Casi analfabeta, pero con una gran sensibilidad espiritual y creativa, dibujaba, escribía y bordaba los momentos de trance en los que conectaba con los seres de luz que le hacían compañía.
Josefa Tolrà.
Josefa Tolrá (880 – 1959) es una artista y medium, o medium y artista según se mire, que de no ser por su habilidad para contactar con el otro mundo, podría haber pasado por el mundo sin pena ni gloria como el resto de los mortales. Vivió hasta su muerte en Cabrils, su pueblo natal, en un aislamiento voluntario que marcó su obra y la hizo ser lo que es hoy. Pinturas, bordados, poemas y hasta una novela es el legado que dejó a su muerte, tras haber estado activa desde los 60 años, cuando empezó a escuchar voces en su cabeza. A continuación te dejamos cinco claves para que entiendas el papel de Josefa Tolrà como artista y por qué es tan peculiar.
· Su contexto histórico ·
‘Caballero y su musa amada’, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.
‘La gran teósofa´, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.
En la época en la que Josefa pudo asistir al colegio, la educación para la niñas estaba pensada para que fueran formadas en el aprendizaje y el mantenimiento de las costumbres y el cuidado personal. Se les relegaba al ámbito privado y no se les proporcionaban oportunidades para desarrollar su potencian ni habilidades. Dentro de los conocimientos que se les proporcionaban, como artista ella sacó provecho de las labores de bordado, que forman una parte importante de su obra.
Además, cabe destacar que ella comienza a dar cabida al arte en su vida en los últimos años de esta, que coinciden con el periodo en el que España está sumida en la dictadura franquista. Concretamente entre los años cuarenta y sesenta del siglo pasado, una época en la que nuestro país sufrió las consecuencias de la censura, por lo que el hecho de que actualmente podamos disfrutar de su obra es un hecho insólito.
· La pérdida, las voces ·
‘Dibujos fluídicos y alfabeto secreto’ bordado de Josefa Tolrà, imagen de la Asociación Josefa Tolrà.
Fue madre de una niña y dos niños, los cuales mueren antes y durante la guerra. La pérdida de ambos es lo que hace que comience a escuchar voces en su cabeza y estar en contacto con el otro mundo hasta que fallece a los 72 años de edad. Esta conexión sobrenatural la empuja a transcribir los mensajes que recibía animada por un conocido para sacar todo lo que se le pasaba por la cabeza. Varios de sus dibujos llevan el mismo título ‘Dibujo energía fluídica’ o ‘Dibujo energía fluídica’, lo que para muchos espiritistas significa que aquellos que nos han dejado se han convertido en esta fuerza o energía y se comunican con el mundo terrenal a través de quienes pueden percibirlos.
· ‘Seres de luz’ ·
Toda la obra de esta artista es fruto de una búsqueda continua por su estabilidad y la paz mental, ya que cuando creaba liberaba todo aquello que tenía en su interior. A la hora de dar rienda suelta a su arte, responsabiliza en muchos de sus escritos a lo que ella llama ‘seres de luz’ ya que entraba en un tipo de trance en el que dejaba a su mano libre para dar forma a lo que percibía a través de éstos. Es la única explicación por la cual sus textos sobre todo, traten temas muy variados, pero a la vez contengan tantos errores ortográficos y gramaticales, lo que indica un alto grado de analfabetismo.
· Dibujos, escritos, bordados ·
Con su trabajo como artista Josefa Tolrà demostró al mundo la habilidad para aprovechar los escasos estudios que poseía y convertirlos en piezas únicas. Tomando las nociones que los ‘seres de luz’ le proporcionaban sobre diversas cuestiones, ella los materializaba gracias a sus nociones de bordado y dibujo, las cuales pudo desarrollar al trabajar en una fábrica textil. En su obra gráfica destacan los dibujos con figuras y escenas costumbristas, temas religiosos y personajes y visiones en relación al mundo oculto, mientras que en sus textos, destacan la geografía, ciencia, personajes históricos como Napoleón e incluso nociones sobre teosofía.
· Una reclusión voluntaria ·
‘La esfinge’ de Josefa Tolrà, imagen de la Asociación Josefa Tolrà.
Otro de los aspectos que vuelven su obra tan interesante es su escaso contacto con el mundo exterior. Desde la muerte de su segundo hijo, se encerró de forma voluntaria y sólo interrumpió en dos ocasiones: una de ellas fue para visitar a una medium a Badalona y la otra para acudir a la representación teatral de su sobrina en el pueblo. Este aislamiento hizo que no tuviese ninguna influencia de tendencias artísticas ni referentes, era ella y su atmósfera de fantasía lo que le movían a seguir creando y que su arte no se viese afectado por el mundo que tanto dolor le había causado.
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