Paula Luengo: “Picasso y Chanel son atemporales”

13 / 12 / 2022
POR Jaime Martínez

Entrevistamos a la comisaria de “Picasso / Chanel”, la exposición con la que desde el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid terminan por enfrentar y poner a dialogar a los máximos referentes artísticos de la pintura y de la moda del siglo XX.

Composición de portada: Las bañistas, 1918. Pablo Picasso. · Musée national Picasso-Paris. / Vestido, 1923-1926. Gabrielle Chanel. · Patrimoine de Chanel, París.

Son, que duda cabe, dos de las grandes figuras que logró darnos el siglo XX. El mismo sobre el que hoy siguen asentados los principales valores de nuestra sociedad actual, cuya evolución y desarrollo parecen renquear bajo el peso de las grandes innovaciones y los profundos cambios sociales que se llegaron a experimentar a lo largo del pasado siglo. Una época que si por algo permanece marcada en el ideario colectivo es por haber sido el escenario de las dos grandes guerras, en un triste recuerdo que no podemos dejar que termine por apartar y ensombrecer a toda la magia -sí, magia-, que llegó a vivirse en aquel nuevo Siglo de las Luces, y que también lo sería del de grandes avances sobre los derechos de la mujer y el del desarrollo, dentro del mundo del arte, de todas esas vanguardias y esos “-ismos”, desde el expresionismo al constructivismo, pasando por el surrealismo, que se encargaron de tratar de transgredir los límites del arte. Una apuesta por el querer ir más allá, por el querer defender la libertad para crear y por buscar romper con todo lo preestablecido, cuyas pulsiones más genuinas están reunidas en la esencia misma de ese cubismo que encontramos como invitado de excepción a esta exposición “Picasso / Chanel”, organizada por el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza de Madrid.

Comisariada por Paula Luengo y enmarcada en las celebración conmemorativas por el 50 aniversario de la muerte del pintor malagueño, la muestra nos presenta un provocador diálogo entre las producciones artísticas y las figuras de Picasso, referente desde entonces y hasta ahora de las grandes innovaciones sufridas dentro del ámbito de las artes durante el pasado siglo, y Chanel, la diseñadora que con su “miserabilismo del lujo”, tal y como lo llegaría a bautizar Paul Poiret, mejor llegaría a reflejar y a responder con su estilo, con su moda, a toda esa serie de cambios y de demandas sociales que reclamaba la mujer de entonces, en su férrea e inquebrantable lucha por tratar de escapar de sus ataduras decimonónica. Pero más allá de coincidir en este papel de referentes para los ámbitos, respectivamente, del arte y de la moda, ¿qué relación llegaría a darse entre Picasso y Chanel? ¿llegaron a influirse o inspirarse durante sus vidas a través de sus producciones creativas? ¿y son acaso justas y merecidas en su justo grado las aproximaciones que, a día de hoy, hacemos hacia sus figuras y legados? De estas y otras cuestiones tratamos con su comisaria, a lo largo de esta entrevista que nos gustamos de presentar a modo de un recorrido íntimo por una exposición única.

La exposición viene a presentársenos a modo de antesala de las celebraciones por el 50 aniversario del fallecimiento de Pablo Picasso 1973-2023. ¿Por qué se ha decidido arrancar estas festividades de la mano precisamente de Chanel?

Bueno aunque sí es la primera que organiza el Museo, y que es una de las primeras, realmente no es la primera muestra sobre Picasso que se inaugura como parte de las celebraciones por el 50 aniversario del fallecimiento del pintor, una conmemoración que de hecho arrancará oficialmente el año que viene, en 2023. Y aunque por fecha de calendario todavía no estábamos ahí, el Comité encargado de su organización sí ha decidido enmarcar dentro de estas celebraciones una serie de proyectos que ya estaban organizados para este 2022, como esta exposición o la exposición de Julio González y Pablo Picasso que puede visitarse en la Fundación Mapfre, y que de hecho abrió sus puertas unas semanas antes de la inauguración de la que hemos organizado desde el Thyssen.

¿Y de dónde surgió la idea de impulsar este proyecto expositivo, como parte de ese calendario?

Este es un proyecto sobre el que empezamos a trabajar hará casi más de 4 años, pero que no ha sido una exposición que hayamos impulsado de manera consciente y a propósito para que formase parte del calendario de las celebraciones por el aniversario de este Año Picasso. Se trata de una iniciativa sobre la que ya veníamos trabajando, y que de hecho estaba programada para que pudiera abrir sus puertas en la primavera de 2022, pero finalmente, y como consecuencia de la pandemia y del confinamiento, se terminó incluyendo entre los proyectos del Museo que no hubo más remedio que retrasar, posponiéndose ya para esta temporada de otoño. A la vista entonces de su cercanía con las celebraciones por este aniversario, es ya cuando se decide, al igual que otras exposiciones, presentarla al Comité organizador, al que le gustó mucho la idea y el tema de la exposición, de manera que decidió que entrase a formar parte de estas conmemoraciones.

Exposición “Picasso / Chanel”, interior de la muestra. Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, Madrid.

Impulsada así pues al margen de estas celebraciones, y en lo que el propio Guillermo Solana, director artístico del Museo, no ha dudado a la hora de tildar de todo un “atrevimiento”, ¿cuál es por tanto el motivo y la razón que han llevado a la organización de esta muestra?

La exposición viene a seguir con la serie “Arte y Moda” que venimos organizando desde el Museo desde el año 2014, y que abrimos por entonces con la exposición de Givenchy, que comisarió el mismo Hubert de Givenchy, y tras la cual se han sucedido las muestras de “Sonia Delaunay. Arte, diseño y moda”, comisariada en 2017 por Marta Ruiz del Árbol; y las exposiciones de “Sorolla y la Moda”, de 2018, y de “Balenciaga y la pintura española”, en 2019, ambas comisariadas por Eloy Martínez de la Pera. De este modo, y enmarcándola así dentro de esta serie, como comisaria lo que he hecho es desarrollar un proyecto expositivo desde el que estoy tratando de enfrentar las producciones artísticas y a estados dos figuras que marcarían el desarrollo y la evolución durante el Siglo XX del arte y de la indumentaria. Un enfrentamiento, un diálogo, que he llevado a un periodo muy concreto de la historia, que va desde el estreno del ballet “Parade”, en el año 1917, y que marcaría la fecha en torno a la que se terminarían conociendo Picasso y Chanel, y hasta el estreno en 1924 del ballet “El tren azul” de Jean Cocteau, que marca la segunda y última vez que ambos artistas van a colaborar participando de un mismo proyecto.

Para terminar de tratar de llevar a cabo ese compromiso, ¿qué es lo que vamos a poder descubrir a lo largo de esta exposición?

La exposición se ha estructurado en 4 grandes apartados: “El Cubismo y el estilo Chanel”, desde el que a lo largo de tres salas vamos a poder descubrir cómo de bien dialogan las obras cubistas de Picasso con las creaciones y el estilo de las piezas de Chanel de comienzos de siglo; otra gran sección bajo el título de “Olga Picasso”, desde la que descubriremos el papel de la primera mujer de Picasso, fiel clienta de Chanel, como musa y modelo del artista para multitud de sus obras; y ya por último encontrándonos con dos últimas y grandes secciones, dedicadas cada una de ellas a las dos colaboraciones profesionales, la obra de “Antígona” y el ballet de “El tren azul”, en torno a las que, de la mano en ambos casos de Jean Cocteau, llegaron a participar tanto Chanel como Picasso.

¿Y de cuántas piezas se ha terminado dotando la exposición para sostener cada uno de estos 4 grandes apartados?

