Elena Garicano, la mamá detrás de Counting Clouds

10 / 07 / 2019
POR Daniela Calderón

La premisa de la firma es crear una moda ética y responsable, que acompañe a grandes y pequeños durante muchos años y con las que podamos desarrollar vínculos emocionales. 

Foto cortesía de Counting Clouds

Tras diez años trabajando como arquitecta, el nacimiento de la segunda hija de Elena fue el empujón que necesitaba para atreverse a apostar por su proyecto personal: Counting Clouds. Sus diseños son piezas de punto artesanal 100% hechas en España que surgen a partir de sus propia inquietud por la moda ética y sostenible.

Las prendas de Elena buscan un estilo atemporal que no esté sujeto a modas pasajeras, sino que se conviertan en un sello de identidad de aquellos que las llevan durante muchos años. Están pensadas para durar porque, para su diseñadora, el reto de la industria textil actual es educar al comprador para que aprenda a consumir menos y mejor.

Alrededor de la firma se ha creado una comunidad de madres y padres que sienten las mismas inquietudes y comparten los mismos principios que Elena. De esta forma, Counting Clouds se ha convertido en un intercambio de historias sobre maternidad y sostenibilidad donde las clientas desarrollan una relación muy cercana con Elena.

Además de la oportunidad de compartir su perspectiva, el hecho de dedicarse de lleno a un proyecto propio, le ha dado a Elena Garicano la oportunidad de trabajar desde casa y poder compartir más tiempo con sus dos hijas.

Hablamos con ella para saber más sobre su filosofía, su inspiración y el origen de esta compañía.

Foto cortesía de Counting Clouds

Antes de embarcarte en este proyecto, ejercías como arquitecta. ¿Qué tiene en común el diseño arquitectónico con el de moda? 

Siempre he pensado que todos los campos del diseño tienen mucho que ver en la manera de afrontar el proceso. La búsqueda de inspiración, la manera de encajar y materializar todas las ideas iniciales, el juego de colores, texturas, medidas… Al final el resultado se plasma de manera diferente, pero el camino es muy parecido.

El nacimiento de tu segunda hija es el detonante para que te lances a darle un giro a tu carrera profesional. ¿En qué aspectos ha mejorado tu vida como madre a partir de este punto de inflexión? 

La marca me ha dado sobre todo flexibilidad y realización personal. Trabajo más horas ahora que por cuenta ajena, pero tengo la libertad de poderlas organizar en función de mis necesidades y las de mi familia, y puedo trabajar desde casa y estar con mis hijas en verano y durante los  días sin clase. También ha sido muy importante el que ellas hayan visto desde el principio en qué trabajo y el esfuerzo que supone. Ven que a veces las cosas no salen a la primera y también son partícipes de la alegría cuando algo sale bien después de mucho trabajo. Para mí todos estos aprendizajes son súper valiosos.

Foto cortesía de Counting Clouds

En Counting Clouds podemos encontrar ropa de niños y también de adultos. ¿Es diferente el proceso de creación en función del público para el que diseñas? 

Al principio la marca estaba sobre todo orientada al público infantil. Por diversas circunstancias y aprendizajes las prendas han ido evolucionando poco a poco hacia la moda de mujer, aunque sin dejar nunca de lado algunas prendas para niños. Ha sido un proceso tan natural que, por lo menos para mí, no hay diferencia a la hora de diseñar una colección de moda infantil o de moda adulta.

¿Siempre te ha interesado la moda infantil o es la maternidad la responsable de que te enamores de ella?

Definitivamente la maternidad fue el detonante para que empezara a interesarme  y después a enamorarme de temas a los que antes no prestaba mucha atención. Y el amor por la moda y la decoración infantil es sin duda uno de los principales.

¿Por qué eliges el punto como  material principal?

Siempre he sido una gran amante de las prendas de punto, tanto en verano como en invierno. Para mí era difícil encontrar prendas de punto de buena calidad, hechas en España y con un buen precio, y desde el principio quise que estuvieran presentes en las colecciones. Con el paso del tiempo me di cuenta de las infinitas posibilidades del punto, de cómo la gente valoraba la calidad de las mías… y decidí especializarme en prendas de punto y exprimir todas sus posibilidades. Ahora mismo puedo decir que estoy feliz de haber tomado esa decisión. Para mí esta especialización, lejos de limitarme, me ha hecho centrarme e investigar nuevas texturas, hilaturas, patrones, y hacer prendas que cada vez son más «yo».

