Louise Brooks y los secretos del estilo “flapper” en 10 puntos clave

14 / 11 / 2017
POR Jaime Martínez

Recordamos a la mítica actriz de los años 20 y diferentes aspectos del reivindicativo estilo ‘flapper’ que tan bien supo representar, a través de su icónico peinado y su desafiante libertad.

 

 

No fue la primera flapper. Ni tan siquiera la primera actriz en llevar a la Gran Pantalla el famoso peinado bob por el que hoy es tan recordada. Pero ninguna otra mujer de aquellos locos años 20 que se sumara al reivindicativo movimiento femenino de las flappers, supo representar como ella la vitalidad de aquel nuevo estilo de vida, y su fugacidad.

Louise Brooks (1906-1985) nació en Kansas. Tras mudarse a Nueva York y trabajar como bailarina para la compañía de Ruth St. Denis y en las Ziegfeld Follies, firmó un contrato con la Paramount, estudio con el que grabaría la mayoría de sus películas. Su fama de actriz difícil no tardó en aparecer como fruto de una inteligencia ante la que muchos hombres se sentían cohibidos, una libertad de la que siempre hacía gala, y una imperante misoginia que, como hemos podido comprobar, no es solamente cosa del pasado de Hollywood. Con su carrera en el punto más alto, la leyenda de Louise Brooks comenzó tras convertirse en una de las primeras actrices en revelarse contra la industria y los grandes estudios. Terminado su contrato, rechazó continuar trabajando en La meca del cine, marchándose a Europa para grabar la película por la que décadas más tarde sería ensalzada como mito, La caja de Pandora (1929).

Con una brillante y fugaz carrera de la que se retiró con tan solo 32 años, recordamos en estos 10 puntos algunos de los aspectos de su vida y del movimiento flapper del que se convirtió en icono, coincidiendo con el aniversario del nacimiento de la actriz este 14 de noviembre.

 

1. Los felices años 20.

Es durante esta etapa de felicidad generalizada que comienza con el final de la Primera Guerra Mundial (1914-1918), y que terminará de manera abrupta con el ‘Crack del 29’ y La Gran Depresión, cuando surgen las flappers como movimiento femenino, con el lenguaje, las maneras y la moda como principales vías de reivindicación.

Una de las obras que mejor recogen este periodo es la famosa novela de Francis Scott Fitzgerald El gran Gatsby (1925). Llevada al cine en numerosas ocasiones, son especialmente conocidas sus adaptaciones para la Gran Pantalla de 1974 y 2013, con Robert Redford y Leonardo Dicaprio como protagonistas respectivamente.

 

Louise Brooks en ‘Diary of a Lost Girl’, 1929.

 

2. El ‘bob cut’.

Introducido en norteamérica por la bailarina Irene Castle tras el final de la guerra, el Castle Bob, como se comenzó a conocer al nuevo peinado, fue sin duda uno de los símbolos más distintivos de las flappers. Con él las mujeres cortaban de un tijeretazo con la tradicional imagen de la mujer decimonónica, convirtiéndolo en todo un alegato de rebeldía y feminidad. El peinado comenzó a popularizarse gracias a actrices como Mary Thurman o Colleen Moore, y a la novela Bernice Bobs Her Hair (1920), de nuevo de Francis Scott Fitzgerald, e incluida en su colección de cuentos Flappers and Philosophers.

Una de las mujeres que mejor defendió y más contribuyó a difundir el nuevo peinado fue precisamente Louise Brooks. Con su impecable corte al estilo Dutch Bob, el suyo está considerado uno de los peinados más impactantes de la historia. A ella se le debe que todavía hoy siga siendo sinónimo de modernidad, habiendo sido capaz de conquistar, en varias de sus versiones, a personajes como Anna Wintour, Taylor Swift o Isabella Rossellini.

 

Louise Brooks con su icónico ‘Dutch bob’.

 

3. ‘Flappers’ frente a ‘Garçonnes’.

Mientras las garçonnes aparecían en Europa defendiendo una imagen andrógina de la mujer, desde Estados Unidos las flappers ponían el acento en las maneras y en el comportamiento, llevando a cabo en compañía de hombres actividades hasta entonces mal vistas como fumar o beber, y disfrutando de una libertad sexual que rompía las barreras de la moralidad de la época.