A lo largo de la exposición se han terminado disponiendo un total de 64 obras de Picasso y unos 50 vestidos firmados por Chanel, pero que encontraremos rodeados de una gran cantidad de piezas de distinta naturaleza, como una serie de fotografías de época, documentación, de dibujos preparatorios para la Antígona de Cocteau, o de hasta una gran vasija del 380 antes de Cristo del British Museum con la única escena, que sepamos, de una representación de la Antígona de Sófocles. Destacándose también, dentro de esta variada cantidad de material adicional, desde un libro que el propio Picasso le llega a regalar a Chanel, hasta una edición de la revista Vogue de 1923 con fotografías de Man Ray realizadas con motivo del estreno de Antígona, una invitación de Chanel al matrimonio Picasso para una “soireé” en su casa, películas caseras de Olga, fotografías de la misma Olga vestida de Chanel o frente al biombo cubista que también se ha incorporado a la muestra, e inclusive con una reproducción del ballet de “El tren azul” que lleva a cabo la Ópera de París en 1992. Como ves, unos fondos amplios y muy variados.

¿De qué manera los encontraremos dispuestos?

Se ha tratado de mantener un orden más o menos cronológico a lo largo de toda la exposición, que arranca de este modo en torno al año 1917, aunque se han incorporado obras anteriores de Picasso, para terminar en torno al rededor del año 1924, aunque también en este caso se han terminado igualmente incorporando algunas piezas posteriores de indumentaria. No obstante sí que se ha tratado de mantener atada la exposición en la horquilla de entre 1910 a 1930 para tratar que todo fuera lo cronológicamente más exacto posible.

¿Y ya dentro de cada una de las salas? ¿Se ha querido seguir apostando por ese juego de enfrentar obras pictóricas con piezas de indumentaria?

Sí, en general sí, de manera que veremos las obras relacionándose con una o varias piezas de indumentaria, o a la inversa, una o dos piezas de indumentaria tratando de entrar a jugar y a dialogar con una obra pictórica. Pero lo que se ha buscado principalmente es crear parejas o relaciones visuales que funcionen, para luego también hacer uso de esas vitrinas, con otro tipo de objetos, o de la visualización de películas y de fragmentos visuales, para ya romper un poco con esa monotonía que puede terminar generando el mantener en todo momento ese enfrentamiento obra-pieza de indumentaria.

Exposición “Picasso / Chanel”, sala “El cubismo y el estilo Chanel”. Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, Madrid.

Empezando por tratar de perfilar, para así poder entender mejor lo que se nos va a mostrar a lo largo de esta exposición, la relación que llegarían a mantener Chanel y Picasso a lo largo de sus vidas, ¿debemos entenderla y considerarla como una auténtica relación de amistad?

Sí, sí hubo efectivamente una relación de amistad, hasta el punto que, además de coincidir en fiestas y en buena parte de esos otros lugares frecuentados por los artistas de las vanguardias del París de aquellos años, Picasso, al igual que hacía habitualmente Misia Godebska, Misia Sert, durante el verano de 1921 va a incluso a hacer de la casa de Chanel su segunda residencia. Una época en la que se encuentra realmente residiendo en Fontainebleau junto a Olga, con la que acaba de tener a su hijo Paulo, pero durante la cual, a la hora de tener que regresar a París a trabajar, y dado que no le gustaba quedarse solo en su casa, terminará quedándose en casa de Chanel. Quien, al menos por su parte, y tal y como reconoce en sus memorias, sí sostiene la existencia de esa sólida amistad con Picasso, con quién hubo una época en la que coincidirían mucho más, pero como parte de una relación sobre la que sí sé que siguieron viéndose a partir de 1925, aunque ya no he seguido profundizado por escaparse de las fechas y del periodo del que es objeto la exposición.

Existen a este respecto diferentes versiones sobre la manera en la que terminarían conociéndose Picasso y Chanel, cierto es que todas ellas apuntando siempre a la dirección de Cocteau y de Misia Sert.

Chanel en sus memorias, bueno en el libro “L’Allure de Chanel” que escribe su íntimo amigo Paul Morand a partir de los encuentros que mantiene en Suiza con Chanel en el invierno de 1946, cuenta que conoce a Picasso en torno al estreno del ballet “Parade”, que se estrena en mayo de 1917. Pero sin concretar ahí si fue antes, durante el mismo estreno de la obra o después, con lo cual no contamos con ese momento exacto en el que podamos situar cómo o quién finalmente presenta Picasso a Chanel, o Chanel a Picasso. No obstante sí sabemos que se terminará organizando una cena en la que coinciden ambos con Misia Sert y Cocteau, a raíz de la cual va a surgir esa amistad entre todos ellos que va a durar toda la vida, de manera que se apunta a partir de aquí a que habrían sido el propio Cocteau, íntimo amigo de Picasso, o bien la misma Misia, íntima amiga de Chanel, quien conocía a todo París y quien se movía con gran soltura en todo este círculo de las vanguardias, manteniendo una estrecha relación con artistas y pintores como Renoir o Vallotton, como quienes seguramente habrían terminado por presentarlos.

¿Y de qué manera esta relación de amistad va a verse reflejada y va a influir en sus maneras de trabajar, tanto a lo largo de estos proyectos en los que van a colaborar ambos artistas, como desde una perspectiva ya centrada en sus respectivos campos creativos?

Picasso y Chanel van a trabajar y se van a entender muy bien, tanto en “Antígona”, con una Chanel que va a seguir muy de cerca las pautas marcadas por Picasso, responsable de la escenografía de la obra, elaborando una indumentaria que va a dialogar muy bien con la paleta cromática escogida por el pintor; como en el ballet de “Le Train Bleu”. Un proyecto para el que Picasso no se va a terminar viendo tan implicando, pero para el que Chanel va a presentar, en 1924, unos trajes de baño de punto del mismo estilo que los que Picasso representa en su obra “Las Bañistas”, realizada en el verano de 1918 durante su luna de miel en “La Mimoseraie”, la villa de la que dispone su mecenas, Eugenia Errázuriz, en Biarritz. Una localidad en la que para entonces, y desde 1915, Chanel ya cuenta con su boutique en un lugar tan principal de Biarritz como frente a su Casino, y desde la que ya está vendiendo trajes de baño de punto, a la última moda, y muy osados para la época, como los que terminan de llamar tanto la atención de Picasso como para inducirle a pintar esta versión moderna de “Las tres Gracias”. Una obra que viene un poco a constatar el que ya no solo trabajaron muy bien juntos, sino que Chanel y Picasso se inspiraron mutuamente.

A este respecto suele incidirse especialmente en la influencia que Picasso y su obra sí llegarían a ejercer, de una manera además más evidente, sobre la producción creativa de Chanel, pero no tanto así en esta otra dirección de Chanel influyendo sobre el imaginario creativo de Picasso. ¿Fue por tanto esta una relación de carácter bi- o unidireccional?

En lo que respecta a Chanel inspirando a Picasso tenemos este ejemplo de “Las Bañistas”, pero creo que la inspiración fue menor por supuesto. Y en cuanto a la otra dirección, esta claro que no solo Chanel se inspiró en este estilo cubista que terminó sacudiendo el terreno de las artes durante las primeras décadas del siglo XX, sino que fue una más de las diseñadoras que se inspiraron en él. Era un nuevo espíritu que estaba ahí, en el aire, y que supo eso reinterpretar y plasmar a través de sus creaciones.

Mujer con mandolina, 1908. Pablo Picasso. · Kunstsammlung Nordhein-Westfalen, Düsseldorf.

Precisamente buena parte de estas cuestiones serán sobre las que podremos empezar ya a profundizar a lo largo de esta primera sección, titulada “El cubismo y el estilo Chanel”, con la que se da inicio al recorrido de la exposición. ¿Pero qué es exactamente lo que se está tratando de contar desde este arranque de la muestra?

En este primer gran apartado, que es el más extenso de toda la exposición, lo que vamos a ver es como el cubismo, sus relaciones formales y su tendencia hacia la abstracción, entran a dialogar, y a dialogar en plena sintonía, con las formas tan sencillas, tan minimalistas y tan modernas que van a empezar a caracterizar los diseños de Gabrielle Chanel de comienzos de siglo.

¿Y de qué manera vamos a poder ver que se sostiene ese diálogo?

