‘HOMO MACHUS: De animales a hombres’. Reconocer y visibilizar el machismo para hallar la felicidad

27 / 03 / 2020
POR David Alarcón

El ilustrador Javirroyo aborda a través de sus características viñetas la otra gran pandemia a la que se enfrenta la sociedad: el machismo. Hablamos con él.

Portada ‘HOMO MACHUS: De animales a hombres’, Javirroyo (Editorial Lumen, 2020)

“El Homo Machus debe dar unos cuantos pasos para convertirse en hombre”. Con esta contundente declaración, el diseñador gráfico e ilustrador Javirroyo emprende un viaje en el que recorre las distintas caras y manifestaciones del machismo en nuestra sociedad. ¿Cuál es el papel del hombre ante el feminismo y las nuevas masculinidades? ¿Es posible cambiar las actitudes sexistas y el ecosistema machista? Estas y otras muchas preguntas se plantean a lo largo de Homo Machus (Editorial Lumen, 2020), un libro en el que, a través de una infinidad de pequeños dibujos en blanco y negro, se aborda en profundidad la epidemia más alarmante a la que se enfrenta la sociedad actual: el machismo.

Una epidemia que el propio Javierroyo eleva a la categoría de pandemia ante la magnitud y el alcance de dicho problema. Es un problema que mata a muchas mujeres y se está produciendo a nivel mundial. Una vergüenza a nivel global” explica. Preocupado ante la inacción de las autoridades, la lentitud del cambio en el conjunto de la sociedad y la impasibilidad de un gran sector de la población masculina (y femenina), este ilustrador originario de Zaragoza, quien ha trabajado para editoriales y publicaciones como El País, El Semanal o Interviú, decidió poner voz a las mujeres que hasta entonces no se habían atrevido a compartir su estremecedora historia.

Violaciones en el ámbito laboral, episodios de acoso callejero, violencia machista intrafamiliar… Son muchas las formas en las que el machismo cobra vida, y Javirroyo consigue capturarlas, recopilarlas y plasmarlas a través de sus ilustraciones de apariencia sencilla cargadas de un significado abismal. Él mismo reconoce haberse sorprendido de lo que denomina “la profundidad de semejante océano” en referencia a la dimensión del machismo institucionalizado y presente en nuestro día a día, después de haber conversado con multitud de mujeres que decidieron colaborar activamente en este proyecto hablando sin tapujos de sus más trágicos encontronazos con el machismo en sus distintas facetas.

Hablamos con Javirroyo para conocer cuáles han sido los testimonios que más le han sorprendido, cómo concibe la sociedad del mañana y de qué forma ha abordado el machismo en su libro.

Javirroyo, autor de ‘HOMO MACHUS: De animales a hombres’

Reconoces que, cuando empezaste a dibujar sobre machismo, aún no eras consciente de la ‘profundidad de semejante océano’. ¿Cómo ha cambiado tu forma de verlo desde que decidiste emprender esta aventura hasta que acabaste de darle forma?

Ha cambiado mucho. De hecho ha sido como un viaje en el que lo primero que he aprendido es precisamente que los hombres, sobre todo, sólo conocemos aquello que aparece en los informativos: las violaciones, las muertes por violencia machista… pero ni idea de la violencia cotidiana que se ejerce contra las mujeres. Pero cuando digo ni idea, es NI IDEA.

Lara, Claudia, Carla o Isabel son algunas de las mujeres que decidieron compartir contigo testimonios personales en los que fueron víctimas del machismo en primera persona. ¿Cómo surgió esta colaboración?

Cuando estaba en medio del proceso del libro intenté solucionar este vacío de falta de información acerca de los abusos y acosos que sufren las mujeres en el día a día. Se me ocurrió publicar en mi cuenta de Instagram una viñeta con una pirámide de violencia y solicitar a mis seguidoras que me contaran casos que habían vivido en primera persona. Y me quedé abrumado cuando en 24 horas recibí algo más de 300 mensajes…. 300 historias de acoso y abusos, mucho de ellas contadas por primera vez. Evidentemente todo lo traté de forma anónima.

De los sucesos relatados que recibiste vía Instagram, ¿hubo alguno que te impactase especialmente? ¿Por qué?

