Las tendencias futuristas se remontan a los años 50 y 60, cuando tuvieron lugar la guerra de Vietnam, las protestas por los derechos civiles y la crisis de los misiles cubanos. Diseñadores como André Courrèges, Paco Rabanne y Pierre Cardin fueron pioneros en el uso de nuevos materiales como el plástico, el vinilo, el PVC y el metal, revolucionando la estética de la época. En ese momento se produjo la primera escapada hacía un universo que parecía mejor que la desalentadora Tierra.
Actualmente, la NASA y el descubrimiento TRAPPIST-1, un sistema planetario en miniatura con varios planetas potencialmente habitables y la estrena de Star Wars: Los Últimos Jedi son un bienvenido escape de los atentados terroristas en Europa, la administración de Trump en Estados Unidos y las consecuencias del Brexit en Reino Unido.
Diseñadores y visionarios como Alessandro Michele, véase la última campaña de Gucci ambientada en las películas de ciencia ficción de los años 50 y 60, y Karl Lagerfeld, con su cohete espacial gigante en el Grand Palais para presentar la colección Otoño/Invierno 2017 de Chanel, muestran como los viajes que nos llevan a otros planetas representan la única salida.
Además, en pasarela también hemos visto como las modelos de Christopher Kane parecían alienígenas con sus vestidos metálicos, Moschino se inspiró en la película de los 60 Barbarella y Mugler evocó a Blade Runner, con vestidos plateados de hombros ajustados y gabardinas de cuero negro.

Todo apunta a que la moda Space Age llega pisando fuerte para quedarse. ¿Prefieres quedarte en la Tierra viendo cómo ésta se derrumba o vas a optar por soñar con viajes intergalácticos de la mano de Lagerfeld o Michele? Tú decides.