Lo vamos a ver por ejemplo en su relación con el color, en como ese monocromismo hacia el que tendían en sus obras tanto Braque como Picasso en los primeros años del cubismo, será una práctica a la que igualmente recurrirá Chanel para unos diseños sobre los que va a utilizar ese mismo monocromismo, centrándolo ya en esos negros, blancos y beige que serán las tonalidades preferidas de la diseñadora. Pero también lo veremos en torno al valor de la experimentación, que será la que va a conducir a Picasso a comenzar a introducir en sus obras una serie de diferentes materiales, como la arena, el esmalte de la marca Ripolin o el papel de periódico, del que hará uso además para experimentar con nuevas técnicas como el collage, todos ellos ajenos hasta entonces al mundo artístico. Unas innovaciones que guardan un gran paralelismo con las que va a realizar Chanel, dentro ya del ámbito de la moda, introduciendo en sus diseños materiales y técnicas hasta entonces tan poco habituales en la moda de la época, y sobre todo en prendas de alta costura, como el algodón, y por encima de todo el tejido de punto, ya fuera en algodón, en lana o en nuevas fibras sintéticas. Un tejido y un método que son los que van a contribuir en buena parte a la fama de la diseñadora, y cuya incorporación guarda mucho que ver con todo ese nuevo aire que insufla a la escena creativa la aparición del cubismo. 

¿Y ya sobre las piezas de esta primera sección?

Esta primera gran sección, que está ordenada además igualmente por orden cronológico, la arrancamos con algunas obras pictóricas de 1906, 1907 y 1908, para ya terminar con los bodegones que Picasso pintará en torno a 1922. De manera que a través de ellas vamos a poder ver muy bien cómo va desarrollándose y como va cambiando el cubismo, desde sus mismos inicios y hasta sus etapas posteriores. Todo ello además mientras las obras entran a dialogar, y dialogan muy bien, con la indumentaria de Chanel. Compuesta en esta sección tanto de piezas de día como de noche, que realmente han sido dificilísimas de conseguir, porque realmente son diseños de los que quedan muy pocos. Ten en cuenta que hablamos de piezas y de vestidos que tienen casi 100 años, y que además de estar confeccionados, en el caso sobre todo de las prendas de noche, en tejidos maravillosos, pero muy frágiles, era habitual que terminaran pasando a otras manos, o incluso reutilizándose. Sin olvidar que ha habido entre medias una Segunda Guerra Mundial que va a hacer que gran parte de toda esta indumentaria termine desapareciendo, del mismo modo que llegó a ocurrir seguramente en España con motivo de la Guerra Civil. Porque Chanel en su tienda de Biarritz va a contar con una importante clientela española, de señoras de Madrid, de Bilbao, de San Sebastián, que van a ir a Biarritz y van comprar diseños de Chanel, pero de los que, seguramente sea por este motivo, finalmente no hemos encontrado en España ninguna pieza de la época.

¿Pero y se ven ya claramente esas influencias y ese diálogo con el movimiento cubista en estas primeras piezas de Chanel?

Sí, sí, perfectamente. Estos primeros diseños, que como te digo son complicadísimos de conseguir, y para que te hagas una idea imagina que la pieza más antigua que se conserva de Chanel, pero que no está presente en la exposición, data de 1916, dialogan ya perfectamente con el lenguaje cubista. Y al observar aquí las obras de Picasso enfrentadas con la indumentaria, se ve claramente que en ambos casos son unas composiciones que hablan ya en abstracto, carentes de decoración, dotadas de un lenguaje muy sobrio, y además formalmente siendo unas composiciones muy muy lineales. Una característica con la que Chanel va a romper con todo lo que era la moda de la época, volcada hacia la composición tridimensional, y que es la que contribuye en gran medida a hacer que su indumentaria siga resultando hoy tan moderna. Porque es que estamos frente a piezas que, han pasado casi 100 años, pero que te pondrías hoy.

¿Cómo describirías entonces ese estilo Chanel de comienzos de siglo?

Desde los mismos comienzos de Chanel como sombrerera ella va hacer gala de un estilo muy propio, tanto a la hora de diseñar como en el vestir, puesto que no hay que olvidar que Chanel va a ser su propia modelo y que siempre va a vestir con sus propias creaciones. Y este estilo se va a caracterizar por ser muy sobrio, muy masculino y por diferenciarse completamente de lo que estaban haciendo la mayoría de los diseñadores de finales y de comienzos de siglo, afanados en lo recargado, en lo muy decorado y en la práctica del exceso. En contraposición, ya la Chanel sombrerera va a comenzar a coger reconocimiento con unos sombreros de paja, muy sencillos, a los que empieza a adherirles diferentes elementos de decoración, de manera que enseguida empieza a llamar la atención de una serie de clientas que ven sus diseños como algo muy novedosos, tanto en cuanto era algo que no estaba haciendo nadie por aquel entonces. Un valor al que además se va a terminar por sumar ese estilo como andrógino que va a desplegar la propia Chanel, que sin ser una belleza al uso sí resulta muy atractiva, con su corte de pelo a lo “garçon” y unas piezas igualmente marcadas e influenciadas por la indumentaria masculina. Aspecto que es el que además termina por contribuir a que dialoguen tan bien sus diseños con el estilo cubista, que igualmente es un estilo muy masculino, muy lineal y muy duro, artísticamente hablando.

¿Hasta que punto toda esta suma de características van a impulsar el reconocimiento de la diseñadora, ya desde los mismos comienzos del nuevo siglo XX?

Realmente Chanel va a lograr muy rápidamente y en muy pocos años llegar a ser una mujer muy conocida. Para que lo tengas en cuenta, abre su primera tienda en París en 1910, hacia 1912 abre ya en Deauville, una localidad en el norte de Francia que estaba super de moda por aquellos años, y ya en 1915 abre su boutique de Biarritz. De manera que para 1917, que es la fecha que marca un poco el arranque de la exposición, Chanel no solo está vendiendo, y vendiendo mucho, sino que ya es una persona conocida y la gente ya empieza a saber quien es Chanel.

¿Y contribuye acaso la influencia del cubismo en sus diseños, y en su imaginario, a este rápido reconocimiento?

No, no lo creo. Chanel tiene su estilo propio, su estilo personal, con el que rompe con toda la moda que se había venido haciendo anteriormente, y desde el que va a apostar por una moda centrada y adaptada a la nueva realidad de la mujer. Para poder comprender la gran diferencia que va a marcar Chanel con su estilo, hay que entender que estamos en el momento en el que, coincidiendo con la Primera Guerra Mundial, las mujeres, que hasta entonces no habían tenido esa oportunidad, empiezan a trabajar. Y en respuesta a esa cambio, Chanel va a empezar a acortar faldas, a diseñar prendas con grandes bolsillos y a confeccionar ropa mucho más holgada y muchísimo más cómoda. Y ese es el estilo y la moda que va a seguir defendiendo después de la Primera Guerra Mundial, a lo largo de estos años 20, 30 y hasta la Segunda Guerra Mundial, en los que, al menos a mí así me lo parece, Chanel va a resultar más novedosa y rompedora y diferente. Estos serán los años y las circunstancias que terminan creando ese estilo Chanel, que desde entonces ha ido evolucionando hasta lo que es hoy en día Chanel, con etapas ya posteriores, sobre todo en los años 50 y en los años 60, en las que terminará diseñando una serie de iconos ya de la moda, pues como son el bolso acolchado de Chanel o sus zapatos bicolor.

Exposición “Picasso / Chanel”, sala “El cubismo y el estilo Chanel”. Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, Madrid.

¿Entonces cuál es el papel exactamente que llega a jugar el cubismo dentro del imaginario de Chanel?

Dentro del estilo Chanel, como vemos no es que ella vaya a coger los principios del cubismo y los vaya a adaptar a sus diseños y a resultar así revolucionaria, no es eso. Es que su indumentaria va a coincidir y va a dialogar y va a funcionar muy bien, y acorde, con los principios mismos del cubismo. Pero igualmente con respecto a su carácter “revolucionario”, no va a ser Chanel la única diseñadora en tomar el pulso a este momento, marcado a nivel artístico por la irrupción del cubismo, sino que va a haber otros diseñadores del momento que también van a hacer cosas, cierto es que no iguales, pero sí que en esta misma dirección, de crear unas prendas más prácticas, más cómodas y que buscan adaptarse mejor al cuerpo de la mujer, adelantando así lo que es ya la moda de hoy.

