La diseñadora inglesa Faustine Steinmetz cuestiona el fast fashion mostrando al mundo todo el trabajo que requiere cada una de sus prendas.
Constantemente compramos prendas que usamos a diario durante una temporada para desprendernos más tarde de ellas. Las desechamos, bien porque son victimas de un prêt-à-porter de mala calidad o bien las vendemos en alguna aplicación de segunda mano. En definitiva, no valoramos todo el trabajo que conlleva el hecho de que podamos vestir cada día.
Faustine Steinmetz cuestiona los mecanismos de la moda rápida que impiden que valoremos un pantalón para uso diario, de la misma manera que un vestido de alta costura destinado para usarse en una sola ocasión. Por este motivo presentó el pasado 27 de Junio en París, más concretamente en la Galería Joyce, una exposición de nombre Slow Denim.
En esta retrospectiva, Steinmetz no solo muestra su colección de piezas deshilachadas, imperfectas e irrepetibles, si no que pretende hacer entender todo el trabajo duro y las horas de confección que hay detrás de ellas, para así añadirle un valor que hasta ahora estaba presente pero no percibido.
Todas sus prendas son fabricadas a mano, utilizando únicamente técnicas artesanales que le permiten concluir en piezas tan especiales como chaquetas de mezclilla deshilachadas o jeans desteñidos. La diseñadora afirma que sus creaciones pueden consistir en prendas que todo el mundo tiene en sus armarios o que ha tenido en alguna ocasión, pero está segura de que su trabajo es 100% artesanal, partiendo de cero en su proceso de fabricación.
Además, su trabajo está totalmente volcado en el Denim, pues lo considera un tejido símbolo de la ropa industrial. Todos usamos prendas vaqueras que desgastamos a diario, el pantalón vaquero por ejemplo, es un objeto cotidiano que no es infravalorado.
Aunque su obra dejó de exhibirse el pasado miércoles 13 de julio, el proyecto, por su valor ilustrativo y su impacto visual, inaugura una nueva forma de transmitir los procesos, tiempos, materiales o mano de obra que se esconde detrás de cada prenda.
vía Wonderland