Sí. Me impactaron mucho dos historias que aparecen en el libro. Una de ellas es la relativa a una violación en el entorno del trabajo. Una chica que fue a tomar una copa con los compañeros de trabajo y el jefe después de la jornada laboral y le echaron unas gotas en la bebida que le hicieron perder el control. Cuando despertó se encontró siendo penetrada por su jefe. La otra es una que tiene que ver con violaciones intrafamiliares, casi al final del libro. Estas son las más escalofriantes. Luego hay otras de machismos más cotidianos, como haber visto a tipos masturbándose en la calle, o que te metan mano en un transporte público que aunque son menos impactantes, era muy importante visibilizarlas.

Decidiste compartir el material recopilado con tu hija de 16 años, con quien reconoces tener muy buena comunicación. ¿Cómo reaccionó ante los escalofriantes testimonios?

Ella los leyó con muchísimo interés y fue muy interesante compartirlo con ella. Una de sus reacciones fue que se colocó en la posición de “¿Qué hubiera hecho yo en esa misma situación?”, y eso me parece un punto muy interesante. La otra es que me contó un par de casos de abuso que ella misma había sufrido ya con 16 años y que yo desconocía, a pesar de tener buena comunicación con ella. Y esto es algo que es muy importante, visibilizar y no juzgar a la víctima, no culpabilizarla, que es algo que se viene repitiendo y por lo que incluso muchas de las mujeres que habían compartido sus historias nunca se las habían contado a nadie. Ni siquiera a sus amigas o a su familia más cercana.

¿Has recibido algún tipo de mensaje o crítica negativa por abordar cuestiones como el machismo y el feminismo siendo hombre?

Pues sí, sobre todo de sectores de hombres que se creen que el libro es un ataque hacia ellos. No entienden que realmente es un ataque contra un sistema opresor, el sistema machista (el patriarcado) que oprime a las mujeres de forma muy violenta, pero también a los hombres en una dictadura de lo que debemos ser, bajo una idea de masculinidad única y represora.

‘HOMO MACHUS: De animales a hombres’ nos advierte de que aún debemos dar unos cuantos pasos para convertirnos en hombres. ¿Cuál es la primera medida que deberíamos adoptar para redirigir el rumbo?

La primera medida es reconocer el machismo dentro de nosotros. Porque existe y está ahí. No sólo en los hombres, debo decir, sino también en algunas mujeres que también ayudan a perpetuarlo. Pero en el caso de nosotros, los hombres, ese primer paso de reconocer el machismo que hemos mamado y seguimos mamando día a día es el primer y necesario paso.

Ilustras situaciones cotidianas en las que  el machismo hace acto de presencia, en un entorno en el que tiende a disimularse bajo la tradición y la normalización de ciertas actitudes. ¿Sabemos identificar los micromachismos? ¿Estamos avanzando en la buena dirección?

En primer lugar creo que es un error hablar de micromachismos. El lenguaje es muy importante porque configura la forma en la que percibimos la realidad e incluso la realidad misma. Y cuando nos referimos a los micromachismos ese “micro” parece que los hace más pequeños. Yo les llamaría machismos cotidianos o machismos invisibles.

Y esto enlaza con tu pregunta, porque los machismos cotidianos suelen ser también machismos invisibles que no identificamos porque están ahí desde hace mucho tiempo y se han insertado en nuestra forma de relacionarnos y de entender el mundo. Estos machismos que generan desigualdades cotidianas son los primeros que tenemos que identificar e intentar desactivar para poder avanzar en la dirección adecuada. Y sí, avanzamos, pero de forma demasiado lenta. Yo soy muy impaciente en este tema, deberíamos ser didácticos en nuestras explicaciones pero muy exigentes con el cambio, porque existen muchísimas desigualdades.

Dedicas un capítulo entero a abordar todo lo relacionado con los privilegios de los que goza el sexo masculino. ¿Son los hombres conscientes de las ventajas que tienen respecto a las mujeres?