Pero conteniendo entonces sus prendas, de una manera parece ser que genuina, esa naturaleza acorde con los fundamentos mismos del cubismo, ¿podríamos llegar a señalar a Chanel como cubista?

No, yo no llegaría a eso. Chanel no era cubista, Chanel era Chanel. Y si es cierto que llega a adaptar, a reflejar o a verse inspirada por los fundamentos del cubismo, esto se debe a que Chanel lo que va a tener es muy buen ojo y una gran sensibilidad para terminar nutriéndose de todo lo que ocurre y ve a su alrededor, transformándolo y adaptándolo a su día a día como diseñadora, y a ese rol de modelo que va a permanentemente ejercer de sus propias creaciones. Y es ahí donde también reside buena parte de su éxito, en que va a saber muy bien adaptarse, e incluso a ser pionera como veíamos a la hora de hacerlo, a los tiempos de la nueva mujer moderna. Como te comentaba no va a ser la única en empezar a hacerlo, pero sí creo que fue tal vez la que mejor supo hacerlo, y la que mejor supo venderlo.

No obstante sí se pone de manifiesto dentro de la misma exposición ese cierto grado de paralelismo que existiría entre el perfume Chanel Nº5, con la composición de una obra cubista. Una relación que me resulta especialmente interesante, me gustaría señalar.

Justamente este es un paralelismo que he establecido yo en el marco de la exposición, pero que nunca antes nadie había llegado a plantear. Para comprenderlo primero hay que tener muy en cuenta el carácter igualmente novedoso con el que va a contar este primer perfume de Chanel. Una composición que va a ver la luz en un momento en el que muy pocos diseñadores contaban con un perfume propio, tenían uno pues Poiret y algunos pocos más, y que en cualquier caso se presentaban en unos frascos de cristal tallado, muy trabajados y bajo unos nombre muy rimbombantes, al estilo “Las mil y una noches” y títulos similares. Y en este contexto Chanel, que mantiene la intención de lazar su propio perfume, va a recurrir en 1921 a la nariz de Ernest Beaux, quien le presenta 20 muestras diferentes, de entre las que Chanel escoge la número 5. Un número muy importante para Chanel, que creía mucho en la numerología, y que es con el que decide finalmente, junto a su nombre, bautizar al perfume. Una combinación que no puede resultar más directa, moderna, y también más promocional, con la que pone nombre a una composición elaborada, ya no a partir de notas monoflorales, sino a partir de esencias como el jazmín o la rosa de grasse, a las que además se añaden, de manera igualmente novedosa, moléculas sintéticas. Y todo eso lo presenta en un frasco limpio, trasparente y en forma de cubo, con únicamente una etiqueta, igualmente muy minimalista, con un grafismo en blanco y negro con el nombre “Chanel Nº5”. Como ves, una apuesta que no podía resultar más moderna, minimalista y rompedora para la época.

¿Y de que manera el perfume entra a dialogar con el cubismo, y de manera más exacta con la producción pictórica de Picasso?

Pues todo esto resulta muy curioso porque lo vamos a ver reflejado, y es aquí de donde nace ese paralelismo al que apuntaba, en una serie de collages que Picasso pinta en 1912; toda la serie con variaciones sobre un mismo tema: una botella sobre una mesa. Un motivo que va a representar de una manera igualmente muy novedosa y minimalista, haciendo uso de una simple línea para dar forma al contorno de las figuras, e introduciendo por primera vez el papel de periódico y la técnica del collage en su obra. Y todas estas características de estas composiciones de Picasso, son las que a mi me llevaron a establecer ese paralelismo, que me pareció muy bonito hacer, con el perfume que termina lanzando Chanel en 1921. Una aproximación que sí se que ha gustado mucho por ejemplo en el museo Museum Folkwang de Essen, propietarios de ese “Botella, taza y periódico” de Picasso que les solicitamos para que formase parte de la exposición.

Teniendo esto en consideración, y dado que nos encontramos en este ambiente de vanguardias dominado por esos -ismos que van a tratar permanentemente de romper los límites del arte, ¿o deberíamos barajar la posibilidad de elevar a la categoría de obra de arte a este Chanel Nº5?

No, tampoco llegaría eso. El frasco no es ni mucho menos una obra de arte, lo es el collage. Con lo que hay que quedarse al final es con esa idea de modernidad y con esa visión de querer romper y de querer cambiar la realidad de la que es propulsora el cubismo. Algo que es en definitiva lo que un poco también trata de contar la exposición: como ese espíritu Picasso y ese estilo cubista van quedando y van formando un poso en las vanguardias y entre los creadores de aquellos años, hasta el punto de llevar de repente a Chanel, nueve años después de que Picasso pintase su serie de collages, a crear un perfume con un frasco y con una composición completamente diferentes de todo cuanto se había hecho hasta entonces, y en línea con una estética cubista. Un impulso con el que la diseñadora sigue con esa idea de lo novedoso y de querer romper con todo del cubismo, y defendiendo con esto también esa idea de la libertad para el creador, para crear y para hacer lo que quiera, que también para ellos, que van a seguir trabajando hasta el final de sus días, va a ser muy importante tratar de defender.

Exposición “Picasso / Chanel”, sala “Olga Picasso”. Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, Madrid.

Dando un paso más sobre el itinerario de la exposición llegamos a este segunda etapa protagonizar por Olga Jojlova, primera mujer de Picasso. ¿Pero cuál es exactamente el papel que juega Olga en esta relación entre Picasso y Chanel?

Olga Picasso fue una mujer a la que le encantaba la moda, pero sobre todo le encantaba vestir de Poiret y vestir de Chanel, de quien llegó a ser una gran clienta. Y esto es algo que vamos a ver en los numerosos retratos y dibujos de Olga que hizo Picasso durante los años en los que permanecerían juntos, así como en las fotografías de época y en las películas caseras que hemos reunido también en esta parte de la exposición. Unas piezas desde las que vamos a observar a una Olga reflejando todo lo que fue el estilo y la moda de aquella época, en muchas ocasiones nos consta que vestida con prendas diseñadas por la propia Chanel. Y ahí tenemos además los testimonios de Stravinsky, quien llegó a afirmar que Olga poseía muchos vestidos suyos, o del propio Cocteau. Quien en una carta que le envía a su madre tras el enlace ente Olga y Picasso describe su vestido como un vestido “de raso, punto y tul blancos”, un vestido “muy Biarritz”, en lo que inferimos que hacía referencia a la moda de Chanel y a que, muy probablemente, el vestido que llegase a lucir Olga estuviera diseñado por ella.

¿Y que era lo que podía encontrar Olga en estas prendas de la diseñadora?

Principalmente hay que tener en cuenta que Olga va a ser una señora muy elegante, a la que como decía le encantaba la moda, y por aquel entonces la diseñadora en boga es Chanel. Detrás de esa relación también se va a terminar dando además una relación de amistad, fruto de que al final van a terminar moviéndose en los mismos círculos, como vemos en el hecho de que Misia Sert, íntima amiga de Chanel, terminará siendo ya no solo la madrina de Olga en su boda con Picasso, sino también la madrina de su hijo Paulo. Por lo tanto había ese acercamiento, esa proximidad y esa, como indico en el catálogo de la exposición, esa afinidad, que entiendo que llegó a darse entre ambas puesto que las dos van a ser dos mujeres que tenían muchas cosas en común. Son dos mujeres hechas así mismas, una diseñadora y la otra bailarina de ballet, dos mujeres que cuidaban mucho sus cuerpos, o que contaban con ese mismo gusto por la danza, que Chanel va a cultivar asistiendo a clases de baile moderno, con Olga ya destacándose como bailarina profesional, hasta que una lesión en su pierna derecha le impide volver a bailar.

