¡Qué tiempos!. Tres años después, La Mala entraba en escena, en un territorio musical, el de a música urbana, dominado por la masculinidad, con su debut “Lujo ibérico” que incluyó las ya míticas “Tengo un trato” o “Soy la cocinera”. Haciendo espeleología por YouTube casi no hay vídeos ni imágenes de estos inicios que, de alguna manera, conectan con esta mirada terrenal y pegada a la calle y a lo cotidiano que ahora nos regala Belize Kazi, aka BBTrickz.
Justo esta pasada semana, Beyoncé, la diva indiscutible, regresaba a los escenarios con el gran tour mundial que ha preparado para su último álbum “Renaissance”, que en España recalará en Barcelona el próximo 8 de junio. Y lo hace con brillo y toneladas de glitter. La cantante es una fuerza todopoderosa en la música que además ha marcado el imaginario de toda una nueva generación de cantantes de pop y de r&b que la tienen como referente. Ha estado en el horizonte mientras Rosalía y Bad Gyal construían sus carreras, dos cantantes que han aprendido de ella la importancia de potenciar lo performativo en sus lanzamientos y su puesta en escena. En esta ocasión, el vestuario de Beyoncé firmado por la estilista Shiona Turini y con piezas hechas a propósito para la gira por las firmas Loewe, Alexander McQueen, Mugler, Courrèges, Anrealage, David Koma y Coperni, refuerza su papel de estrella cósmica.
Inspirándose en la protagonista robótica de metrópolis, en la icónica Barbarella, en la moda empoderada de Thierry Mugler – no os perdáis su desfile otoño-invierno 1995 -, se potencia una figura que trasciende lo humano y que adopta el rol de superheroína de la música, por encima del bien y del mal. En conjunto, una super-producción inmaculada, fruto de una carrera apuntalada con una férrea auto-disciplina en la que, sin embargo, hay poco espacio para la espontaneidad y el error. Esta imagen de perfección la ha llevado hasta el último extremo la cantante Ana Mena, admiradora también de Beyoncé y a quien descubrí gracias a mi hija de 10 años. Juntas vimos su actuación en el Benidorm Fest y os tengo que confesar que quedé muy impactada. Desplegando una coreografía que ejecutaba al milímetro sin un fallo y con un semblante muy cercano al de una muñeca Barbie, me resultó inevitable preguntarme si realmente hemos avanzado algo en referentes o bien estamos retrocediendo…porque, yo, ahí, sentí muchísima presión estética. Ironías de la vida, cuando Beyoncé inauguró la semana pasada su gira, #Twitterespaña se llenó de tweets en los que ponían en evidencia las similitudes entre las dos cantantes: “es Ana Mena haciendo de Beyoncé o Beyoncé haciendo de Ana mena?”, la copia había acabado mimetizándose con la original.
Como contraste a estas super-producciones y bellezas estudiadas, la naturalidad y las letras sin filtros de BBTrickz se reciben como una oleada de aire fresco. Deslenguada y con rimas que no son aptas para públicos infantiles, Trickz que además se pone política cuando canta cosas como “Fuck Inditex, no llevo Zara antes me voy al Humana”, ofrece en “Treachory” o “Lo siento mamá” un buen baño de realidad. A la espera de ver cómo se va desplegando su presentación, damos la bienvenida a esta chica de al lado.
