Bella y siniestra. La colección oi-22/23 del diseñador belga contrasta la ultrafeminidad con toques masculinos.
Presentada en un hotel ‘abandonado’ en el distrito 7 de París, la propuesta de Dries van Noten tiene como fuente de inspiración a algunos de los iconos italianos más sonados del siglo XX: la cantante Mina, el arquitecto y artista Carlo Molino y Marcello Mastroianni en su interpretación de «Paradiso Perduto».
Una nostalgia de pasado, pero también de futuro, materializada en una puesta en escena donde la estética punk de los modelos, a modo de “okupas parisinos decadentes de los años 70”, dialoga con el romanticismo de las polaroids que allí se exponían. La sensualidad y el erotismo en el centro. El lanzamiento de su nueva línea de fragancias pone olor –pachuli, cannabis– a los diseños suntuosos de los hombros puntiagudos y las cinturas estrechas que acentúan las siluetas, con joyas que “rozan el exceso”, las formas circulares y las geométricas, así como los acolchados. ¿U
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