¿Pero y cómo vamos a encontrar estas relaciones articuladas a partir de la figura de Olga sobre las salas de la exposición?

En la exposición con lo que nos vamos a encontrar son con una selección de los bellísimos retratos de Olga pintados por Picasso durante estos primeros años felices de su matrimonio, de los que he llegado a leer que habría hecho en torno a 130 o 140, en los que la vamos a ver fielmente representada, siempre muy elegantemente vestida, y al estilo ingresco, o neoclásico. Un lenguaje que Picasso desarrolla a finales de en torno a 1917 y 1918, y que seguirá desarrollando en los primeros años de los años 20 mientras está pintando a la vez obras cubistas, y a pesar de que es una pintura que no guarda nada que ver con el cubismo. Dos estilos por tanto diferentes, pero que conviven y de los que Picasso va a hacer uso según lo que quiera representar a cada momento.

¿Y en lo que respecta a la indumentaria?

Además de estos retratos de Olga pintados de Picasso, de los dibujos, las fotografías o de esa maravilloso biombo cubista que hemos incorporado a esta parte de la exposición, para las prendas de indumentaria lo que se ha buscado es tratar de escoger una serie de vestidos de Chanel, parecidos a los que pudiera haber llegado a vestir Olga en esta época. Unos años en los que Picasso ya cuenta con una buena posición económica, que es la que le permite a Olga poder seguir yendo a Chanel a realizar encargos.

Con todo esto parecería que casi podemos establecer el armario de Olga como prácticamente el primer nexo de unión que se va a dar entre la producción artística de Chanel y la de Picasso.

Sí, sí, así es, porque está claro que hay dibujos y hay obras de Picasso protagonizadas por Olga, en las que Olga como apuntaba va con vestidos de Chanel, pero de los que por desgracia no hemos podido encontrar ningún resto que poder incorporar a la exposición. Y mira que lo he intentando, y que lo estuvimos viéndolo con Bernard Ruiz-Picasso y con su Fundación por si había algún vestido de la época, pero no.

Tres mujeres en la fuente, 1921. Pablo Picasso. · Colección privada, cortesía Tobias Mueller Modern Art, Zúrich.

Siguiendo sobre nuestro itinerario, llegamos al área reservada a la “Antígona” de Cocteau, la primera de las dos obras del francés de cuya producción llegarían a colaborar ambos artistas.

Efectivamente esta es la primera de las dos colaboraciones en las que van a participar, y además la producción en la que esa colaboración fue más estrecha, todo en el marco de la adaptación que decide hacer Cocteau de la obra clásica de Sófocles. Una obra de la que termina haciendo una versión muy moderna y muy “cañera” para la época, que se termina estrenando el 20 de diciembre de 1922 en el Théâtre de l’Atelier de Montmartre, cuya dirección acaba de tomar el actor Charles Dullin, y en cuya producción van a terminar trabajando mano a mano Cocteau, Dullin, Picasso y Chanel. En el caso de Picasso diseñando el decorado, la escenografía y una serie de elementos, como unos escudos para los actores que decora con dibujos inspirados en las antiguas vasijas griegas; y en el de Chanel mediante el diseño de una indumentaria, “muy a la griega”, desde la que va a interpretar muy bien las putas de Picasso, jugando con esa variedad de colores de la que el pintor hará uso para el decorado.

¿Y cómo veremos esas colaboraciones de Picasso y de Chanel en la obra de Cocteau, reflejadas en la exposición?

Desafortunadamente, y puesto que no hay que olvidar que estamos hablando de una producción de 1922, la indumentaria de “Antígona” no existe hoy en día, al igual que tampoco el material y la escenografía hechas por Picasso. Entonces lo que he tratado de hacer es localizar piezas “al estilo clásico” diseñadas por Chanel durante esta época, para acompañar a una serie de obras que Picasso realiza durante ese momento neoclásico en el que se va a inspirar mucho en todo lo que es Grecia y la antigüedad clásica. Una etapa en la que va a producir unas obras protagonizadas por esas grandes mujeres, unas figuras muy monumentales, muy clásicas y muy atemporales, vestidas como con unas togas y con una indumentaria blanca, igualmente muy al estilo clásico. Este es el material y las piezas principales que hemos puesto a dialogar, relacionándolo eso sí con imágenes, con dibujos preparatorios o con fotografías, que en este caso sí hay, de la producción de la “Antígona” de Cocteau. Quien enfatiza por su parte la elección de Chanel como responsable de la indumentaria de la obra, destacándola como “la mejor ‘couturière’ de nuestra época” y como la mejor elección posible, puesto que “no me imagino a las hijas de Edipo mal vestidas”.

Sin embargo, prestando atención precisamente a esas fotografías de las piezas originales diseñadas por Chanel, parece que sus diseños no respondían tanto a ese estilo griego “clásico” como mas bien a un estilo “arcaico” como motivo de inspiración.

Lo que sí hay en cualquier caso es una clara inspiración en la antigua Grecia, aunque sí puede ser que a lo mejor un poco más en esa Grecia de la época arcaica, sobre todo como inspiración de las capas, unas capas maravillosas y como muy gruesas, que Chanel va a hacer en punto de lana para la obra. Pero después a Antígona también la va a vestir con un vestido muy claro, en tonalidades muy claras y blancas, y muy al estilo griego clásico. Pero claro aquí hay una diferencia, y es que estamos hablando de piezas de indumentaria teatral, y lo que hemos puesto en la exposición son piezas de Chanel de estilo clásico, pero piezas de alta costura que confeccionaba y que vendía entre sus clientas, a las que se entiende que tampoco iba a vestir ni de Antígona ni de Ismene claro (risas).

¿Y cómo son recibidos por la crítica y el público estos diseños que crea para la obra?

La colaboración entre todos resultó ya en sí todo un éxito y funcionó muy bien, hasta el punto de que al final de la “Antígona” de Cocteau llegarían a realizarse más de 100 representaciones. Pero de todos los que participaron en la obra, la que más éxito obtuvo fue Chanel con sus diseños. Unas piezas con las que, como decía, se va adaptar muy bien a la decoración y a la escenografía de Picasso, y al lenguaje que reflejan piezas clásicas como esta vasija antigua que hemos incorporado a la exposición. Y de ese éxito va a ser testigo la prensa especializada de la época, que aplaudió, que aclamó y que celebró mucho los diseños de Chanel, como podemos ver en ese artículo que le dedica Vogue en 1923, con alguna de las fotografías hechas por Man Ray, desde el que se proclama que “Chanel se vuelve griega mientras sigue siendo Chanel”. Fue no hay duda que una adaptación de la obra que cosechó un gran éxito, al que igualmente contribuyó un elenco de actores muy especial, protagonizado en el papel de Antígona por Genica Athanasiou, una actriz rumana que acaba de llegar a París con un acento muy marcado que a Cocteau le encanta, y por el propio Charles Dullin en el papel de Creonte. Y todos ellos van a ser los responsables de terminar dando forma a esta obra, muy moderna, y que desde luego sí que no respondía al modelo de una representación clásica de la obra de Sófocles.

Vestido, 1923-1926. Gabrielle Chanel. · Patrimoine de Chanel, París.

¿Y en lo que respecta a Picasso? ¿de qué manera resulta innovadora y distinta su colaboración en la obra, de con respecto a esos trabajos previos que ya había realizado para proyectos como los ballets “Parade” (1917), “El sombrero de tres picos” (1919), “Pulcinella” (1920) y “Cuadro flamenco” (1921)?

Es cierto que Picasso había venido realizando distintos proyectos para los Ballets Rusos de Serguéi Diághilev, empezando por Parade, pero aquí ya no está trabajando para Diághilev, está trabajando para Cocteau. De manera que la cosa ya cambia, y si bien no sé si va a seguir las instrucciones de Cocteau al pie de la letra, sí que estamos ya ante una obra teatral, en la que no hay un ballet, no hay música y que sigue esa naturaleza más experimental de Cocteau, para la que Picasso, que había trabajado en esos grandes escenarios para esos Ballets Rusos que contaban con un buen presupuesto, aquí va a tener que hacer todo lo contrario, adaptándose a las dimensiones de este pequeño teatro de Montmartre y a unos recursos mínimos. Algo que creo que logra hacer muy bien, en lo que, al igual que Chanel, va a terminar saliendo muy bien parado de esta colaboración.

