Chica limpia

16 / 08 / 2022
POR Lucía Benito

Estándares imposibles exclusivos para chicas blancas adineradas. La nueva microtendencia viral de Tiktok muestra el lado más dañino de las ‘clean girls’.

Hailey Bieber

Una raza, una clase y un estilo. Nuestro algoritmo de TikTok ha sabido bien cómo llevar esta nueva tendencia a cada pantalla del teléfono, presentándose como un nuevo estilo para imitar. El ‘clean girl’ look es un nuevo estrangulamiento social que está creando estándares de belleza casi imposibles de imitar para los millones de usuarios que se ven influenciados por esta ola.

Bella Hadid, Hailey Bieber, y una gran lista de tiktokers. El trabajo de cada influencer siempre es mostrar a sus seguidores nuevas formas de vida, de moda, maquillaje, peluquería, y un lago etcétera. El problema surge cuando estas tendencias o microtendencias que aparecen de la nada en plataformas como TikTok, se vuelven en contra de los seguidores, dejando detrás de sí un rastro de inseguridades. Sin tener los recursos necesarios, cualquier persona queda fuera de este círculo exclusivo que se crea a partir de un hashtag. Incluso el color de la piel puede ser un problema para no ser una ‘clean girl’.

Bella Hadid

La simpleza de estas técnicas hace que resulten atractivas, incluso accesibles para todo el mundo; sin embargo, el principal problema reside aquí. Para parecer una ‘chica limpia’ hace falta tener cierto tipo de piel, cierto tipo de pelo, usar ciertos productos. Esta idea de ‘clean girl’ lleva años existiendo en diferentes culturas, pero el eurocentrismo ha sabido apropiarse de esto, excluyendo a todas las personas que se alejen del modelo más caucásico.

Pelo liso, piel clara y productos excesivamente caros: estas son las pautas que se deben seguir para no ser una ‘dirty girl’. Este tipo de tendencias llegan a calar en lo más profundo de la sociedad, incluso en el mundo de la moda. Crean complejos por no cumplir con unos mínimos, crean barómetros de la percepción de clases y convierten a comunidades enteras en parias sociales. Lo viral se transforma en un arma de doble filo que crea ideas clasistas, racistas y gordofóbicas.

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