Rocío Quillahuaman: “no pasa nada si sientes que no encajas”

21 / 03 / 2023
POR Gabriella Nuru

El libro ‘MARRÓN’ de Rocío Quillahuaman se convierte en un escrito imprescindible para la gente que creciendo en los imágenes del imaginario de “lo español” nunca pudo identificarse con nada. En #VEINDIGITAL hablamos con la autora.

La ilustradora Rocío Quillahuaman nos brinda con su primer libro, ‘Marrón’ (Blackie Books), un relato lleno de carisma, honestidad y mucha emotividad; una mirada hacia lo que ha sido su vida y su trayectoria desde pequeña, como una niña de bajos recursos en la periferia de Lima, hasta la gran artista en la que se ha convertido hoy. Con su humor característico y sus reflexiones llenas de una innata sensibilidad nos adentramos en su mundo lleno de miedos y retos pero, también con muchos sueños tímidos deseosos de ser cumplidos.

Este es un libro donde las personas racializadas y/o migrantes o hijos de migrantes nos podemos ver reflejados, puesto que habla de los dilemas identitarios a medida que una va creciendo y siente que no pertenece a ningún sitio ni espacio. Y también por la constante presión a la que nos vemos sometidas para sentirnos valoradas y aceptadas, aunque esa aceptación después repercuta en nuestra propia autoestima o dignidad por una misma, por la necesidad de complacer y, por ende, pertenecer.

Este es un libro que narra las cosas más sencillas y cotidianas de la vida de las personas como acontecimientos imprescindibles para llegar a ser y a hacer lo que más fervientemente anhelamos y esto es: crear e imaginar mundos donde no exista el miedo.

He tenido el placer no solo de identificarme muchísimo con cada uno de los capítulos a medida que los leía, pues los extrapolaba a situaciones que he tenido que pasar en mi propia vida, si no que, además, he preparado una entrevista de las cosas que más necesitaba preguntarle.

¿Cómo nace la idea de hacer un libro?

Realmente es cosa de Blackie Books porque yo nunca me había planteado escribir un libro. No soy escritora y sigo sin considerarme escritora, escribo pero no sé si se podría considerar algo realmente serio. Entonces lo que pasó fue que me contactaron de la editorial y me preguntaron si me había planteado escribir un libro y, claro, mi primer pensamiento fue que no me veía haciéndolo. Pero realmente después me puse a pensar que no escribiría sobre cualquier cosa, escribiría sobre mi vida, y mi vida es una historia de mucha gente al fin y al cabo que migra aquí a España y a mí me faltaba un poco esa representación. Entonces pensé que sería guay hacer este libro y contar mi propia historia para que otras niñas con experiencias similares puedan encontrar mi libro y que les acompañe y les ayude en el proceso de adaptación aquí.

Hice un monólogo hace un tiempo y escribí sobre la experiencia que cuento en el primer capítulo del libro, que es de Winnie Pooh y la editorial lo vio, le gustó y me propusieron explicar con detenimiento todo en el libro. Haciendo retrospectiva me doy cuenta que está muy bien contar estas experiencias porque lo que he visto luego es que mucha gente migrante lo ha leído y les está ayudando a empezar procesos de sanación y curar heridas que una tiene cuando migra a España.

El libro es sencillamente hermoso, ¿tuviste en algún momento miedo de sentirte demasiado expuesta?, ¿te planteaste qué objetivo o mensaje principal quería transmitir a los lectores?

Evidentemente acepté escribir el libro por el deseo de acompañar a niños migrantes como yo porque a mí me habría encantado tener un libro así de niña y poder verlo en la biblioteca, así que mi objetivo estaba clarísimo. Pero luego me di cuenta que tenía que escribir sobre mi vida y me cuestioné por qué había aceptado el reto, porque claro, tenía sí o sí que hablar sobre mi vida y sabía que tenía que ser honesta. 

