Continuamos descubriendo películas en el #18FestivalMalaga junto a H&M, que patrocina el festival por primera vez y el responsable de la fiesta de clausura, para la que sólo quedan unas horas…
¿Quién no ha tenido esa sensación al salir del cine de que su vida no es, ni de lejos, como las películas? “Sexo fácil. Películas tristes” se estrenó anoche en la sección oficial de Festival de Málaga. Cine Español y Ernesto Alterio, uno de sus protagonistas, acaba de ser premiado con la Biznaga a Mejor Actor. La película reivindica “una revancha frente a la vida” según su director Alejo Flah.
Una coproducción hispano-argentina cuenta cómo un guionista, encarnado por Ernesto Arterio, con problemas sentimentales, económicos y profesionales debe hacer frente al guión de una comedia romántica ambientada en Madrid protagonizada por Marta Etura y Quim Gutiérrez como pareja protagonista y Carlos Areces y Bárbara Santa-Cruz como amigos cómplices de la pareja.
Es una metapelícula dentro de una película. Desde el minuto uno el personaje principal ya le cuenta al espectador cómo va a acabar, de esta forma explica que al final de una comedia romántica le precede una apasionada declaración de amor, y efectivamente la película lo recoge a la perfección. En realidad, “Sexo fácil, películas tristes” conjuga el guión perfecto de una comedia romántica (la de ficción), con la realidad del personaje encargado de crearla.
Manual frente a realidad, aunque en esta ocasión, la realidad a veces peca de película. “Estoy cansado del cinismo y de la solemnidad, quería hacer una comedia romántica que lo evitara. No pretendo intelectualizar, sino emocionar”, comentó el director en la rueda de prensa de presentación.
La historia principal, la real, transcurre al otro lado del atlántico en Buenos Aires, donde el guionista encargado de la historia de amor vive su propio desamor y un pequeño caos personal que hará que la historia de enamorados viva pequeñas dosis de realidad en un marco de ficción idealizado. La película se estrena en España este viernes 24 de abril. Una buena oportunidad de darle una bofetada a la realidad del día a día.