 

(1) y (2) Fotografías de Louise Brooks. (3) Vestida de ‘flapper’ en ‘A Social Celebrity’, 1926.

 

4. La Era del Jazz.

La revolución femenina que iniciaron las flappers tuvo en la música otra de sus principales vías de expresión. En 1920 se reconoció finalmente el derecho al voto de la mujer en Estados Unidos con la aprobación de la Decimonovena Enmienda, y al sonido de los nuevos ritmos del jazz y de bailes como el shimmy y el charlestón, las mujeres comenzaron a celebrar la consolidación de unos derechos y libertades que hasta entonces se les habían estado negando.

 

Louise Brooks en ‘The Canary Murder Case’, 1929.

 

5. Siluetas rectas y vestidos holgados.

La línea recta reemplazó a las insinuantes curvas femeninas. El viejo corsé, utilizado hasta entonces para pronunciarlas, se sustituía ahora por fajas y trajes holgados que las desdibujaban y masculinizaban, mientras las faldas se acortaban hasta las rodillas y comenzaban a aparecer vestidos con escotes cada vez más pronunciados.

El creciente intercambio cultural entre ambas orillas del Atlántico que se produjo tras el final de la guerra, hizo que el estilo flapper comenzara a expandirse por Europa, y aparecía en París la modista que capitaneará toda esta transformación hacia la imagen de la mujer moderna, Coco Chanel.

 

(1) Louise Brooks con vestido de Chanel. (2) Espectacular escote en la espalda de Louise Brooks en ‘La caja de Pandora’, 1929.

 

6. Plumas, cintas y perlas.

Frente a los complementos masculinos de los que hacían gala las mujeres garçonnes, como corbatas, monóculos o bastones, las flappers elegían aquellos que les permitían potenciar su lado más delicado. Era habitual que completaran sus estilismos con plumas, abalorios, cintas, pieles, diademas, joyas estilo art decó, y especialmente con sugerentes collares de perlas que lucían de mil y una maneras diferentes.

 

Louise Brooks con collar de perlas fotografiada por George P. Hommel, 1928.

 

7. Maquillaje.

Atraídas por el mundo del cine y de la publicidad frente a los viejos modelos aristocráticos, las flappers fueron las responsables de convertir el maquillaje en un elemento más del ritual de belleza femenino, utilizándolo en abundancia y poniendo especial atención en resaltar “el arco de cupido” de sus labios.

 

Louise Brooks fotografiada por Eugene Robert Richee, 1928.

 

8. Sombrero ‘cloche’.

Realizados generalmente de fieltro, el sombrero cloche se convirtió en otro de los principales complementos de las flappers. De cuerpo cilíndrico y con un ala reducida a la mínima expresión, era el sombrero perfecto para llevar con los tan de moda cortes de pelo al estilo Bob, Garçonne e Eton Crop.

 

Louise Brooks con diferentes modelos de sombrero ‘cloche’.

 

9. LouLou, de Cacharel.

Inspirándose en la sensualidad y la sofisticación de Louise Brooks, la casa Cacharel lanzaba en 1987 el perfume LouLou. La fragancia, de un dulce e intenso aroma floral donde predominan las violetas sobre un fondo de notas orientales, no supuso la primera obra basada en la figura de la icónica actriz. Ya en 1929, y con Brooks todavía en activo, la tira cómica Dixie Dugan se inspiró en ella para su personaje principal. Igual ocurrió con Valentina, la protagonista de los cómics italianos publicados entre 1965 y 1996, y con el estilismo de Liza Minnelli para la memorable Cabaret (1972).

 

Cartel del perfume de Cacharel inspirado en Louise Brooks ‘LouLou’ y fotografía de la actriz.

 

10. Lulu en Hollywood.

Haciendo referencia al personaje que interpretó bajo las ordenes de G.W.Pabst en la mítica película de culto La caja de Pandora (1929), Louise Brooks publicaba en 1982 una suerte de escritos a modo de memorias bajo el título Lulu in Hollywood.

Con una aguda escritura fruto de una infancia rodeada de libros y de sus años como colaboradora para revistas especializadas en cine, Brooks revive a través de su propia letra sus años como interprete y bailarina, reflexionando sobre el séptimo arte y lo que supuso convertirse en actriz durante aquellos primeros años de la industria del cine.

 

Fotografía y portada de una reedición en inglés de ‘Lulu in Hollywood’.