Juan Vidal: la ‘ñoñería’ como arma de doble filo

18 / 02 / 2020
POR David Alarcón

El diseñador alicantino revive a la prolífica escritora británica -y estrella mediática de los noventa- Barbara Cartland en su última colección. Hablamos con él.

Elegancia, distinción y savoir-faire. Con tan solo 39 años, el diseñador alicantino Juan Vidal ha logrado forjar un estilo enormemente reconocible. Cuarta generación de sastres, el creador originario de Elche ha sido galardonado con los más codiciados premios de nuestro país, viendo reconocido su trabajo tanto por la crítica como por su fiel clientela; mujeres que un día depositaron su confianza en el joven diseñador y que a día de hoy siguen recurriendo a él. Me siento afortunado por seguir teniendo la atención de los medios, del público y del sector especializado. Agradecido por seguir recogiendo y cosechando reconocimiento” reconoce Vidal, a lo que añade “siempre estoy expectante y alerta para intentar dar lo mejor de mí mismo.”

Con su última propuesta, ‘Barbara’s Prince of Love’, presentada el pasado mes de enero en el marco de Mercedes-Benz Fashion Week Madrid, Vidal ha vuelto a alzarse con el premio L’Oréal a mejor colección, siendo esta la cuarta vez que recibe dicho premio. Sus creaciones continúan sorprendiendo edición tras edición, reivindicando incesablemente la importancia de la pulcritud en el trabajo, la perfección en la confección y la excelencia de los materiales. En esta ocasión, el creador alicantino ha convertido a la exitosa escritora inglesa Mary Barbara Hamilton Cartland (mejor conocida como Barbara Cartland) en la musa de su obra. Artífice de más de 700 novelas, la británica se convirtió por méritos propios en todo un icono, siendo fiel al color rosa en todas sus apariciones públicas.

Nacida en julio de 1901 en Lancaster, Cartland se crió en la ciudad de Birmingham, locomotora de la Revolución Industrial británica. Hija de un oficial de la armada inglesa, caído en combate durante la Primera Guerra Mundial, la joven de clase media publicó su primera novela ‘Jigsaw’ con apenas 25 años, convirtiéndose en un bestseller. Desde entonces y hasta su muerte en mayo del año 2000, Cartland se mantuvo fiel al género romántico que popularizó a través de sus novelas, alternando su faceta litetaria con sonadas apariciones públicas, hablando abiertarmente del amor, la política, la religión, e incluso la moda.

“Siempre barajo múltiples referentes dentro de una misma colección para poder explicar una idea principal. En esta ocasión me interesa hablar de cómo la ñoñería puede ser un arma de doble filo, algo que representa muy bien la figura de Bárbara» declara Vidal. Y es que la escritora inglesa, lejos de lo que pudiera parecer por su aparente estética cándida e infantil, escondía unos sólidos principios y una enorme determinación “Una mujer completamente vestida de rosa, con una carácter autoritario pero encantador y con una exitosa empresa literaria sobre el amor; toda ella pura contradicción y llena de carisma a atractivo” añade el alicantino.

Cuando le preguntamos por el leitmotiv de la colección, Vidal responde rápida y contundentemente. “Necesitamos amar más”. Su mensaje de afecto y cariño y su alegoría del romanticismo, patente en las distintas prendas que integran la colección, se ha fraguado a base de mucho esfuerzo y sacrificio, en un panorama de la moda marcado por la saturación y la velocidad. “Cada vez es más complicado, la industria está muy difícil, todo está cambiando, los proveedores, las relaciones y las formas de trabajo, los precios. Todo es un inmenso caos, el plantea, la conciencia, la forma de consumo…” revela. No obstante, el alma máter de la firma Juan Vidal se mantiene firme a sus principios, y continúa apostando por la moda en la que realmente cree, ajeno a las tendencias y las pautas que rigen las temporadas del sector. «Yo creo en la particularidad y para ello creo que es bueno hacer tu propia materia prima, y esto hace que todo se multiplique en complicaciones y tiempo”.

El tiempo ha sido otro de los factores que ha jugado en contra en el desarrollo de la colección. Deadlines demasiado ajustados que, de no ser por su entregado y talentoso equipo, hubiesen afectado inevitablemente al resultado final. “Las lentejuelas ideadas a partir de las flechas de cupido, han estado en manos de las modistas hasta la misma mañana del desfile. Soy incapaz de decir cuánta gente me ha ayudado en esta colección, los tiempos han sido muy justos.”  relata. Un hecho que, de no ser por la confesión explícita del creador, nadie podría imaginarse, al tratarse de una colección tan bien resuelta.

“Me gustan los pompones de los abrigos y los cuellos de estilo inglés, exagerados” nos cuenta Vidal, cuando le preguntamos por los elementos que destacaría de la propuesta. Pero, entre los blancos, negros, marrones, azules y rojos que conforman la paleta de color, encontramos dos piezas especialmente emotivas para el creador alicantino, debido a la relación que dichas prendas guardan con su padre, quien también es sastre. “Son dos americanas. Es su patrón, y son sus tejidos, todos juntos y unidos en una sola pieza. Decidí darle salida a todos los cortes de traje que había en el almacén” relata. Dos americanas exclusivas cargadas de significado cuya producción está altamente acotada. “De cada corte cuento con 3 metros, por lo que es una edición limitada, un reciclaje de tejidos ingleses de sastrería, de una época dorada de mi padre, los 60 y 70, un upcycling que nace del corazón” No es casualidad que el diseñador haya querido dedicar el premio L’Oréal a su padre en esta ocasión.

La estética dulce y apacible de su propuesta convive con el frenético y estresante trabajo de desarrollo, oculto entre talleres y vestidores. Vidal vuelve a demostrar que el trabajo bien hecho surte efecto, así como la dedicación y el esfuerzo. “Solo lo tradicional es moderno, y más en una era tan revolucionaria como la que se supone que estamos viviendo” añade, para después adelantar que no tiene intención de trasladar sus desfiles más allá del recinto ferial de Ifema a corto plazo. “Mi próximo reto es trabajar desde la calma, a ver si es posible”.

 

       

Fotos: Santiago González