Acaba de terminar sus estudios en diseño de moda y ya ha colaborado con Kenzo Parfums. Hablamos con la artista que se expresa en artbooks para materializar las memorias del pasado transformadas en arte presente.
Marta Niñerola es una valenciana de nacimiento afincada en Madrid que acaba de graduarse en Diseño de Moda por el IED. Este mismo año, además, tuvo la oportunidad de contribuir con la bonita iniciativa de Kenzo Parfums que reunía a 9 artistas femeninas – como Brianda Fitz-James o Espido Freire– para crear obras, cada una a su manera, inspiradas en la icónica amapola de la firma y cuyos fondos fueron destinados a Cruz Roja España.
A Marta le gusta trabajar diferentes disciplinas y asegura que no solo la escritura y el diseño textil se llevan bastante bien, sino que ella no entiende la una sin la otra, para ella unidas. La ilustración y la fotografía son sus otras dos debilidades, y es de esa clase de personas que disfruta del camino, del proceso, pues en él se desarrolla parte de su yo artista y los rasgos de su persona.
¿Cómo plasmas el pasado en el presente?
Gracias a los recuerdos y a la posterior asociación de diferentes vías de expresión que me permite hacerlo. En mi caso siempre es el color, la forma, la textura y las referencias. Estas últimas son muy importantes porque me ayudan a comunicar ese pasado y a la vez a recordar. Son como un pequeño motor, y todo ello queda reflejado en mis artbooks.
Para mí es una de las mejores sensaciones que he podido experimentar, poder recordar aquellas experiencias que por alguna razón quedaron grabadas en mí y gracias a campos como el diseño las he podido materializar. Una de mis escritoras favoritas, Susanna Tamaro, dice en ‘Donde el corazón te lleve’ que cada cual obtiene su inspiración del mundo que mejor conoce, y esta frase refleja muy bien lo que quiero transmitir.
¿Somos recuerdos?
Claro que lo somos. Son una forma de encontrar una respuesta a muchas preguntas que surgen dentro de nosotros mismos, y a mí es algo que me pasa muy a menudo. Pienso que es una manera de responder a ese: ¿de dónde venimos?, ¿quién somos?, ¿a dónde vamos?
¿Por qué dices que parte de tu identidad como persona y diseñadora reside en el proceso de trabajo?
Para mí la vida y el diseño comparten ese proceso. Si nos paramos a pensar, son un conjunto de experiencias que juntándolas muestran una evolución en el tiempo.
De esto es algo que me di cuenta cuando en la universidad un profesor nos dijo que teníamos que hacer un artbook. Algo que podía ser una anécdota pasajera para mí fue crucial a la hora de ejecutar y comunicar mi trabajo. De esos cuadernos me llamó la atención una gran cantidad de cosas, y me alegro de haber tenido que hacerlos. Muchas veces tenemos ante nuestros ojos las respuestas y no nos damos cuenta.
Fue en ellos donde vi a qué herramientas como diseñadora recurría constantemente, cuáles eran las referencias con las que me sentía identificada, con qué disciplinas me sentía cómoda y, sobre todo, el por qué de ello, que residía constantemente en el recuerdo asociados con la infancia. Todo proyecto surge como consecuencia de algo y es un proceso siempre incompleto, que está en constante cambio, como las múltiples posibilidades que hay en nuestras vidas, las diferentes vías que se nos presentan para que escojamos.
¿Qué tal se lleva la escritura con el diseño textil?
Yo lo llevo muy bien, al fin y al cabo cada uno encuentra una manera de comunicar. Es algo indispensable a la hora de trabajar, considero que ambas cosas van unidas.
Siempre he tenido cierto vínculo hacia todo lo relacionado con la escritura, lo textil y el arte por mis padres, que me lo enseñaron desde pequeña. Por un lado, a mi padre le encanta coleccionar máquinas de escribir y libros antiguos; por otro, a mi madre le encantan los tejidos y las antigüedades, y a ambos el arte. Pienso que es muy bonito poder dejar constancia de todo lo que te han inculcado y sobre todo creer en la capacidad de uno mismo para poderlo reflejar.
¿Cómo de importante es el color en el universo Marta Niñerola?
Es muy importante, forma parte de mis grandes herramientas para trabajar ya que a través de él podemos comunicar muchas cosas, como una forma de ser o de estar en un momento determinado. Me encanta investigar sobre ello.
¿Con qué tipos de tejidos te gusta trabajar?
Intento no cerrarme, pero siempre me voy más hacia aquellos que te permiten una manipulación mayor. Me encanta trabajar con el retor, y creo que es mi preferido. De hecho mi trabajo final de estudios estaba hecho en gran parte con este material. También me gusta trabajar con una organza o un popelín con cuerpo.
¿Qué papel representan en tus diseños las texturas y las formas?
Un papel muy importante, al igual que el color. Ahora mismo pienso que van los tres unidos porque suelo combinarlos a la hora de trabajar. Me gustaría aprender sobre estampación textil porque pienso que es una vía muy buena para poder evocar a las tres cosas.
¿Qué puedes contarnos de tus artbooks? ¿Tienes debilidad por alguno en especial?
Son mi reflejo como persona, la síntesis de mi forma de expresión y el inicio de todo proyecto. Es algo necesario a la hora de comenzar un trabajo, aparte de disfrutar haciéndolos son fundamentales para seguir realizando el proceso del que he hablado.
Le tengo mucho cariño al primero y a los dos que hice para mi trabajo final de carrera. Reflejan unos proyectos que son muy importantes para mi.
¿Cómo ha sido tu experiencia con Kenzo Parfums?
Fue una experiencia y una oportunidad buenísima. Pude trabajar con ellos gracias a un concurso que propusieron a través de la universidad, y cuyo fin era benéfico. La manera de hacerlo fue única, ya que se nos daba libertad a la hora de crear lo que nosotros quisiéramos, y no hay nada como poder hacer lo que uno realmente quiere. Además, el trato por parte del equipo Kenzo Parfums fue genial.
Uno de tus objetivos es seguir formándote en el campo del diseño. ¿Cuál será tu próxima parada?
Sí, lo es. De momento estoy realizando prácticas en Ecoalf y cuando acabe me gustaría hacer muchas cosas, sobre todo seguir aprendiendo sobre lo que más me gusta. No descarto el irme fuera, me encantaría trabajar en alguna empresa donde la presencia de lo artesanal fuera muy importante. También desarrollar algún proyecto desde una perspectiva más artística y hacer voluntariado durante unos meses.
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Fotografía: Clara Ros Esteve