Mi base era pensar que nadie iba a querer leer este libro nunca, pero eso es con todo lo que hago ya que siempre pienso: “nadie va a querer leer este libro o ver esta animación, nadie va a querer leer esta viñeta que estoy haciendo”, ¿sabes? Esa es mi base para todo y a partir de ahí empiezo a pensar en qué puedo aportar a la otra persona, la persona que va a consumir lo que estoy creando. Quería, por tanto ser honesta y explicar cosas que eran importantes para mí y estuvieran ligadas a los mensajes y temas que quería tratar en el libro como el clasismo, el racismo y un poco todos los conflictos familiares junto con todos los conflictos que tiene una persona al llegar aquí, así que todo lo que explico lo quería bien y de forma sincera y todo tiene un precio y en mi caso fue el tener que desnudarme hacia la gente y la gente me vea a mí tal cual soy. Cuando lo entregué hubo un momento de pánico donde pensé “ojalá no se venda ni uno”, luego he visto que para la gente ha sido importante y que ha gustado mucho y es satisfactorio, sobre todo porque me pasa constantemente que pienso que todo lo que hago es una mierda, pero luego es bonito cuando te van buen feedback y ves que todo ha valido la pena. 

Al final, en el fondo he visto la importancia de escribirlo tanto para personas que se sintieran identificadas como para personas que no lo fueran, pero que necesitaban concienciarse sobre esta realidad que existe.

¿El título fue escogido a conciencia, es una reafirmación y posicionamiento identitario y político sobre cómo te sitúas en el mundo?, ¿crees que es importante?

La verdad es que yo creo que es importante porque es una reapropiación de un término que se usaba y se usa de forma despectiva para la gente que tiene mi tono de piel. Este es un movimiento general, o sea, hay varias organizaciones de gente activista que se está reapropiación de la palabra o término “marrón”. 

Yo, de hecho, llegué a esto a través de un artículo de Gabriela Weiner, pues tiene una historia parecida a la mía. Yo también quise hacer mío el término porque fue para mí como un despertar al ver cómo había una persona que le había pasado lo mismo que a mí y había vivido lo mismo que yo. Me vi acompañada, fue como una epifanía para mí y me dije: “soy marrón, ¿qué pasa?”. A partir de esa conciencia lo hice y por eso es importante que tenga ese título.

¿Piensas que alguien que no está familiarizado con tus animaciones y dibujos puede sentir de la misma manera el libro o crees que ambos van de algún modo de la mano?

Esta pregunta es interesante porque yo cuando terminé de escribir el libro pensé que no era para nada divertido, que era súper aburrido, o al menos pensé que no superaría las expectativas del público dando por hecho que quizá querían troncharse y realmente es una drama. Sin embargo, luego la gente que lo leía me decía que era muy gracioso e incluso en entrevistas me preguntan que cómo hago para escribir en tono medio divertido y a la vez serio, y yo realmente pienso que no tengo idea de cómo lo he hecho, simplemente pienso que soy una persona que al expresarme soy divertida y me sale de forma natural y esto se ha reflejado en el libro. Por tanto, alguien que esté familiarizado con mis animaciones lo verá reflejado en el libro y alguien que no lo esté se encontrará un libro que es drama pero risa también y, supongo, que esta es mi manera de ser.

¿Cómo fue tu proceso creativo y cuánto tiempo estuviste escribiendo el libro?

Mi proceso creativo es un poco lo que antes he comentado: yo quería hacer un libro honesto, el que nadie querría leer, y por supuesto me costó lo mío porque cada vez que me abría y explicaba una cosa importante me venía abajo, me hundía. Por suerte durante el proceso empecé a hacer terapia y eso me ayudó, el libro lo realicé en tres años, que me parece bastante, aunque después me han dicho que no es tanto.

Me costó por una parte porque se me hacía difícil hablar sobre mi vida, mis recuerdos más oscuros y cosas que había decidido ocultar debajo de la alfombra. Era como ponerse de repente un espejo y decir “mierda, soy así porque me pasó esto”. Y, por otra parte, para escribir un libro habrá gente privilegiada que se puede dedicar solo a eso pero no podía dedicarme solo a escribir el libro. Si hubiera podido dedicarme solo a eso seguramente lo habría acabado antes por mucho que me costara, el tema es que yo tenía que trabajar a la vez que escribía el libro. Yo pensaba que para mucha gente era así y después me he enterado que para mucha gente su oficio es escribir y no hacen nada más. 

Yo tenía que trabajar en 1.800 cosas a la vez y después llegaba a casa a las 21 pm sin tener energía para nada y no me apetecía ponerme a recordar un trauma de la infancia y ponerme a escribirlo. Para entrar en un plano mental, psicológico y emocional que me inspira tenían que darse muchas cosas, un ambiente muy concreto para ponerme a escribir y esto no siempre pasaba evidentemente, a veces estaba estresada, tenía mucho trabajo y me costaba compaginarlo con mi vida laboral y esto le pasa a mucha gente. Hay personas privilegiadas que se lo pueden permitir y otras que no.