Foto cortesía de Counting Clouds

En ‘Basics & …’ compartes historias de tus clientas y su relación con las prendas de la colección Basic. ¿Qué te aporta conocer cómo tus diseños se sumergen en la vida de otras madres? ¿Tienes mucho en común con tus compradoras?

Basics fue una idea que estuvo mucho tiempo en mi cabeza antes de materializarse. Poco antes de lanzar esa nueva línea de prendas básicas, hechas casi por encargo, recibí un mail de Claudia Cabero, una profesora con pasión por la fotografía que me presentaba su trabajo. Al momento me enamoré de sus fotos y pensé que podía ser una idea genial que ella fotografiase Basics en su familia. Prendas básicas y reales vistas y llevadas por una familia real. Ella fue la primera historia de Basics y después han venido muchas más. Es estupendo ver cómo otras madres llevan mis prendas, cómo sus hijos las disfrutan. Es como si se cerrara el ciclo, y a la vez es lo que me da más ideas para seguir diseñando y mejorando. Creo que las clientas de Counting Clouds son mujeres sensibles y preocupadas por la sostenibilidad, que buscan ropa de calidad, diferente, bonita y combinable, hecha de manera ética. Con muchas de ellas tengo después de los años un trato muy cercano y me doy cuenta de que, sin duda, tenemos muchas cosas en común y podríamos pasarnos horas hablando de temas que nos interesan a las dos…

Desde tu punto de vista, tanto de madre como de diseñadora, ¿Qué requisitos tiene que cumplir una prenda infantil para que los niños se sientan a gusto vistiéndola?

Lo primero e indispensable es que sea cómoda, que les permita moverse y jugar sin problemas. Mis hijas siempre me sorprenden con sus comentarios sobre sus prendas. Tanto en temas de patrones y detalles como en el diseño o los colores. A veces pienso que las prendas que más les gustarán son las que tengan estampados o colores más vistosos y luego descubro que realmente las que más les gustan son las más cómodas, las más suaves, las que pueden llevar con todo…

Los productos de Counting Clouds tienen un aire clásico que, irremediablemente, nos transportan a nuestra niñez. ¿Recuerdas tu ropa favorita de la infancia? ¿Están tus creaciones inspiradas de alguna forma en tus recuerdos de esta época?

La verdad es que las colecciones están más inspiradas en mi yo de ahora, en mis inquietudes, y en mi mundo desde que soy madre. Recuerdo que una de mis prendas favoritas era un jersey de rayas de colores… Counting Clouds sin duda es amante de las rayas, así que supongo que al final sí que está todo conectado de una u otra manera.

 

Foto cortesía de Counting Clouds

Has realizado colaboraciones cápsula con otras artesanas y artistas. ¿Qué puntos en común necesitas tener con la otra persona para sumergirte en estas sinergias?

Una de las cosas que más me llena de tener esta marca es la cantidad de gente que voy conociendo por el camino. Normalmente tenemos tantas cosas en común que las colaboraciones siempre surgen de una manera muy natural y orgánica. Creo que lo más importante, aparte de por supuesto tener una estética y unos gustos similares en temas de diseño, es estar muy comprometidas con nuestros respectivos proyectos. Si tu proyecto te apasiona, te vas a volcar en cada colaboración, porque forma parte de él.

Al repasar tus referencias estéticas nos encontramos con que te inspiras de distintas disciplinas como la fotografía, la cerámica o el interiorismo. ¿Te planteas extender tu proyecto creativo hacia alguno de estos campos?

Ahora mismo todavía veo muchas posibilidades en Counting Clouds y no me planteo diversificar el proyecto. Pero «nunca digas nunca jamás…». Para mí, después de 10 años trabajando en estudios de arquitectura, todo este mundo es nuevo y me quedan muchísimas cosas que aprender y descubrir.