Si en el caso de Picasso vemos como esta no va a ser su primera colaboración con Cocteau, como tampoco su primera incursión en el mundo de las artes escénicas, cosa contraria va a resultar para Chanel, quien parece que termina desembarcando en este ambiente con esta colaboración para “Antígona”, abriendo un capítulo sobre el que hoy la misma casa Chanel además trata de seguir mostrándose de una manera muy activa.

Chanel hasta entonces había vestido a alguna actriz de teatro en alguna obra, y también se había estrenado ya como mecenas patrocinando el estreno de uno de los Ballets Rusos de Diághilev, pero es efectivamente ahora y en este momento cuando de verdad va a meterse de lleno en este mundo. No había sido una colaboradora directa en ninguna obra, y eso es lo que cambia aquí con “Antígona”, en una colaboración para la que además se va a encontrar muy cuidada y rodeada de un ambiente y trabajando junto a una serie de artistas y de creadores, a los que ella tenía ya la suerte de conocer de antes, como lo eran Picasso, Cocteau o Dullin. Quien además del nuevo director del teatro y de interpretar a Creonte, había sido también la pareja de Caryathis, la profesora de baile moderno de Chanel.

¿Y qué dirías que fue lo que les llevó, o cuál fue el interés que les despertaba este mundo creativo a cada uno de ellos, para que se decidiera a entrar a experimentar y a colaborar con este ambiente más “ligero y frívolo” de las artes, tal y como tú misma lo llegas a describir en el catálogo de la exposición?

Hasta que empieza a trabajar para los Ballets Rusos con la producción de “Parade”, Picasso había venido trabajado desde la soledad de su estudio, cierto que contando con una época en la que sí había trabajado más mano a mano con Braque, pero igualmente cada uno desde la intimidad de su propio taller. De manera que de repente Picasso se va a ver envuelto en un mundo que le es totalmente ajeno, pero que le va encantar, del que le va a llamar muchísimo la atención esa manera de trabajar de manera colectiva de los coreógrafos con los actores y con las demás mentes creativas y los artistas vinculados a cada obra. Un mundo del teatro que le fascina, en lo que le va a llevar a emprender esa serie de colaboraciones con Diághilev y con Cocteau.

¿Y con respecto a Chanel? Porque si como has indicado sí venía ya participando de esta ambiente, de una manera más distante o superficial eso sí, ¿qué es lo que dirías que le lleva a decidirse por dar este salto?

Ciertamente es un salto total, con el que pasa de mantener esa colaboración indirecta como mecenas, a trabajar directamente en este ambiente como artista. Y esto se va a deber principalmente a la admiración y a la cercanía que Chanel va a sentir hacia todos estos creadores de las vanguardias, a los que da su lugar con esa ya mítica frase de que “son los artistas los que me han enseñado lo que es el rigor”. Chanel era una mujer que tuvo una educación muy básica en el convento de Aubazine, pero que era muy inteligente, lo suficiente además como para darse cuenta de eso. De modo que termina rodeándose de todos estos artistas de las vanguardias, entre los que estaban Picasso, Cocteau, músicos como Stravinsky, poetas como Pierre Reverdy, y en suma toda una serie de personajes que son los que la van a terminar por introducir en un mundo, del que no había podido o querido, o que no se le había pasado por la cabeza incluso, llegar a participar, y que le va a enriquecer enormemente. Eso sin olvidar además que Cocteau y Chanel para entonces ya eran grandes amigos, por lo que también entiendo que no le hubiera sido fácil decirle que no a este primera colaboración para “Antígona”, algo que tampoco creo que se le ocurriese.

¿Podemos resumirlo entonces en que fueron esas ganas suyas de querer aprender, sobre todo y de todo, lo que le conduciría a dar ese paso?

Sí, diría que probablemente fue así. De aprender, de trabajar en un medio en el que no había trabajado hasta entonces, y en lo que también estaba claro que le iba a dar una cierta notoriedad, tal y como así fue. Su colaboración con la producción de “Antígona” no cabe duda que le vino muy muy bien, además de ser una colaboración que igualmente funcionó muy bien como señalaba, tanto, que a los dos años Cocteau le pide que haga el vestuario para “Le Train Bleu”. Un vestuario que va a ser totalmente diferente a lo visto en aquella época, para una nueva colaboración que volvería a funcionar muy bien, y que le terminaría dando a Chanel mucho renombre, pero aquí ya no solo como diseñadora, sino como artista.

Las bañistas, 1918. Pablo Picasso. · Musée national Picasso-Paris.

Una obra esta que precisamente encontramos protagonizando el último espacio ya de la exposición. Pero, y ambientada “en una playa de 1924”, ¿qué es exactamente “Le Train Bleu”?

Se trata de un nuevo ballet creado por Cocteau y producido por Diághilev, cuyo tema central gira en torno a dos parejas que están divirtiéndose en la Costa Azul, vestidas a la última y disfrutando de todo ese nuevo ocio, desde la práctica de distintos deportes a tomar el sol, que empezaba a popularizarse en el que ya era un destino de moda para la época. Una costa a la que podía llegarse directamente a través del conocido como “el tren del Mediterráneo”, de un color azul marino, que unía París con Marsella, que es el que hace referencia precisamente el título de la obra, y del que fueron asiduos personajes muy cosmopolitas, del tipo de Scott Fitzgerald, Wiston Churchill o los propios Picasso y Chanel.

¿Y de qué manera van a participar en esta ocasión cada uno de ellos de la producción de la nueva obra de Cocteau?

Esta es una pieza que se va a estrenar el 20 de junio de 1924, en un momento que va a coincidir plenamente con la organización en París de una nueva edición de los Juegos Olímpicos. Un contexto que es precisamente al que trata de responder Cocteau, concibiendo esta obra de ballet centrada en ese ocio y en esos deportes, en la que va a mezclar mucho número de acrobacia, con pantomima, ironía, sátira, con números de humor, y presentando como protagonistas a dos parejas de amigos. Una formada por Anton Dolin, en el papel del guapo Beau Gosse, y por Lydia Sokolova, en la de la bella Perlouse, y otra protagonizada por Bronislava Nijinska, en el papel de una tenista inspirada en la figura de la jugadora profesional de tenis francesa Suzanne Lenglen, y por Léon Woizikovsky, en el papel de un jugador de golf inspirado en el duque de Windsor. Unos personajes principales que van a aparecer acompañados de una serie de gigolós y de sus contrapartes femeninas, las “poules”, para los que Cocteau le pide a Chanel que por favor diseñe el vestuario.

¿Qué va caracterizar en esta ocasión a estas piezas de indumentaria?

En esta ocasión Cocteau le pide a Chanel que diseñe un vestuario, pero no un vestuario teatral, sino un vestuario muy muy a la moda, para que pase de moda. Ante lo que Chanel responde cogiendo diseños que ya tiene a la venta en sus tiendas o que está realizando para sus clientas, adaptándolos al ballet y a los diferentes personajes de la obra. De manera que los va a vestir con una serie de trajes de baño de punto y con unos gorritos de lana, que también se llegaron a poner muy de moda por entonces, todo muy acorde con esa estética de playa que veíamos y que recoge Picasso en esa pieza de “Las Bañistas” que pinta en 1918. Mientras que para el golfista, inspirado en Eduardo de Inglaterra, va a presentar a un personaje perfectamente vestido, con sus bombachos, sus calcetines, su jersey… una estética muy elegante, y como detalle a Sokolova, para el personaje de Perlouse, le va a terminar poniendo esos pendientes de perlas de Chanel que también terminarían haciéndose famosísimos y poniéndose muy de moda.