¡Claro que son conscientes! Y este es el principal motivo de la resistencia al cambio. Lo más grave es que los hombres no se dan (no nos damos) cuenta todavía que esos privilegios comportan también una esclavitud. Por ponerte un ejemplo concreto, tener privilegios porque formas parte de un equipo directivo de una empresa te puede hacer tener una visión de tener que ser imprescindible, de tener que ser emocionalmente nulo, de obligarte a no mostrar tus sentimientos, a ser esclavo de una forma de entender la masculinidad bajo muchísima presión. Todo privilegio lleva una jaula al lado.

Julia, una de las mujeres que se atrevió a compartir su historia, fue asaltada por un hombre que intentó violarla en mitad de la calle. Horas después, decidió denunciarle y la policía le dijo que debía haberlo hecho en el momento. ¿Están las mujeres desprotegidas por las instituciones y el Estado? ¿Por qué?

Sí, porque las leyes las han redactado en su mayoría hombres. Tradicionalmente las leyes están pensadas por hombres que no conocen los casos de las mujeres, ni tienen esta sensibilidad porque no son mujeres, sencillamente. Es hora de que esto cambie. Es una vergüenza la sensación de desprotección.

¿Es el machismo la epidemia más preocupante a la que nos enfrentamos? ¿Somos conscientes de su magnitud y alcance?

Sin duda. Yo hablo de pandemia, porque es un problema que mata a muchas mujeres y se está produciendo a nivel mundial. Una pandemia que hace que más del 50% de la población esté viviendo con violencias cotidianas e innecesarias. Una vergüenza a nivel global. Sin duda. Y por supuesto que no somos conscientes ni de su magnitud ni de su alcance porque si así fuera, las instituciones y los gobiernos ya habrían empezado a trabajar de otro modo desde hace tiempo a nivel internacional. Lo que se hace siempre es poco y llega tarde.

La pornografía es otra de los temas que mencionas en ‘Homo Machus’, al abordar lo relacionado con las masculinidades. ¿De qué manera contribuye el porno a consolidar y fomentar actitudes machistas? ¿Qué opinas del ‘porno feminista’?

El porno tiene un componente muy negativo como generador de comportamientos. Es decir, por ejemplo en el caso de la manada, hay un comportamiento claramente relacionado con el porno. Los violadores de la manada representaron una bukkake en toda regla con su víctima. Aquí deberíamos preguntarnos si el porno es la mejor forma de contacto por ejemplo de un niño o niña de 9 años con el mundo del sexo.

Muchos niños de esta edad e incluso más pequeños tienen acceso al porno y empiezan a ver porno sin que nadie les haya explicado antes que la persona con la que vas a tener sexo en el futuro es eso, una persona, no es simplemente un saco de patatas sin sentimientos  que puedes rellenar de semen. Es una vergüenza y una falta de responsabilidad las políticas de la derecha y el famoso pin parental que está haciendo que estos niños ni siquiera tengan el apoyo de esas charlas sobre temas afectivo sexuales en las escuelas. Hoy más necesarias que nunca.

¿De qué forma afecta el machismo y la concepción tradicional de masculinidad al hombre? Háblanos de la ‘Jaula de la Masculinidad Única’.

Afecta en todos los ámbitos de nuestro comportamiento, pero sobre todo en cuanto a que nos han contado una gran mentira. Nos han dicho que tenemos que comportarnos como hombres, que tenemos que evitar mostrar nuestros sentimientos, porque eso es ser un hombre y lo demás no. Lo demás, si tú lloras por ejemplo, eres una mujer, una nenaza, que es otra visión machista, decir que si te muestras diferente eres una mujer (qué tendrá de malo ser una mujer).

Los hombres tenemos pendiente nuestra propia revolución. Salir del armario de la masculinidad única y atrevernos a optar por masculinidades diferentes, propias, pensadas y queridas por nosotros. Trajes en los que estar cómodos, y no tener que llevar el peso de parecer ser quienes no somos. Queda mucho camino por recorrer. Ahí las mujeres nos llevan mucho camino adelantado porque ellas ya han pasado por ese proceso de mirarse dentro y posicionarse en su propia identidad. Tenemos mucho trabajo por hacer para liberarnos de la masculinidad única.

En los últimos tiempos, se ha advertido un repunte de las actitudes y comportamientos posesivos en las relaciones de pareja entre personas jóvenes. ¿A qué crees que se debe esta preocupante tendencia?

