¿Qué hay de nuevo? La columna de Estel Vilaseca en VEIN
Estrenaré el año con una confesión de uno de mis placeres culpables: perderme en imágenes de casas. Scrollear en el infinito y llenar un sinfín de carpetas bajo el título de “salones”, “comedores”, “rincones con encanto”, “pasillos”. Casas grandes y pequeñas. Casas minimalistas y eclécticas. Ordenadas y desordenadas. Sin nadie y con personas. Al mismo tiempo que dejaba de comprar revistas de moda, empecé a comprar títulos de interiorismo, Milk Decoration, Home&Interiors, Arquitectura y Diseño, Apartamento. El Covid-19, que nos recluyó en casa, potenció la vinculación con el espacio al mismo tiempo que ponía en evidencia la importancia de eso que llamamos hogar. Algunas personas afortunadas, con la facilidad que ofrece el teletrabajo se mudaron de sus pisos precarios en el centro a casas de pueblo o ciudades más pequeñas en las que los metros no eran un problema y las vistas entraban por la ventana con generosidad. Algunas tuvieron que volver, muchas otras se quedaron. Y mientras tanto en Barcelona, Madrid y Valencia, el precio por metro cuadrado sigue subiendo hasta límites insostenibles expandiendo a las capitales como ya ocurrió hace décadas en grandes urbes como Nueva York, Londres o París.
Ahora que la moda de lujo está al alcance de cualquier a golpe de Klarna, lo que se estila por parte de las influyentes más selectas son casas inmensas, repletas de muebles firmados por mitos del diseño como Charlotte Perriand, el dúo Eames o Afra & Tobia Scarpa. Las propuestas de estilismo ya no son suficientes y la vida en directo nos empuja a cuidar el fondo y a estilizarlo a juego creando una fuerte alianza entre el mundo de la moda y el mundo de los interiores. La curiosidad por las casas de los otros es muy antigua y de eso la revista Hola sabe un buen rato. Amy Astley, que curiosamente empezó en House&Garden y forjó su reputación en Teen Vogue a lo largo de 13 años, se mudó en 2016 a la dirección de la edición estadounidense de Architectural Digest, para sumar la dirección global de la marca en 2021. “Tan pronto como llegó la pandemia, nos dimos cuenta de que la idea de “refugio” había adquirido un significado completamente nuevo” reflexionaba para Forbes en 2020, a la vez que predecía: “Este sentimiento de priorizar el hogar se sostendrá durante años”. En 2021, el tan mítico como mediático editor de Vogue, Hamish Bowles, tomaba las riendas de la selecta y refinada “World of Interiors”, otro de los títulos de Condé Nast. Ese mismo año y en línea con los anteriores nombramientos, en España, Maite Sebastia, tras pasar por Vogue, Telva y SModa, se hacía cargo de la dirección de contenidos de Revista AD.
Pionera en entender la decoración como una extensión del estilo es Ilse Crawford, la fundadora de la edición inglesa de Elle Decoration en 1989. Durante su paso por la revista cambió las reglas de juego e introdujo el toque humano, la espontaneidad y el carácter: “Hasta ese momento las cabeceras de interiorismo a menudo se centraban únicamente en personas que organizaban los objetos de manera inmaculada, algo que resulta poco interesante. Quería pensar más en las cosas, en cómo están hechas y diseñadas. Tenía que ver con personas y en cómo construían su propio mundo – sus propias ideas, ideales y valores – algo que fue revolucionario en ese momento. (…) Se trata de expresión y creación” contaba a Elle Decoration. “No me identificaba con la forma en la que se discutía sobre el diseño en ese momento, todo tenía que ver con “el look” y la aspiración social, la vida en el campo, Ralph Lauren, el negro mate, mientras que yo crecí con el punk, Vivienne Westwood y Tom Dixon”, respondía en una entrevista que le hacían en la web del Design Museum. En 1998 dejó la revista para trabajar junto a Donna Karan y en 2003 fundó estudio propio de interiorismo, StudioIlse al mismo tiempo que se involucró con la vida académica.
A lo largo de su trayectoria ha publicado sugerentes títulos como Sensual Home en 1997, dedicado a que conectemos con nuestras casas a través de los sentidos; si un ojo mira, el otro tiene que sentir; Home Is Where The Heart Is? que llega con un mensaje sencillo: “hay que diseñar con el corazón cálido”. A través de sus páginas intenta encontrar respuesta a la difícil ecuación que plantea: “queremos ser modernos, pero también humanos”. En 2014, y de la mano de Rizzoli, publica A Fame for Life en la que ella y su marido aparecen en portada en su antigua casa de Londres y en el que recopila algunos de sus trabajos más importantes. En el prólogo ratifica su obsesión para construir edificios, espacios, marcas y muebles que sean cálidos, no “cool” así como su interés en como” el diseño nos afecta más allá de la imagen (…) empezando desde un punto de vista humano” para construir un espacio que “las personas amen”. “La escucha y la empatía son habilidades importantes para un diseñador; tenemos dos ojos, dos orejas y una boca y deberíamos usarlos en esa proporción”, sentencia.
En 2008, Nacho Alegre y Omar Sosa fundaban Apartamento: “una revista sobre interiores, pero sin ser una revista de decoración” que llevaba a las nuevas generaciones los interiores vividos de Crawford. Una publicación protagonizada por creativos y sus espacios, para leer y con la que han pulverizado con todas las reglas de lo que debía ser una revista sobre casas y las personas que viven en ellas. Encontrar personajes lejos de la manada con cosas interesantes que contar y espacios personales ha sido siempre la prioridad de esta cabecera que nació en plena crisis de las publicaciones en papel y desafió a quienes habían dado sentencia de muerte a las revistas: “Por entonces nos habíamos mudado a nuestra primera casa, y empezamos a tener interés por los muebles, por cómo pintar…que son cosas que cuando vives en casa con tus primeros padres no te planteas (…) Pensamos en hacer una revista con fotos de casas de amigos”. explicaba Sosa a El Pais en 2012 acerca de la idea fundacional. Más de quince años después, Apartamento sigue siendo un referente al mismo tiempo que crece la pasión por las casas de los otros y los espacios con personalidad.