Conversar con los niños: un acto ‘mágico’ para su desarrollo cerebral

26 / 11 / 2019
POR Julia Mico

Desmintiendo mito , un estudio del MIT demuestra que el simple hecho de dialogar con un niño es más eficaz para el desarrollo de su lenguaje que «arrojar palabras» sobre ellos.

Las primeras exposiciones al lenguaje por parte de los niños son decisivas, afectando a sus habilidades lingüísticas y cognitivas futuras así como a su rendimiento académico. Por ello, es un tema que preocupa especialmente a educadores y padres y además se ha visto asociado al estado socioeconómico familiar (SES) de cada uno de ellos. Sin embargo, hasta el momento se había dejado de lado una variable primordial: los mecanismos neurales que subyacen en la relación entre la experiencia del lenguaje y el desarrollo cognitivo.

Un estudio realizado en 1995 afirmaba la existencia de una “brecha de 30 millones de palabras” entre los niños pertenecientes a familias con mayores ingresos y los de familias con menos ingresos, basándose en la creencia de que exponer a los niños a la mayor cantidad de palabras posible era el punto clave para el desarrollo de su cerebro y por consiguiente de su capacidad comunicativa. Frente a esta investigación que todavía hoy posee adeptos, los investigadores del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) se propusieron probar esta “brecha” o diferencia de palabras comprobando los escáneres cerebrales de los niños en diferentes entornos socioeconómicos.

En el procedimiento, 36 niños de entre 4 y 6 años de edad procedentes de diferentes SES, fueron grabados durante las 24 horas del día en sus propios hogares registrando cada una de las palabras habladas por los niños. A través de un programa de resonancia magnética, las grabaciones fueron analizadas permitiendo comprobar que el área de Broca, una parte del cerebro relacionada con la capacidad del habla y el procesamiento del lenguaje, se veía más estimulada y activa mientras los niños tenían giros conversacionales y escuchaban historias de sus padres por encima de la supuesta “brecha de palabras” y el SES de cada uno de ellos.

La investigación afirma que la conversación da a los niños muchas más oportunidades para practicar sus habilidades de comunicación y de comprensión de lo que se le está queriendo decir, así como de responder de manera correcta. Tal y como afirma John Gabrieli, autor principal del estudio, a MIT News lo realmente novedoso de nuestro artículo es que proporciona la primera evidencia de que la conversación familiar en el hogar está asociada con el desarrollo cerebral de los niños. Es casi mágico cómo la conversación parental parece fluir en el crecimiento biológico del cerebro”.

Con esta investigación, desde el MIT esperan que sus descubrimientos motiven a los padres a emplear otro tipo de educación lingüística. Para ello aconsejan involucrar a los niños en temas que le interesen, formularle preguntas abiertas y responder en consecuencia de sus respuestas.  Este método puede aplicarse también con niños más pequeños de los 4 años, a través de sonidos o muecas que estimulen sus respuestas, afirman los investigadores.

En definitiva, este peculiar estudio es decisivo e interesante para todos aquellos padres y educadores que hasta el momento avasallaban con palabras a los niños esperando obtener respuestas, ya que tal y como declaraba Rachel Romero lo importante no es solo hablar a su hijo, sino hablar con su hijo”. 

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