María Hesse: «Yo tengo mi propio aquelarre»

16 / 02 / 2022
POR Alba Rubio

Hablamos con la autora de Malas Mujeres, una historia donde la femme fatale, la mala madre y la superheroína se dan la mano con sororidad para ser simplemente mujeres.

María Hesse se ha consolidado como una de las ilustradoras mejor valoradas dentro y fuera de España. Tras el éxito de ‘Frida Kahlo’ y ‘El Placer’, presenta ‘Malas Mujeres’, una revisión de la historia femenina, donde reúne a todas aquellas mujeres que personificaron el mal a lo largo de la historia. Una historia donde la femme fatale, la mala madre, la superheroína se dan la mano con sororidad para ser simplemente mujeres. Un libro que reescribe la historia de las mujeres cuya realidad supera la ficción. María Hesse nos invita a su aquelarre, dónde nos cuenta cómo fue la creación de ‘Malas Mujeres’.

“No hay que tener miedo de salirse de las líneas que otros marcaron, las que abrieron esas grietas buscando otros horizontes no estaban locas, ni eran perversas ni malos ejemplos. Eran mujeres valientes, fuertes, atrevidas, decididas. Rompedoras.” – María Hesse

Talía

¿Cómo nace esta necesidad de expresar mediante la ilustración?

La ilustración es algo que siempre me ha acompañado, desde pequeña. Ha sido un proceso orgánico, nacido de la necesidad de expresarme, me ha ayudado a sentirme mejor.

En tu libro ‘El Placer’ hablas sobre la sexualidad femenina y la liberación sexual, ¿por qué decidiste hablar sobre este tema?

Al principio mi intención era hacer un libro erótico. Pensaba que era un tema muy superado y normalizado, yo hablaba con amigas de sexo con absoluta libertad. Sin embargo, comencé a compartir ilustraciones relacionadas con la sexualidad femenina, mujeres masturbándose… y mis dibujos fueron censurados. Esto me hizo pensar sobre la liberación femenina y tomé conciencia de que aún nos quedaba mucho por hacer, nos habían vendido una falsa liberación sexual que no era real, que no existía porque nuestra sexualidad estaba siendo censurada. empecé a leer libros relacionados con el tema y a documentarme. Y así, como reivindicación, en un intento de normalizar muchos aspectos de la sexualidad femenina, de un libro que en un principio iba a ser erótico, surgió ‘El Placer’.

Zahara

En 2019 publicaste junto con otras ilustradoras el libro ilustrado ‘El futuro es femenino’, ¿cómo crees que podemos educar a las generaciones que llegan en esta idea de igualdad y de libertad?

La educación sexual lo es todo. La relación con nuestra genitalidad, la identidad que tenemos con nuestros cuerpos… Es importante educar en igualdad y en educación afectivo sexual y esto no debería ser una cuestión de debate.

En relación a esto, en la primera parte de ‘Malas Mujeres’ realizas una crítica de los cuentos clásicos infantiles y de cómo nos educan en torno al mito del amor romántico. ¿Cómo crees que sería posible desaprender este tipo de conductas?

Creo que es posible, pero muy difícil. Hay un proceso que mucho más allá de los cuentos, toda la ficción a través de la literatura, el cine o las series fomenta el mito del amor romántico, esta idea de que el amor todo lo puede. En los cuentos el rol que se nos ha asignado es el del sujeto pasivo; la mujer siempre aparece como un acompañamiento de la historia que protagoniza el hombre. Él es activo, mientras que la mujer es pasiva. En las películas nos venden mujeres empoderadas y fuertes que son capaces de domesticar al hombre y hacer que cambie por amor, y esto no es real.

La idea de que necesitamos una pareja para estar completas deja una sensación de soledad permanente. Esto está muy arraigado y es importante tomar conciencia. Aunque es posible cambiar este modelo, es un proceso largo.

La Bella durmiente

‘Malas Mujeres’ entrelaza las historias de todas estas mujeres con tu propia biografía. Se entretejen la cronología histórica y tus propias vivencias. ¿Qué fue primero?

El libro ha mutado muchísimo desde la idea inicial hasta el resultado final. En un principio iban a ser solo historias de mujeres de ficción, pero me resultaba insuficiente. Sentí que era necesario contar el contexto histórico, de dónde vienen estas historias, y, sobre todo, quién las contaba y cómo. El contexto condiciona la ficción y a su vez, la ficción condiciona el contexto. A partir de ahí, consideré necesario que aparecieran también mujeres reales, mujeres cuyas vidas fueron importantes y han cambiado la historia. Luego creí importante incluir mi historia personal, porque al final todas hemos vivido experiencias similares, no solo los personajes famosos que parecen tan lejos de nuestra realidad, también las mujeres de a pie de la vida cotidiana.