¿Y con respecto a Picasso? ¿repite tomando las riendas de la dirección escenográfica?

No, en esta ocasión la participación de Picasso va a ser más indirecta, y la escenografía se va a dejar en manos del escultor cubista Henri Laurens. Quien curiosamente no había visto nunca el mar, pero quien diseña un escenario de playa de naturaleza cubista, con unas sombrillas y unas cabinas muy geométricas, todo ligeramente inclinado, que va a casar muy bien con ese ambiente de playa que tratará de reflejar la obra.

¿En qué consistirá entonces la participación de Picasso?

Aquí nos encontramos en un momento en el que Picasso ya se está alejando de los Ballets Rusos, del ambiente del teatro y de Cocteau, y aunque es cierto que luego trabajará en otras representaciones, aquí está perdiendo ya un poco el interés por ese mundo del teatro que tanto le había fascinado, para embarcarse en otros proyectos. De tal manera que, en este contexto, Picasso va a tener un papel más secundario, que consistirá en la cesión de un pequeño “gouache” titulado “Dos mujeres corriendo por la playa”, o “La carrera”. Una pieza pintada en el verano de 1922 que Diághilev encuentra un mes antes del estreno de la obra en el taller de Picasso, y que le pide que le deje reproducir para el telón de la obra. Una propuesta a la que Picasso finalmente accede, y de la que se encarga el príncipe ruso Alexander Schervachidze, responsable de reproducir el pequeño “gouache» sobre el telón, inmenso, de 10X7 metros, de la obra. Al ver el resultado Picasso lo cierto es que queda encantado, firma el telón y se lo dedica a Diághilev, y luego también termina accediendo a ilustrar la portada y el interior del programa de mano de los Ballets Rusos para esa temporada. En este caso con una serie de ilustraciones que sí hace el propio Picasso, que igualmente sí irá a los ensayos de la obra coincidiendo ahí con Chanel, e ilustraciones en las que representa a una serie de bailarinas en diferentes actitudes, como poniéndose las medias, peinándose o preparándose para la salida a escena.

Exposición “Picasso / Chanel”, sala “Le Train Bleu”. Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, Madrid.

Si la participación de Picasso queda efectivamente claro que sí requirió de una menor implicación por su parte con la obra, la duda que me surge es con respecto a Chanel y sobre hasta que punto la indumentaria “a la moda” que presenta responde a una moda más o menos ya aceptada, o no, para la sociedad y para la época de entonces.

A pesar de lo muy osados, porque eran bastantes descubiertos, que resultaban para la época los trajes de baño de punto que estaba diseñando Chanel, lo cierto es que la moda que estaba haciendo por entonces no estaba solo ya super de moda, sino totalmente aceptada. Era un diseñadora que tenía un éxito enorme, y que como te decía logra en muy poco años crear un gran negocio, en el que creo que ya a principios de los años 20, justo en torno a la época del estreno de “Le Train Bleu”, contaba con más de 3.000 personas trabajando para ella. Sin duda no solo le iba fenomenal, sino que también era ya una diseñadora conocidísima, no solo dentro de Francia, sino también contando con mucha proyección en Inglaterra por esa relación que mantenía con el Duque de Westminster, con el que casi se casa, y que la hacía mantenerse constantemente viajando entre Francia e Inglaterra. Pero cierto es también que esta colaboración supondría más de un reto para ella.

¿En qué medida?

En la medida en la que Chanel hasta entonces no había hecho nunca ninguna clase de indumentaria para un ballet, y cuando responde a la demanda de Cocteau de hacer algo muy a la moda utilizado su propia ropa de temporada, tal y como le reclama, y en lo que parecía ser una tarea muy sencilla puesto que no debía de diseñar nada nuevo, terminaron no obstante de surgir ya durante los ensayos unos pequeños inconvenientes con la indumentaria. Esta se trataba en esencia de una serie de esos trajes de baño punto de colores, pero confeccionados no en un punto cerrado de fábrica como el que utilizamos ahora, sino en un punto mucho más grueso, para unas piezas que no quedaban así pues tampoco muy ajustadas al cuerpo. Lo que hacía que las bailarinas se les escurrían de entre las manos a lo bailarines cuando estos las lanzaban al aire durante los números del ballet, de modo que ahí Chanel tuvo que intervenir realizando una serie de distintos ajustes sobre los diseños.

Y en este caso, ¿de qué manera vamos a terminar viendo las colaboraciones de ambos en “Le Train Bleu” dentro de la exposición?

En la sala reservada a “Le Train Bleu” contamos con grandes obras de Picasso, como lo son esa “Dos mujeres corriendo por la playa”, la obra maestra del Museo Picasso de París que inspiró el telón de la obra, o esa pequeña obra, pero también muy importante, de “Las Bañistas”, unas piezas que exhibimos junto a una “Maternidad” que forma “pendant” con la imagen de una mujer semidesnuda de la Colección Abelló, dibujada a la clásica por Picasso, y que dialoga muy bien con ese dibujo que hace para la portada del programa de los Ballets Rusos. Mientras que en lo que respecta a la indumentaria, de las piezas originales diseñadas por Chanel solamente se conservan dos en el Victoria&Albert de Londres, pero por una serie de razones internas del museo no se podían prestar, por lo que lo que veremos en esta sala en su totalidad son las reproducciones de las piezas originales diseñadas por Chanel, que realiza la Ópera de París en 1992 para una reedición de la obra original. Un ballet que es además el que puede verse en el vídeo de cierre de la exposición, y cuya visualización sirve para contextualizar esos diseños para la tenista, el golfista, los gigolós y las “poules” que hemos traído. Todo esto además acompañado de fotografías de época, documentos o de notas originales de Nijinska, la coreógrafa del ballet y quien no tuvo pocos enfrentamientos con Cocteau, puesto que ella defendía una obra más asentada en el ballet moderno, y Cocteau se empeñaba en incorporar mucha pantomima y muchísima acrobacia. Algo que era por otro lado lo que le había inspirado en un primer momento a concebir la obra, que nace del momento en el que ve a Anton Dolin, el protagonista del ballet, haciendo toda una serie de acrobacias.

Y terminada ya esta segunda colaboración, ¿de qué manera van a seguir relacionándose Picasso, Chanel y Cocteau?

A pesar de no coincidir en ningún proyecto nuevo, sí que van a seguir relacionándose. Cocteau siempre sería un gran amigo de Chanel, con quien seguirá viéndose muchísimo, y con quien nuevamente volvería a trabajar en el 43, cuando Cocteau vuelve a producir Antígona en París, además en la Opera de París, durante la ocupación nazi. Y ahí está Picasso y va a estar Chanel, quien vuelve a hacer toda la indumentaria de la obra. Por su parte Picasso y Chanel también coincidirán a partir de este momento en el que se cierra la exposición, pero sí que ha sido una relación sobre la que no he querido avanzar para poder centrar toda la investigación en esta época tan concreta en la que trabajan juntos y en la que se van a ver asiduamente.

Fotografía de “El tren azul”, con Léon Woizikovsky, Lydia Sokolova, Bronislava Nijinska y Anton Dolin, 1924. Library of Congress, Washington, D. C., Music Division.

Haciendo una valoración ya general de esta relación que ambos artistas establecieron, a través de estas y de otras colaboraciones, con el mundo de las artes escénicas, ¿de qué manera este ambiente va a terminar influyendo tanto en sus carreras como en sus producciones artísticas?

A Chanel sin duda le vino fenomenal hacer “Antígona” y hacer “Le Train Bleu”, porque fueron dos colaboraciones que le dieron mucha notoriedad, pero ya a un nivel artístico, no a un nivel de moda, que era una escena en la que ella ya se destacaba. Porque Chanel no va a ser solo una de las grandes, sino que va a ser “la” diseñadora de moda de sos años 20, y también probablemente lo fuera de los años 30, aunque ahí aparece ya Schiaparelli que sí logra hacerle algo de sombra. Pero emprender esta clase de colaboraciones para Chanel va a significar dar un paso muy importante en su proyección como creadora, de lograr alcanzar otro estrato. Porque claro está que una cosa es que tú seas una gran diseñadora, y otra muy distinta es que te relacionen con Picasso, con Cocteau, con Reverdy, con Stravinsky, con Diághilev, y con todo el círculo de Diághilev. Un empresario que a través de su compañía de los Ballets Rusos no solamente va a hacer unos ballets muy punteros, muy modernos y muy rompedores, sino que va a reunir como colaboradores a los grandes artistas de la época.

