Tania Marcial presenta ‘Fortuna local’, una colección upcycled que ella misma define como «el encuentro de tesoros que toman un nuevo significado».
Nos cuenta Tania Marcial que construye piezas a partir de objetos y prendas encontradas en rastros locales o a partir de donaciones de gente cercana y familiares. «Me Imagino al conseguir ese pareo de playa con un tribal estampado, el uso que le daría su anterior dueña, cuanto tiempo llevaban en la caja esas monedas de 1927 del vecino, o cuanto tiempo llevaba enrrollado en casa ese pantocrator jaquard, ‘trofeo’ de una carrera de bicis en la que participó mi padre en 1978», comparte Tania. Y de la imaginación al mundo material con ‘Fortuna local’. En #VEINDIGITAL hablamos con ella.
¿Quién es Tania Marcial como diseñadora? ¿Cuál es tu background y hacia dónde te diriges?
Soy una soñadora y una idealista, voy un poco por libre, sin estrategias, haciendo lo que me apetece y lo que me llena de verdad, por suerte o por desgracia. Durante estos 10 años en el sector, estudiando trabajando, y finalmente con la marca, he podido comprobar con lo que me siento bien y con lo que no seria capaz de hacer. No me veo trabajando para el «diablo» aka el fast fashion, si tuviera que terminar ahí, haría cualquier otro oficio. En paralelo a la marca, trabajo confeccionando, haciendo muestras para clientes diversxs, colaboro con marcas, hago customizaciones, arreglos… La confección es un oficio que me interesa muchísimo, y que se está perdiendo.
¿Cómo y cuándo comienzas a trabajar con el Upcycling?
Desde siempre, he tenido interés en reaprovechar todo lo que me rodea, desde pequeña prefería utilizar cosas y materiales que tuviera por casa, antes que comprar. Yo sola me rio, y pienso que es algo que va con mi familia. Mi padre siempre me explica que su abuelo «tuneaba» cabras viejas para que pareciesen jóvenes y luego venderlas mas caras, soy como él, una chatarrera de la ropa jajajaj, recaudo ropa o tejidos que nadie quiere para darles un nuevo significado.
¿Qué significado tiene el título, ‘Fortuna Local’?
Le he puesto este nombre a la colección por que los materiales con los que he trabajado para hacerla, son prendas, tejidos o objetos que he encontrado en los rastros del extrarradio de Barcelona, de donde yo soy. Otras son donaciones que me van dado familiares y conocidos, porque saben que me interesan este tipo de cosas. Siempre suelo utilizar materiales locales también, pero esta vez he abierto mas la mente, utilizando cosas que se salen de lo que siempre hacia, y que antes no hubiera utilizado, y que tienen un sentido mas especial para mi y expresan y cuentan cosas sobre este contexto local.
¿Cuál es el mayor desafío que supone trabajar con prendas u objetos que tenían una vida anterior?
El mayor desafío es que si tienes algún fallo haciendo la prenda o le pasa algo al tejido, no puedes encontrar otra replica igual. Otro desafío es dar a entender al público de dónde viene, lo exclusiva que puede ser, y el esfuerzo que conlleva crearla. De la misma forma me cuesta ponerles precio, o dejarlas a estilistas, por que siento un fuerte apego hacia ellas por todo el esfuerzo que me supone hacerlas.
¿Y lo mejor?
Lo mejor es que se crea una prenda única, solo puede haber una igual. También el hecho de crearlas a partir de piezas con una vida anterior, es que ya están contando algo por si solas. un gráfico, unas letras, una forma, una textura, lo hace una base muy rica de la cual partir.
Háblanos de algunos objetos o prendas específicos, su historia o lo que suponen para ti, que hayas incluido en ‘Fortuna Local’.
Por ejemplo, el top hecho a partir de monedas españolas de 1927, que me regalo un vecino, porque sabia de mi interés en monedas últimamente. Me dio 100 monedas y me puse a taladrar cada una de ellas en el taller de motos de mi padre, investigando mientras, piezas de Paco Rabanne por internet. La segunda pieza icónica de esta colección para mí es el top «pantocrátor». Este verano mi padre haciendo limpieza me dijo » mira esto Tania lo quieres ?» lo abro y era un pergamino con una reproducción en tejido punto Jacquard de un pantocrátor de la iglesia de la ciudad de al lado (Terrassa). Era una especie de obsequio que le habían dado por participar en una carrera de bicis en los 70. Me pareció una cosa loquísima, y tenía que hacer algo con eso. El chaleco puffer lo he hecho a partir de un pareo de playa que parece bastante retro, y que encontré en el rastro de «la Jeni» una mujer increíble que estéticamente parece que se ha quedado en los 70.
