Onírico, quimérico, hipnótico: así es ‘El Desencanto’ de Adelaida

09 / 09 / 2022
POR Raquel García

Adelaida, «sirena en invierno y bruja en verano», vuelve a acariciarnos con la voz como instrumento, ahora, con su nuevo tema ‘El Descencanto’. En #VEINMAGAZINE estrenamos su primer videoclip y charlamos con ella.

Tras la buena acogida que tuvieron sus pasados temas, como ‘La Primavera’, la artista vuelve con un sencillo grabado en los bosques peninsulares, en el que los instrumentos se sustituyen por sonidos de la naturaleza. El 28 de septiembre sale a la luz su disco debut, ‘Cántaro’. Con este nuevo tema estrena el último avance del álbum en el que la canción y la imagen van de la mano, todo envuelto en una atmósfera surrealista. No te pierdas nuestra charla con ella.

¿Cómo describirías este nuevo tema, ‘El Desencanto?

Es una canción sencilla, enigmática y agridulce. Rememora las canciones de cuna, con un tono sombrío que le otorga la letra. La superposición de voces tiene algo magnético que me lleva al lugar donde cantan las sirenas.

¿Qué te desencanta?

‘El Desencanto’ del que surgió esta canción fue amoroso, pero procuro encantarme más que desencantarme. Me gusta pensar que estos dos van de la mano, y ‘El Desencanto’, con suerte, ayuda a desencallar.

Para ‘El Desencanto’ has contado con la ayuda de Irene Sesé, ¿por qué elegisteis un bosque para hacer la actuación?

Es gracioso pensar que el vídeo parte de las sirenas, del mar. Cuando nos juntamos con Irene, yo tenía muy claro que ‘El Desencanto’ era el canto de una sirena. Buscando, descubrimos las Arpías y las Sirenas-Aves. Estas Sirenas voladoras llevaron a Irene al bosque, y entonces, empezó a construir sobre el concepto de esta criatura que habita los bosques y seduce con su canto.

Irene conoce mi música de cerca y sabe bien que la naturaleza está muy presente en todo mi álbum debut. Nuestros respectivos imaginarios coinciden en las montañas y sus habitantes, las ranas, los insectos… y grabar en ellas y con ellos nos pareció lo más coherente.

¿Qué queréis transmitir con este vídeo tan onírico?

Volviendo a la idea de las sirenas acuáticas, Irene quiso que todo el vídeo fuera un reflejo en aguas nocturnas. De esta forma, la sirena voladora regresa al hábitat del que habíamos partido: las aguas. Esta última capa es intrínseca en el surrealismo que respira el vídeo, acorde con lo soñador de la canción. Creo que las dos supimos desde un principio que el vídeo debía ser onírico por encima de todo. Nos parece que el tema así lo requiere. Lo quimérico contribuye a este viaje hipnótico, en el que música e imagen van de la mano.

Además, la canción está grabada en directo, en el mismo lugar en el que se acontecen las imágenes. Interpretar la canción en medio del monte, vestida de sirena-luciérnaga con tan solo tres espectadores fue una experiencia muy especial, y eso ha quedado plasmado en el sonido. Sólo me queda explicar que Irene montó un equipo de diez, con Lluc Ruc en las luces, Anna Lanau en el sonido y Bo Bannink en el vestuario y ha sido un gusto trabajar juntas. Todo ha fluido muy orgánicamente.

El Desencanto

Fotografía de Lluc Ruc

En ‘El Desencanto’ has sustituido a los instrumentos por ecos y sonidos de la naturaleza y en general en tus canciones utilizas sonidos experimentales, ¿crees que el mundo musical más conservador está siendo sustituido por uno en el que la música se crea de forma más digital?

Sin duda hay cada vez más lugar para nuevas propuestas y todas tenemos ganas de escuchar cosas frescas. A mí me gusta beber de todas partes, sea clásico, comercial, experimental… Todo enriquece y, ¿por qué no?, todo está hecho. De algún modo, mi apuesta podría leerse como clásica o conservadora, pues la voz es el elemento principal de mis canciones, y la voz es también el instrumento musical más antiguo. De hecho, fue el referente para la creación de otros instrumentos, aunque hoy en día no tendemos a escucharla desnuda.

