La diversidad familiar debe entenderse como la herramienta más útil para alcanzar la igualdad plena.
Es evidente que enseñar a nuestros hijos e hijas la diversidad actualmente existente en la sociedad, supone un reconocimiento necesario de las estructuras familiares posibles, aceptando, respetando y reivindicando esta misma. Junto a la familia clásica o nuclear, en las últimas décadas se han ido incorporando otras como las de progenitores separados o divorciados, reconstituidas, monoparentales, adoptivas o acogedoras, multiétnicas u homoparentales, entre otras. Todas las familias son igual de válidas e igual de bonitas.
Esta revolución social tiene que pasar necesariamente a las aulas para que todos los menores vean reconocida la realidad de su hogar en el sistema educativo y para que el conjunto de los niños y niñas conozca que son múltiples las formas de poder constituir una familia. Por ello hay que dotar a los niños y niñas de referentes explícitos, de modo que asimilen que sea cual sea su tipo de familia, está dentro de la normalidad y así profundizar en la diversidad afecto-sexual o la igualdad entre hombres y mujeres.
Los centros educativos deberían ser un ejemplo del Respeto a la Diversidad.
Los centros educativos son el escenario perfecto en el que conviven todas las niñas y niños a partir de los 3 años y son el primer espacio en el que se advierte este abanico de diversidad. Es necesario incrementar las propuestas sobre la diversidad familiar en la escuela, tanto fuera como dentro de las aulas. Se trata de darles una herramienta más de tolerancia basada en el respeto a la diversidad familiar existente en la sociedad. Diversidad entendida como un elemento de aprendizaje, de enriquecimiento y crecimiento personal.
Enseñarles a nuestros hijos e hijas tolerancia basada en el respeto evitará también a combatir el acoso escolar por pertenecer a una familia no clásica o nuclear. Sabemos que el acoso escolar afecta directamente a las personas agredidas, pero también lo hace a quienes agreden, a quienes observan y tiene graves consecuencias en la educación y el aprendizaje.
¿Cómo abordar la diversidad familiar con nuestros peques?
A través del juego, el juego simbólico es uno de los preferidos de nuestros hijos, pero si no les damos las herramientas adecuadas y les mostramos que existen otras posibilidades será difícil que jueguen a una familia diversa. Así que os proponemos Familing, un juego de cartas que pretende dar a conocer de manera divertida, las distintas realidades familiares que existen en nuestra sociedad. Se trata de un juego y herramienta pedagógica para aprender disfrutando. Este juego está formado por 11 modelos diferentes de familias, para configurarlas han tenido en cuenta 5 parámetros que implican diversidad social: género, etnia, sexo, edad y condición física.
Cada persona es única e irrepetible, por ello es natural que exista la diversidad familiar. Todas tienen en común lo único que realmente les define: el amor incondicional, el respeto y el cuidado de los unos hacia los otros haciéndose sentir especiales.
La misión de Familing es:
1. Educar a niños y adultos en la naturalización de la diversidad familiar a través del juego.
2. Poner su granito de arena en el crecimiento de futuras generaciones sin prejuicios ni tabúes hacia las familias que se salen de la norma construyendo entre todos una sociedad más inclusiva.
3. Crear referentes en las aulas y fuera de ellas para reforzar la seguridad emocional de aquellos niños cuyas personalidades o núcleos familiares se salen de la norma.
4. Con la excusa del juego de cartas, dar herramientas didácticas a padres y profesores para hablar de diversidad familiar a través de los diferentes canales de comunicación de Familing
¿Cómo se juega?
El objetivo del juego es intentar completar el mayor número de familias posible preguntando por las cartas que necesitas al resto de los jugadores. Para conseguirlas, deberás preguntar a la persona que intuyas que tiene la carta que estás buscando. Si aciertas, debe dártela. Si fallas, salta turno al siguiente jugador. Como en la vida real, cada familia tiene un número diferente de miembros, sin embargo, independientemente de su tamaño todas son igual de válidas. No obstante, Familing es un juego y para premiar el esfuerzo de aquellos participantes que hayan tenido que completar las familias más amplias, cada carta valdrá 2 puntos. Al finalizar la partida se deben sumar el total de familias que cada jugador ha conseguido completar. Gana la persona que ha conseguido más familias. En caso de empate, la persona que sume más puntos, ¡gana!
Fotografías cortesía de Familing
Concepto y Producción: @puzle_estudio
Fotógrafa: @angiecouple
Dirección de arte: @marcialennona
Estilismo: @joecarayol
