Camille Vannier: cosas de casa

06 / 03 / 2018
POR Mirena Ossorno

Hablamos con la ilustradora francesa afincada en Barcelona sobre “Poulou y el resto de mi familia”, su nueva novela gráfica

Tras estrenarse en el mundo de la narración gráfica con El horno no funciona (Sins Entido, 2012), Camille Vannier (Paris, 1984) vuelve para contarnos la historia de Poulou y Claude, sus dos abuelos maternos. Por increíble que parezca, todo lo que nos cuenta está basado en hechos reales; de cómo vivió la clase alta el Mayo del 68 al efecto devastador que causó la presencia de Brigitte Bardot en la idílica localidad de Saint-Tropez. Este libro es la introducción más entretenida y divertida que podríamos encontrar para aprender la historia del país galo a lo largo del S.XX. Un “from rags to riches” a la francesa.

 

Desde “El horno no funciona” a “Poulou y el resto de mi familia” han pasado 6 años ¿Qué balance haces de ese tiempo? ¿Cómo sientes que has evolucionado?

Pues veo que hay cosas que no cambian, como mi obsesión por contar la vida de la gente que conozco o mi amor por dibujar objetos. En resumen, se podría decir que soy igual de materialista y cotilla que hace seis años. Por lo demás, sí que creo que mi estilo haya ido cambiando, aunque sigo con mis queridos lápices de color y mi HB.

De esta historia salen como unas cinco películas o novelas lo menos ¿Cómo ha sido el proceso de selección de escenas y anécdotas para que la narración tuviese sentido?

¡Y las anécdotas que no conté! He tenido que hacer una selección muy importante, porque había muchas más. He escogido lo que encontré más relevante para entender qué tipo de familia eran. Es verdad que había personajes con los que me hubiese extendido bastante más, pero hubiera sido otro libro. Yo aquí lo que quería contar era la vida de Poulou y Claude.

Habían momentos bastante duros en la historia, aunque siempre están contados con humor. ¿Fue duro revivir toda la historia familiar? ¿Cómo fue el proceso?

Para mí no lo fue, porque no lo he vivido. Es decir, no es mi historia directamente. Pero para mi madre no ha sido un camino de rosas. Hay cosas que me sabia mal preguntarle, como por ejemplo la muerte de su madre. Al final me lo contó, pero yo decidí no contarlo con detalles en el libro. También toda la parte de la crisis entre sus padres. Era muy niña y lo paso muy mal, revivirlo no fue divertido. Por eso creo que, para ella, contarme con humor hasta los momentos más duros era como una manera de protegerse; lo hace menos difícil y le quita hierro al asunto.

No sé si estás familiarizada con asuntos del transgeneracional o de psicogenealogía ¿Te ha ayudado en algo hacer este repaso a tu árbol genealógico?

Hacer este árbol genealógico ha sido como hacer un libro-herencia. Fue muy bonito y entretenido escuchar a mi madre contar toda su vida y la de sus padres. Me alegro de haberlo hecho. Creo que ahora sé un poco más quien es como persona, más que como madre. Por otra parte, he descubierto el personaje de Raymonde, la madre de mi abuela. Cuanto más me contaba mi madre sobre ella más pensaba “esta tía es mi ídolo”. Su carácter ese de “me la suda lo que piensa la gente”. Me fascinó.

 

¿Cómo crees que se va a tomar el resto de la familia el libro?

Pues espero que bien. Porque a ver, las historias son tal cual, todo es verídico y paso así. Pero dibujar algo que te cuentan es diferente a dibujar algo que has vivido. Me imagino que puede haber una parte de decepción. De todas formas, de momento estoy protegida para la barrera idiomática, ya que nadie en mi familia habla castellano y los demás están muertos.

 

¿Tiene algo que ver tú madre –y su prohibida afición a los tebeos- con que tú te hayas terminado dedicando a esto?

Seguramente no, porque a mí no me los prohibió, más bien al revés. En casa, en mi habitación, yo tenía toda la colección de mi madre, todos los Tintín, Asterix y los 4 Ases. Los leí todos y luego lo dejé. Desde entonces no leo muchos cómics. Para mí ha sido rollo “veni, vidi, vici”.

 

Claude, tu tía Marie y tú tenéis la misma peca en el mismo sitio de la mano derecha. ¿Compartes también su vena teatral?

Jajaja ¡Bien visto! Pues la vena teatral no sé, porque nunca quise ser actriz, pero una gran tendencia al “drama queenismo” definitivamente si lo tenemos en común.

 

¿Cómo ves de salud al cómic y a la novela gráfica en España?

Esa pregunta es terrible porque no tengo ni idea, aunque no debe de estar taaaaan mal, ya que publican hasta a los franceses afincados en Barcelona. Es broma, no lo sé.

 

¿Qué crees que hace falta para llegar a más público y que así sea más fácil para los artistas vivir del medio?

La situación de los artistas siempre ha sido bastante precaria. Al final es un lujo poder ejercer su pasión, pero sacrifican su seguridad económica. También veo que se tarda la vida en hacer un cómic, no sé cómo se supone que tenemos que hacer para vivir bien. Una ayudita del estado no estaría mal, en lugar de hacernos pagar para poder trabajar, no se… Just sayin’.