Para las personas racializadas migrantes y/o hijos de migrantes criados en Occidente tener al alcance literatura y en general toda forma de arte que visibilice nuestras historias es sumamente importante para sentirnos humanizados y salir de la narrativa homogénea sobre nuestras vivencias y experiencias, ¿consideras que estás ayudando a que nuestras historias se conozcan y visibilicen más?, ¿te ves como un referente antirracista?

Yo creo que el libro está siendo importante en este sentido porque lo estoy viendo. Como te dije, viene gente y se me acerca y me habla de esto y es muy emocionante y muy bonito.

En cuanto a verme como referente, a mí me cuesta más porque yo no me considero activista. Soy una persona muy vaga en general y pienso que siempre podría hacer más de lo que hago, realmente no hago tanto. Yo hago lo que puedo en la medida en la que soy capaz de hacerlo, me refiero a denunciar o quejarme de cosas y, por ende, hacer activismo. Sin embargo pienso que es lo mínimo que puedo hacer, por eso no veo que sea una cosa del otro mundo.

Yo veo a otra gente que sí considero activista y que hacen cosas reales y están activos y defienden cosas en las que creen y creo que no encajo del todo en esa categoría. Me puede la vida muchas veces y yo no puedo con ella, me cuesta mucho tirar yo sola para delante como para implicarme en más cosas de una manera tan determinante. 

Por mi parte, yo el libro lo he hecho para poner mi granito de arena en todo el tema de la representación y, desde luego no me importa el dinero. Yo el libro lo he hecho para que esté en las bibliotecas, puesto que mi historia es la historia de muchas mujeres latinoamericanas. Aquí es donde yo veo claro que es un libro hecho para el activismo. 

Es al igual que cuando me toca hacer entrevistas, quizá a priori no me apetezca todo el tema de las fotos por las inseguridades que pueda tener y de las que hablo en el libro, pero después pienso que es importante que los niños me vean en las portadas de los periódicos y se sientan representados y entiendan que la gente marrón también sale en las revistas. No sé si esto sirve para algo, pero yo al menos lo hago y que sea lo que tenga que ser. Yo veo cómo mis sobrinas me ven en las revistas y les hace ilusión, yo nunca en mi infancia tuve la suerte de ver en portadas a gente racializada. Ahora por suerte, con todas las redes sociales, va cada vez a más.  Podría decir que yo hago lo que puedo.

En el libro hablas de la extenuante presión que sentiste como persona migrante y racializada de no molestar, ser perfecta en todo y agradar a la mayoría de la gente -blanca- de tu entorno, ¿sigues teniendo esa presión?

Yo siempre digo que el libro no es una cosa cerrada porque estoy viva, es decir, no son las memorias de alguien que ya ha fallecido. Sí que es verdad que hacer el libro ha sido un proceso de sanación para mí y por eso es una experiencia muy gratificante para mí en general y me ha servido para curar un montón de cosas. Yo ahora, por ejemplo, puedo hablar de un montón de cosas del pasado y muchos momentos duros sin llorar porque siento que están completamente sanados para mí, pero sí que es verdad que no estoy por encima de esto completamente porque no se puede. A mí todavía me van a preguntar de dónde soy aunque yo diga que soy de Barcelona y me van a insistir con la pregunta, entonces por mucho que yo tenga claras las cosas, mi entorno que es este país y esta sociedad que es racista, siempre me va a recordar lo diferente que soy de la “norma”. En cuanto a agradar a todo el mundo, yo de eso ya paso. Este miedo lo tuve sobre todo cuando era adolescente y buscaba encajar porque no solo lidiaba con cosas de todos los adolescentes como el acné o cosas por el estilo, sino también el racismo que es una mierda, pero ahora ya me da bastante igual aunque obviamente no puedo decir que esté completamente por encima de esto.

¿Es el humor una herramienta para paliar el dolor de algunos recuerdos?

A mí el humor me parece una herramienta muy importante para enfrentarte a cosas que no sabes cómo gestionar. Por ejemplo, yo siempre digo que es una herramienta que sirve para hacerte grande cuando en realidad te sientes pequeña. A mí mis animaciones me han servido para eso, para saber cómo defenderme de alguna manera. Cuando hago una ilustración y logro poder reírme de lo que me ha frustrado o de quien me ha frustrado he conseguido mi objetivo. Es realmente algo muy naïve ya que un video mío no hace daño a nadie. Me sirve de catarsis y para desahogarme. Definitivamente el humor es una buena herramienta para lograr eso. 

