Saber qué ingredientes y nutrientes lleva lo que comemos puede ser todo un reto y a la hora de programar una alimentación equilibrada es importante conocer los secretos que estos revelan en sus envases desde niños.
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En España el 43% de niños entre los 6 y 9 años padecen obesidad, una enfermedad que comienza en la infancia y que puede acabar en un problema de salud al llegar a la edad adulta. Por ello los más pequeños tienen que aprender hábitos saludables y tomar las mejores decisiones entre la multitud de alimentos a su alcance, y la mejor forma es que aprendan a leer las etiquetas que revelan sus nutrientes y valores energéticos.
El etiquetado de los alimentos viene a ser lo mismo que un índice de un libro, pues en estas etiquetas se listan todos los ingredientes de un alimento. Es muy importante saber interpretar esta información y tener claro qué es cada nutriente para conseguir estructurar una dieta equilibrada en la se combinen los alimentos a la medida de lo que el cuerpo necesita para tener un correcto funcionamiento y desarrollo. En consecuencia es necesario tener al menos una información básica acerca de su clasificación:
- Grasas. Es muy importante en el desarrollo del cuerpo pero no todas las grasas son buenas y por eso se hacen distinciones en las etiquetas. Hay que buscar grasas sanas, no saturadas.
- Sodio y colesterol. Refleja la cantidad de sal que contienen los alimentos, es importante controlar la ingesta de este.
- Hidratos de carbono. Presente básicamente en los cereales y productos de base cereal, se dividen en fibra y azúcares. Estos últimos hay que vigilarlos y rechazar los alimentos que contengan una gran cantidad de azúcar
- Proteínas. Encargadas de reparar y construir los músculos, importantes para el desarrollo del niño.
- Vitaminas. Los niños deben buscar vitaminas A y C como base fundamental en los platos y su consumo debe ser diario. También pueden estar presentes otras vitaminas indicadas claramente.
- Calcio y hierro. Dos minerales de consumo diario necesario en el aporte nutricional de los pequeños para su crecimiento.
Este tipo de informaciones aparece en la parte exterior de los paquetes y muestran dos medidas diferentes, en gramos y en porcentajes. Los ingredientes de la receta del alimento en si aparecen en función de su cantidad expresados en gramos o miligramos y por otra parte se indica el valor nutricional dentro de la dieta a través de porcentajes. Las tablas suelen venir con medidas estándar para la alimentación de los adultos, pero los niños quedan fuera de juego en este caso.
Los niños tienen unas necesidades nutricionales diferentes a las del adulto y su ingesta de calorías va a oscilar según su sexo, edad y actividad física. Además, no debemos olvidar el aporte de hierro y calcio que necesitan para su correcto crecimiento. Leer las etiquetas aporta un conocimiento muy útil que podemos adaptar a los más pequeños e incluso pueden ser partícipes de las elecciones si les dejamos comparar los diferentes alimentos y sus ingredientes para que aprendan cual es la mejor opción en base a los beneficios que le aporten como mayor cantidad de fibra, calorías por ración o menor cantidad de grasa. En las etiquetas también aparecen otras informaciones útiles como el tamaño de las raciones recomendado y las raciones que vienen por envase.
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