‘Malas Mujeres’ realiza una retrospectiva de las malas mujeres que cambiaron el curso de la historia. ¿Cómo fue el proceso de documentación para este libro?

La documentación ha sido un proceso muy largo y bonito. En realidad, yo llevaba años leyendo muchísimos libros, ensayos feministas… ‘Malas Mujeres’ ha ido en paralelo a todas estas lecturas.

¿Te has sentido identificada con alguna de estas mujeres o su historia?

Creo que todas tenemos un poquito de cada una de ellas. Todas hemos sido las malas en algún momento. Quizás con las que menos me he identificado es con las malas madres, ya que no soy madre, aunque también he sentido esa presión sobre la maternidad, el instinto maternal y la decisión de si tenemos o no que ser madres.

Pandora

En ‘Malas Mujeres’ hay una evolución de «las malas» desde el principio al final. En las últimas historias casi comprendemos y nos identificamos con esas mujeres, ¿ha sido una evolución natural?

Cuando hablamos de feminismo muchas veces pasamos de un extremo a otro, de ser nada a ser superwoman. Y las mujeres no queremos ser superwoman, queremos ser personas que viven su vida con tranquilidad, con derecho a la mediocridad, con derecho a tener debilidades. Estos personajes no son malos, simplemente, cuentan su propia historia. Pero sí, es cierto que durante mucho tiempo este perfil de mujer estaba en un plano secundario como malas de la historia, mientras que las mujeres perfectas, idealizadas e irreales protagonizaban la historia, como modelo de lo que debe ser.

Britney Spears

‘Malas Mujeres cuenta la historia de Lilith, Daenerys, Madame Bovary, Medusa… mujeres consideradas locas, seductoras, malas…entonces, ¿hay una intención de redefinir términos entendidos como negativos como madrastra, loca, bruja…?

Por supuesto. Lo interesante de la narrativa actual es que nos hemos apoderado de esos insultos y de esas connotaciones negativas y estamos cambiando el significado. De repente me apropio de ese insulto y digo “sí, soy mala” o “sí, estoy loca”. Es importante redefinir estos términos, el lenguaje es muy importante y es muy potente, es capaz de cambiarlo todo.

El libro y sus ilustraciones están plagadas de símbolos y guiños. ¿Qué significado tienen?

Así es, una imagen por sí sola puede contar una historia. Siempre me han gustado las flores, por eso siempre ha habido motivos vegetales en mis ilustraciones, pero sin duda, ‘Malas Mujeres’ está lleno de flores, claveles, amapolas, hibiscos… y todas las flores tienen su simbología.

La amapola rosada está asociada a las mujeres reales que han narrado o tienen algo que contar, las que han roto con la narración patriarcal. Las amapolas rojas están asociadas a las madrastras o malas madres. Los claveles rojos con sangre para aquellas mujeres cuyas historias terminan de forma trágica, con la muerte o el suicidio. Además, hay una diferencia entre las mujeres reales y las ficticias, y es que las mujeres reales aparecen enmarcadas.

Olympe de Gouges y Billie Holiday

Medusa y Hécate

Con más de 200.000 lectores y de que tu obra se haya traducido a más de 15 idiomas, ¿has sentido rechazo o has notado machismo a lo largo de tu carrera como ilustradora?

Sí, claro. Desde el tipo de preguntas que nos hacen a las mujeres en las entrevistas, los temas que tratan, la condescendía o la sorpresa cuando ven que me va bien. Sobre todo, la necesidad de tener que justificar tu trabajo o la intención de tu obra.

¿Qué ha supuesto para ti ‘Malas Mujeres’?

Es pronto para saberlo. Cuando escribía ‘El Placer’ tuve un golpe de realidad, sin embargo ‘Malas Mujeres’ es el fruto de muchas lecturas previas. Este libro es la consecuencia de haber llegado a un punto, pero sé que aún me queda mucho por aprender sobre feminismo, aprendo cada día.

Una siempre habla de la realidad en la que ha vivido, pero me doy cuenta de que hay mucho más allá, la realidad es mucho más amplia. Entonces pienso que estoy en un proceso de aprendizaje constante, no sé si mi aprendizaje viene de ‘Malas Mujeres’ o es el libro el que surge en paralelo a mi experiencia.

En una reivindicación de la amistad, el libro está dedicado a tus amigas ¿Crees que es posible esta idea de aquelarre o de sororidad universal?

De aquelarre desde luego. Para mí, mis amigas son muy importantes, yo tengo mi propio aquelarre y es fundamental. En cuanto a la sororidad, es verdad que no por el hecho de ser mujer tienes que llevarte bien con todas las mujeres, pero creo que sí tenemos una responsabilidad política y social con este tema y me gustaría pensar que lo vamos a conseguir.

www.mariahesse.es