Sin embargo, es importante recordar que el humor no lo hace todo, porque a veces me pasa que veo humoristas que dicen que el humor lo sana todo y yo no creo que sea así, creo que hay que hacer más cosas para tener un proceso de sanación completo.

Al inicio de uno de los capítulos del libro dices : “Cuando era niña mi único refugio era mi imaginación”, esta frase resonó muchísimo en mí y supongo que en otras tantas centenas de personas. ¿Cómo va esto ligado al sentido del desarraigo y la necesidad de sentirte en comunidad?

Me habría encantado sentirme en comunidad cuando era adolescente porque me habría ayudado muchísimo a reafirmar mi identidad, cosa que me costó mucho más porque entre que no había referentes y no me relacionaba con gente con la que compartir en general vivencias hizo que ralentizara mi búsqueda de identidad hasta ahora realmente.

Aunque, ante todo, pienso que es necesario buscar la sanación y las respuestas dentro de una misma porque al final yo huía de mi propia historia y tiraba para delante sin mirar atrás. 

Es cuando miro atrás escribiendo el libro que me doy cuenta de lo que he vivido. Mirar la propia historia y ser consciente de lo que uno ha vivido te ayuda también a tener raíces contigo misma, con tu propia historia. 

Yo ahora mismo siento que soy más propietaria, por decirlo de alguna manera, de mi propia historia que antes por mirar hacia atrás y analizar lo que pasó y hacerme preguntas. Creo que una vez reafirmas tu identidad después puedes hacer comunidad echando raíces donde no te dejan.

No te preguntaré hasta qué punto consideras que las vivencias por las que has pasado en tu vida constituyen parte de tu imaginario creativo y tu forma de ser porque creo que es algo innegable a la hora de leer el libro o ver tus ilustraciones, sin embargo, me gustaría preguntarte cómo crees que estas circunstancias determinan hoy tu presente y, sobre todo, si crees que ha merecido la pena vivirlo para llegar hasta aquí.

A mí me habría gustado tener una infancia feliz e ideal, me habría gustado tener una familia feliz como a todo el mundo, no tener traumas, que no acuchillasen a mi Winnie Pooh, etc. así que no lo veo como un “ha valido la pena sufrir para llegar donde estoy”. Ojalá no hubiera tenido que sufrir absolutamente nada y no tuviera ningún trauma. 

Pero sí es verdad que las experiencias nos forman y yo considero que mi sentido del humor y la manera de ver la vida vienen de todo esto pero he de decir que, a pesar de que me guste ser como soy de divertida y que me encante escribir mis guiones para mis animaciones y que el humor me salga de forma natural sin que lo pueda controlar, yo preferiría mil veces no haber vivido nada de lo que viví y haber sido una persona completamente aburrida y sin sentido del humor. Ojalá no hubiera racismo ni ninguna de estas cosas, pero al menos el humor me ayuda a afrontar mejor todo.

¿Qué le aconsejarías a la pequeña Rocío echando la vista atrás y habiendo vivido todo lo que has vivido hasta ahora?

Le aconsejaría ante todo que se calme. siempre pensaba todo demasiado. Una cosa que me decían de pequeña es que era muy madura para mi edad y a mí eso me parece muy triste. Yo creo que me diría a mí misma, que no me agobiara tanto porque realmente vivía estresada. Me diría que todo va a salir bien en el futuro y que me lo tomara todo con más relax. Realmente siempre he estado más pendiente de las demás personas en mi vida que de mí misma y de forma muy consciente. En el libro se ve, por ejemplo, cuando digo estar pendiente a hablar como peruana o hablar como alguien de aquí, estaba siempre como mirando hacia el exterior y ahora no es así. Ahora me da igual si hablo de “ustedes”, de “vosotras”, si lo mezclo, si hablo en castellano o en catalán y lo vuelvo a mezclar ya me da igual.

Me diría que pensara en mí, que no olvidara que todo lo que he vivido es duro así que no pasa nada si te tomas tiempo de estar confundida y no tener nada claro, al igual que no pasa nada si sientes que no encajas. Si pudiera viajar al futuro le diría que conocería a gente con la que encajaría, me habría encantado saberlo de pequeña. Me hubiera relajado mucho, sobre todo el saber que encajaré conmigo misma, pues es el primer paso para después encajar en otros sitios.