Se debe a que simplemente el sistema machista sigue estando ahí, no lo hemos cambiado y es muy difícil de cambiar. Y porque las cotas de libertades que vamos consiguiendo son muy fáciles de desmontar y desmoronar. Desde los comportamientos en el seno de las familias a la educación y las políticas de igualdad, todo esto son construcciones culturales, tan complicadas de llevar a cabo y ponerlas en pie como fáciles d destruir y volver a la inercia de una cultura machista tradicional. Además, esto se agrava con el uso de las tecnologías como forma de control, (el Whatsapp y las redes sociales como forma de control entre unos jóvenes y otros). Hay una historia en el libro de una chica de 16 años que habla de esto. Hay también mucho trabajo por hacer en los institutos por ejemplo, y es muy muy importante.

Algunas de las mujeres con las que has conversado, víctimas de distintas situaciones machistas, reconocen que “jamás creyeron que les pasaría algo así’”. ¿Por qué gran parte de la sociedad tiende a criminalizar a la víctima en lugar de al verdugo?

Porque existe una falta de respeto absoluta y una falta de confianza hacia la mujer. Porque hemos heredado una cultura en la que la mujer inteligente está penalizada. Porque la mujer está construida socialmente para agradar al hombre, y si se queja o se revuelve ante una situación está produciendo un “problema social”. A las mujeres se le marca cuando nacen con unos pendientes, y se les transmite el mensaje subyacente de “tú estás aquí porque tu misión es agradar al hombre”. Hacer bonito, vamos.

Volvemos a lo mismo: estamos en una sociedad patriarcal y muy muy retrógrada todavía. La igualdad la usa mucha gente porque queda muy mal decir que no eres igualitario. Si preguntas en la calle, en este país nadie es machista, nadie se reconoce machista, faltaría más. Con todo este sustrato, evidentemente, “algo habrá hecho esa para que la violen”… vergonzoso pero real.

¿Cómo reacciona el Estado Español ante las denuncias por malos tratos en comparación con otros países? ¿En qué debería mejorar la ley y el protocolo de actuación?

Yo creo que ahora se está trabajando en positivo con la nueva ley del Ministerio de Igualdad, incluso ya sólo la creación de ese ministerio es un gran paso. Yo tengo confianza en que cada vez se hará mejor desde las instituciones y el gobierno. Eso supongo que llevará también a establecer unos protocolos más efectivos, supongo. Creo que hay que darle una oportunidad a la nueva ley y a al nuevo ministerio. Queda mucho por hacer, pero creo que vamos por buen camino.

Empatía, comunicación, escucha activa… son algunas de los consejos que compartes con los hombres en el último capítulo, ‘Ser Feminista’. ¿Cómo concibes en futuro en materia de igualdad? ¿Eres optimista?

La empatía y la comunicación son dos herramientas fundamentales en materia de igualdad. Creo que tenemos que hablar sin miedo hablar entre nosotros y sobre todo escucharles a ellas,  hablar con ellas, confrontar puntos de vista y trabajar juntos ellas para conseguir algo que para mí representa el feminismo, que es la lucha por la libertad. Por libertades que están por alcanzar y que no conseguiremos si no avanzamos juntos, hombres y mujeres.

¿Qué es el ‘Feminismo Light’?

El feminismo light es aquel que aboga por mostrar un feminismo soft, en el que “bueno, las cosas ya han cambiado mucho desde que yo soy consciente”, o “bueno, es que realmente esa mujer hace un papel muy importante para que luego su marido haga lo que hace, es una mujer importante”. Yo siempre digo que es muy gracioso cuando hay hombres que dicen eso de «bueno, yo ya soy feminista”, porque creen que el ser feminista es como pasar por la ducha del feminismo y ya está: te duchas con unas consignas feministas y ya eres feministas. Y yo creo que el feminismo es sobre todo una lucha cotidiana por enfrentarnos a las situaciones de desigualdad de nuestro día a día. Y que realmente no se acaba nunca porque la sociedad, sus costumbres y sus relaciones cambian continuamente y hay que estar atentos para ir cambiando estas situaciones.

Ilustraciones incluidas en ‘HOMO MACHUS: De animales a hombres’ de Javirroyo (Editorial Lumen, 2020)