Ahora que el Museo del Prado recupera el marco original del cuadro, te traemos las claves para entender la disputa entre una diosa y una mortal a través de un tejido.
Las Hilanderas de Velázquez,
La obra fue pintada entre 1655 y 1660 y en la representación de una escena que aparentemente puede ser costumbrista en realidad se relata una disputa de la mitología griega entre una diosa y una mortal.
El ‘Mito de Aracne’ recogido en el libro ‘Las metamorfosis’ de Ovidio cuenta un episodio del duelo entre Palas o Palas Atenea, hija de Zeus -o Júpiter si hablamos de mitología romana-, diosa de la paz, la guerra defensiva y la sabiduría y patrona de las hilanderas, contra la mortal Aracne.
En cuanto a ella es una mortal con una habilidad extraordinaria para tejer y que presumía de hacerlo mejor que la mismísima diosa, quien al enterarse de estas declaraciones, enfurecida, la reta a un duelo para medir las capacidades de ambas.
En la competición Palas teje la escena en la que vence a Poseidón en los orígenes de la fundación de Atenas, mientras que Aracne representa en su tapiz las infidelidades de varios dioses del Olimpo, algunas de ellas protagonizadas por Zeus.
Debido a la decisión tomada por la mortal, la que para la diosa es una ofensa y que el resultado entre el trabajo de ambas está muy igualado, Palas montada en cólera convierte a Aracne en una araña condenándola a tejer por el resto de sus días.
Para narrar esta fábula, Velázquez se sirvió de dos momentos de este mito que representa con tres planos. En el primer plano, podemos ver a las hilanderas. La diosa es la mujer mayor vestida de marrón y un pañuelo blanco en la cabeza en el centro a la izquierda, y la mortal, a su derecha es la joven que tiene una madeja de hijo en sus manos.
Palas a la izquierda y Aracne a la derecha.
Más alejado, en un segundo plano vemos a tres mujeres que están viendo el tapiz en el que Aracne que puede interpretarse como una deliberación con la que anunciar quien de las dos mujeres es la ganadora. Pero Velázquez fue un poco más allá y pintó parte de la obra de la mortal en el que aparece representado ‘El rapto de Europa’ que aparece parcialmente en tercer plano.
De todas las infidelidades de Zeus que pudo escoger, se decantó por esta para hacer una referencia al pintor Rubens a quien había tenido la oportunidad de conocer y al que admiraba y previamente había reproducido previamente este episodio del rey de los dioses del Olimpo, plagiando al artista italiano Tiziano.
‘El Rapto de Europa’ en Las Hilanderas.
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