¿Qué hay de nuevo? La columna semanal de Estel Vilaseca, cada viernes en VEIN
Después de estas tres primeras semanas en las que a través de esta columna hice una radiografía algo pesimista del panorama actual de la moda, pensé que era importante reflexionar sobre ideas y propuestas que siguen apostando por la creatividad y la poesía, ofreciendo resistencia a la voracidad de nuestro tiempo.
La diseñadora japonesa Rei Kawakubo, que cumplió 80 años el pasado octubre, sigue dando lecciones de libertad creativa. Mientras las marcas de lujo basan sus estrategias en rejuvenecer aferrándose a la nostalgia de los setenta, ochenta, noventa y dos mil, ella, la octogenaria, es radicalmente joven. “My energy comes from freedom”, estampó en las bolsas que se vendían con motivo de la exposición que le organizó hace seis años el Met Museum. En esta ocasión, la nota de prensa de su colección para el próximo otoño es como un pequeño Haiku: “Return to the Source. A feeling of wanting to go back to the starting point. Working with free patterns. Using basic materials”. Una vuelta a los orígenes y a la esencia. En lugar de seguir la manada, ella siempre hace lo que le da la gana. ¿Puede haber gesto más radical?
Habla de ello la periodista Silvia S.Alexandrowitch en esta pequeña joyita de ensayos sobre moda que es su último libro “Antes de que os olvidéis” editado por Superflua: “la actitud punk no ha muerto, está en todos los que hoy mismo nos sentimos abochornados por una sociedad tonta, aburrida e hipócrita de la que difícilmente escaparemos. Vivienne Westwood declaró entonces que había que “crear una guerrilla urbana, forjar un rebelde”. Patti Smith, más poética, dijo: “El punk es libertad creativa para ser quien eres. Es la libertad”. Westood nos dejó en diciembre, pero su espíritu persiste en París de la mano de Kawakubo.
En la estela de esa libertad creativa que practica Kawakubo, encontramos diseñadores como Rick Owens, otro llanero solitario que en los últimos años ha logrado trascender lo nicho y hacerse sitio entre la jet set de la moda, sobre todo aquellos que huyen de las prendas aburridas.Su discurso es tan impactante como valiente: “Sé que habitualmente dicen de mí que soy oscuro. Creo que no, solo soy realista y estoy reconociendo la belleza y el horror del mundo. Hay algunas personas que prefieren algo más edulcorado, y está bien, no lo critico. Pero personalmente prefiero algo con más matices” le contaba este mes de febrero el diseñador a la periodista Nicole Phelps de Vogue. Para la próxima temporada, Owens ha ideado volúmenes acolchados y brutales que abrazan y protegen el cuerpo; la creatividad, como armadura.
Cerrando el círculo, la japonesa Chitose Abe, que inició su carrera en los talleres de Rei Kawakubo, donde estuvo ocho años trabajando, ha hecho un regreso triunfal tras el parón que significó la pandemia. De su época en chez Kawakubo aprendió “la importancia que tiene innovar y hacer las cosas desde cero. (…) En Comme no hacen moodboards. El trabajo consiste en crear algo que todavía no existe. Ese fue mi mayor aprendizaje” explicaba en una vieja entrevista de The Gentlewomen. Tras su aplaudida colaboración junto a Jean Paul Gaultier, la independiente Abe ha vuelto con una colección en la que sigue enfocada en su trabajo centrado en la combinación de tejidos y la búsqueda de construcciones singulares: “Hemos seguido buscando nuestro estilo único en su propio contexto, enfocándonos más en la creación patrones que en la historia” explicaba con motivo de su última presentación a System Magazine.
Abe, con un lenguaje propio que no renuncia a la comodidad, parece preparada para tomar las riendas de alguna gran casa. Alexander Wang hizo historia cuando en 2012 fue nombrado director creativo de Balenciaga, al convertirse en el primer diseñador de descendencia asiática en conseguir ese rango. Más de una década después, que lo logre una mujer sería interesante. No cabe duda de que sería un soplo de aire fresco.