Es cierto que el fácil acceso y el control de las herramientas digitales que tenemos las nuevas generaciones nos proporciona una libertad creativa muy extensa. Tal vez por eso hay cada vez más propuestas que se alejan del clásico formato de «banda con cantante, batería, guitarra y bajo» que existe en el imaginario colectivo. En mi caso, por ejemplo, empecé a producir digitalmente porque no controlo ningún instrumento «clásico» más allá de la voz, pero sí tengo control de herramientas digitales. Descubrí que existía la posibilidad de usar el ordenador como instrumento, me puse a juguetear, y ¡aquí estoy!

Tus inicios en el mundo de la música fueron en un coro, ¿ha heredado tu música algo de esta experiencia?

¡Por supuesto! En los coros, el sonido se construye con la unión de voces y, frecuentemente, se prescinde de demás instrumentos. Como he comentado, el único instrumento que controlo en profundidad es mi voz, y ha sido ésta la herramienta compositiva principal del disco. Muchos de los temas, como ‘El Desencanto’, están formados exclusivamente a partir de la voz y, aunque en el disco soy yo la única intérprete, podrían fácilmente ser cantadas por un coro (¡y la ilusión que me haría ayyy!).

¿Cómo etiquetarías tu música?

Está en una intersección entre el pop, la electrónica y el indie más experimental, pero lo que la define es que es coral, onírica y sensorial.

¿Dónde encuentras inspiración para hacer tus temas?

Creo que la inspiración es un concepto muy abstracto, se puede encontrar en todas partes. Yo soy muy de insistir y de jugar, tengo una rutina de trabajo estructurada y paso mucho tiempo en el estudio, así que a menudo estoy allí cuando «aparece». También me es útil pasar tiempo a solas y, si es posible, en la naturaleza, sea el mar o la montaña. Por eso, tengo el hábito de ir al mar tanto como puedo, aprovechando que mi ciudad lo permite.

El Desencanto

Fotografía de Lluc Ruc

Ahora que te estás abriendo camino en la industria musical. ¿Es como te lo esperabas?

Es un mundo intenso que me ilusiona y con el que aún me estoy familiarizando. He podido ver que, al menos en Barcelona, la gente es muy generosa y está dispuesta a echar un cable. A mí me han ayudado muchísimo y me han recibido con los brazos abiertos. No sé muy bien qué esperaba, pero me siento muy agradecida y afortunada por la acogida que está teniendo lo que hago.

Este año has estado tanto en el Primavera Sound como en Eufònic, ¿qué tal fue la experiencia?

¡Fué muy emocionante! Ha sido mi primer verano tocando en festivales y es una experiencia muy distinta a la de dar bolos en salas. Hay algo ligero e imprevisible en los festivales que me hace sentir como una niña en el patio del recreo. La cantidad de gente, las demás artistas, el público, la velocidad… Estás en otro ritmo. Me trataron muy bien en los dos y fueron experiencias muy enriquecedoras. Además, en el Primavera Sound toqué con el mar a mis espaldas y en el Eufònic toqué en una iglesia, con el mar de frente. Empezar y terminar el verano tocando en el mar ha sido un gusto.

Sacas tu primer álbum el 28 de septiembre, ¿qué podemos esperar de él?

Me gusta pensar que ‘Cántaro’ ofrece un viaje sensorial, literario, sonoro… Podéis esperar la presencia de varios fenómenos naturales y criaturillas: lluvia, mar, pájaros, grillos. Podéis esperar encontraros en varios paisajes mágicos e inesperados, que surgieron de un duelo amoroso. Podéis esperar que las letras -que fluctúan entre el catalán y el castellano- concisas y directas, os inviten a reflexionar. Podéis esperar sonrisas y lágrimas y muchas, muchas, muchas capas de mi voz, que modulo según lo que la trama requiere.

¿Darás algún concierto próximamente? ¿Cómo serán tus directos?

¡Claro! De momento os puedo avanzar la fecha de la presentación del disco, que se hará en El Pumarejo, un lugar mágico en Barcelona, el 18 de noviembre. Será enérgico, hipnótico, introspectivo y también dulce, porque en el escenario es donde más disfruto.

Llegaré con mi looper, mis ropajes y tal vez algún pajarillo. Tendréis que verlo para creerlo. ¡Allí os espero!