
MARÍA MERCROMINA, la madrina.
Sabemos que las páginas del fanzine Nietas de la hoguera recogen ALGUNOS conjuros con los que invocar la magia y la sabiduría de nuestras mayores. Hablamos con Henar Bengale, Patrisick y Elena Barrio para que nos descubran algunos secretos de su universo suave y afilado.
¿Qué es nietas de la hoguera?
Elena: Ante todo es un fanzine feminista en el que las protagonistas absolutas son la poesía, la fotografía y las mujeres silenciadas o tachadas de locas a lo largo de la historia por alzar la voz y decir ‘aquí estoy y tengo una opinión propia’.
Pat: Una vez bromeamos usando el término bookzine, un híbrido a medio camino entre fanzine y libro. Book o fan, Nietas de la hoguera está inspirado por todas las brujas que no tuvieron voz. Y sí, es feminista y rosa y pop, pero también hay sangre, fuego y cuchillos.
Henar: Un zine que habla en alto y con el ceño fruncido sobre las etiquetas que aún arrastramos las mujeres por el simple hecho de nacer con vagina.
¿Quiénes son las nietas de la hoguera?
Elena: Somos todas nosotras. Esta generación de mujeres que goza de unos privilegios gracias a la lucha de esas ‘brujas’, pero que aún tienen que seguir luchando para que exista igualdad real.
Pat: «Somos las nietas de las brujas que no pudisteis quemar”.
Henar: Todas a las que nos arde dentro, nos duele. Por eso la lucha.
¿Cómo eran sus abuelas?
Elena: Mujeres libres, o que intentaron serlo pese al contexto histórico-social. Intelectuales, amas de casa, artistas, mujeres anónimas. Fueran clasificadas como ‘brujas’ o no, ser mujer con voz propia siempre ha sido una lucha que no solía acabar bien (para nosotras, claro).
Pat: Libres, histéricas, brujas. No se sometieron ni se doblegaron. No eran como se esperaba que fuera una mujer: sumisa, obediente, callada, relegada a un segundo plano, siempre a la sombra, siempre la algo de alguien. Independientes, cultas e inquietas… Nacieron en la época equivocada.
Henar: Libres. Fuertes. Salvajes. Independientes.
¿De qué forma nació la idea?
Elena: De manera accidental. Mai Oltra colgó una fotografía en Facebook de una de sus ‘mujeres salvajes’ (si no recuerdo mal la modelo era Natalia Ferrari) y yo ahí vi una bruja libre en comunión con la naturaleza. Escribí un poema para mi blog inspirado por esta fotografía (un blog que lee mi madre y cuatro despistados) y al hablar con Henar vimos que nos apetecía muchísimo tirar del hilo, así que lo hicimos.
Pat: Henar estaba de visita en casa. Estábamos rebujadas en una manta y me dijo que Elena había escrito un poema precioso y salvaje, inspirado por una fotografía de Mai Oltra, cuyo trabajo está lleno de mujeres que exponen su piel al frío, a la nieve y a los bosques; mujeres, a la vez, delicadas y fuertes. El poema no era más que el germen, el génesis de lo que vendría. Henar lo leyó en voz alta y me invitó a colaborar en el proyecto. Al día siguiente, llamamos a Inma Rodríguez (la modelo) y nos adentramos en la niebla.
Henar: Leí a Elena en su blog cuando publicó “Las hijas de las brujas quemadas” y se me ocurrió que podría convertirlo en algo físico como un fotolibro con poesía sobre brujas. Casi como por arte de magia (y sin venir a cuento), Elena me escribió proponiéndome exactamente lo mismo que yo estaba pensando, pero con mis fotografías. Además, dio la casualidad de que yo estaba planeando un viaje al sur para sorprender a Pat en su 24 cumpleaños, haciéndole una visita. Me animó a que hiciéramos las fotografías juntas.
¿Qué mensaje deseabais transmitir?
Elena: Por mi parte, con los textos, quería abarcar todo el imaginario relacionado con las brujas que me había influido directa o indirectamente desde mi adolescencia. Por eso hay elementos de todo tipo: pop, históricos, religiosos, culturales…
Pat: Todo el rato que estuvimos tomando fotografías, Henar, Inma y yo misma estuvimos en una especie de sueño. Leímos el poema de Elena varias veces. Queríamos llevar a imágenes sus ideas, queríamos una bruja fuerte y poderosa, que alzara su voz, como la propia Elena hace en sus textos; pero a cada rato también buscábamos esa delicadeza propia de las ninfas, cargada de sensualidad; la unión con lo natural y lo primitivo. Fue fácil conseguirlo. Inma es una modelo fantástica. Y con Henar ya existía una conexión, aunque nunca habíamos trabajado juntas en persona.
Henar: El fuego. La impotencia concentrada en el cuerpo de Inma. Ella es la nieta y es la bruja. Es la piel de nuestras ‘abuelas’, llena de llagas.
Si quisiéramos bucear en vuestras fuentes de inspiración ¿Qué lecturas o fotografías encontraríamos como referencias?
Elena: Lecturas pocas aunque sí es cierto que cuando el borrador estaba prácticamente finalizado (teníamos 10 de los 11 poemas) cayó en nuestras manos, gracias a un artículo de María Sánchez (María Mercromina), el fanzine ‘Mujeres en la hoguera’ (editado por Antipersona) y aquello nos ayudó a asentar conceptos. El resto son influencias más populares que literarias.
Pat: Bueno, exceptuando el ya mencionado poema-germen de Elena Barrio, más que lecturas, tenía en mente las fotografías de Alison Scarpulla o Colette Saint Yves. También a Winona Ryder en Bettlejuice, e incluso al aquelarre adolescente de Jóvenes y brujas (The Craft).
Henar: También en mí hubo una inspiración más visual que literaria. En primer lugar lo fue Mai Oltra, por inercia, debido a que Elena usó sus fotografías para representarlo la primera vez. Mujeres como Ezgi Polat, Alison Scarpulla y Martina Matencio; pero también hombres como Ren Hang. Incluso trabajos anteriores que había hecho junto al colectivo El Trígono.
www.facebook.com/glitterzines
www.glitterzines.bigcartel.com