¿Y para Picasso?

La cosa va a ser distinta para Picasso, que era ya muy conocido y desde luego no necesitaba la fama ni necesitaba colaborar con Chanel para ganar una mayor consideración, y quien además va a ser muy criticado por su acercamiento a los Ballets Rusos y a Cocteau. Estos serán los años en los que Picasso, que venía de esas vanguardias asentadas en Montparnasse, de trabajar allí en un pequeño estudio, bastante cutre, y de vivir con muy poco dinero, empieza a vender y termina conociendo a Olga, y casándose con Olga. Después de la boda es cuando conocerá a su nuevo marchante, Paul Rosenberg, y a su regreso a París el matrimonio se mudará a la rue La Boétie, donde Rosenberg tiene su galería de arte. Y es a partir de este momento cuando todos sus anteriores amigos de sus años en Montparnasse empiezan a criticar muy duramente a Picasso, acusándole de haberse vuelto un burgués, de que va vestido de burgués, de que vive en una casa con servicio, y censurándole el que se mueva en el círculo de Diághilev y que vaya tanto con Cocteau, al que consideran un frívolo por estar haciendo producciones de teatro y ballet. Todas estas acusaciones además apuntando a Olga como la culpable de todo, en algo que no creo que tuviera culpa ni responsabilidad, ni mucho menos. Porque Picasso se vuelve burgués porque quiere, ¡pues menudo era Picasso! Porque quiere, y porque quiere vivir bien, ¿y también por qué no? De manera que, en su línea, Picasso emprendió todos estos proyectos y se mantuvo muy cerca de este ambiente teatral y de los ballets porque le gustaba hacerlo y porque le divertía, y cuando ya no le divirtió, lo dejo e hizo otra cosa. Él tenía esa capacidad. La capacidad para manejar varios estilos a la vez, y la de hacer lo que le deba la gana.

Y enmarcándolo ya todo dentro del ambiente de esta exposición, ¿cuales son las relaciones que desde el Museo se aprecian entre la moda y la pintura, como para establecer diálogos directos entre ambas disciplinas como el que se propone con esta exposición “Picasso/Chanel”, y como para continuar manteniendo abierta esa serie que viene desarrollándose desde la exposición de Givenchy?

Esta es una línea de exposiciones que han funcionado, y que están funcionando muy bien, y que están permitiendo atraer a otra clase de público al Museo, más joven, más interesado en el mundo de la moda y en el mundo del diseño, y ya no solamente a aquél interesado en la pintura o en el mundo del arte. Lo cual pienso que al final también es un poco de lo que se trata, de conseguir, como se está consiguiendo, captar la atención de otros públicos. Después también son exposiciones distintas, que te permiten contextualizar su contenido y su mensaje mucho mejor, al contarlas a través de ese diálogo entre el arte y la moda, pero no obstante también muy difíciles de hacer. Son unas exposiciones complicadas.

¿En qué sentido?

Bueno en el sentido de que son dos exposiciones en una; no son nada fáciles y son muy complejas. Para su montaje piensa que tienes que hacer los maniquíes exentos para cada prenda de indumentaria, tarimas, contar con un cierto diseño escenográfico… todo es más complicado, y sin duda resulta mucho más fácil hacer el montaje de una exposición de pintura. Además de que después, al margen ya de su propia estructura, no cuentas con una oferta de temas tan abundantes como dentro del mundo del arte. Para montar y sacar adelante una exposición de esta naturaleza tiene que contar con un muy buen proyecto, y el establecer relaciones entre arte y moda hay veces que puedes y otras que no, porque no todos los pintores ni todos los estilos se prestan a sostener ese diálogo. Después si para la exposición además debes trabajar con una marca determinada, como en este caso o en el caso de la exposición que hicimos de Cartier, para la que Cartier se mantuvo ahí dándonos toda clase de facilidades, es indispensable el que cuentes con esa marca apoyándote al 100 por cien. Porque si no tienes eso, es dificilísimo poder sacar adelante la exposición. Y hay veces que no tienes ese apoyo, con lo que que todo se complica mucho más.

Y con respecto a esta “Picasso / Chanel”, ¿se ha dado alguna clase de especial complicación?

En este caso concreto lo curioso es que ha sido mucho más difícil conseguir la indumentaria que las obras de Picasso, lo cual no deja de resultar bastante paradójico, en un momento en el que todo el mundo se está preparando para hacer exposiciones de Picasso.

¿Quizás por esa falta de piezas originales de Chanel de estos años a la que apuntabas?

Bueno pero sí las hay, y ha sido muy difícil conseguirlas. Hemos tenido prestadores que directamente nos han dicho que no por la fragilidad de las piezas. Unas piezas que no olvidemos que se iban a exhibir al lado de un Picasso. Pero ni con esas. Como te decía, son exposiciones que no puedes hacer de manera permanente, que tienes que armar sobre un muy buen proyecto y que son muy complicadas de sacar adelante, pero que se compensa porque son exposiciones que vienen funcionado muy bien.

Exposición “Picasso / Chanel”, sala “El cubismo y el estilo Chanel”. Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, Madrid.

En una cuestión ya algo más polémica, y que siempre pesa sobre el legado de Picasso, haciendo una revisitación histórica de la figura del artista, desde la perspectiva de este siglo XXI en el que nos encontramos, suele proclamarse que hoy Picasso sería un artista cancelado por el trato que llegó a mostrar hacia sus compañeras sentimentales y hacia la mujer. ¿Es justo mantener este discurso hacia el artista, y de serlo seguir ofreciendo lecturas públicas de sus obras?

Es cierto que hoy este es un tema candente y que es un tema del que todo el mundo habla, pero aquí y con este proyecto lo que estoy juzgando es su obra y es la obra de Chanel. No estoy entrando a juzgar como trataba a las mujeres, en lo que por supuesto no estoy nada de acuerdo, pero para lo que también debemos ver el contexto en el que nos encontramos. Estamos hablando de otra época, de 1918, en la que me imagino que desafortunadamente no solo era Picasso el que trataría así a la mujeres, sino también muchísimos más hombres. Piensa que las mujeres por primera vez tienen acceso al mundo laboral en 1914, cuando los hombre en Francia y en Inglaterra marchan a la Guerra. Lees eso y lo primero que dices es ¡Dios mío!, y es que entonces la situación de la mujer es que era tan diferente a la de ahora… Y además de ese contexto, debemos ver también el contexto, el origen y de dónde venían cada uno de los personajes. De Picasso estamos hablando de un hombre que procedía de la sociedad española de entonces, una sociedad muy cerrada, desde luego mucho más de la que podía darse en el París de la época.

Mientras tanto, frente a esta controvertida figura de Picasso se nos muestra a una Gabrielle “Coco” Chanel que parece haber logrado permanecer a lo largo de todos estos años en su mismo, e inquebrantable, perfil como “la” diseñadora que logró liberar a la mujer de las ataduras del siglo XIX. ¿En su caso sería también justo o injusto mantenerla sobre esta valoración?

Chanel fue una “crack”, era inteligentísima, muy buena mujer de negocios y toda una visionaria, y eso lo ves en como hoy sus diseños de hace cien años siguen resultando actuales y a la moda, en como la calle está inundada de piezas y de diseños que están relacionados directamente con ellas y con piezas que ella diseñó. Pero también hubo otras diseñadoras y diseñadores de la época, como Madamme Vionnet por ejemplo, que van a resultar punteros y que van a resultar revolucionarios. Es verdad que Chanel se destacó sobre todos las demás y que por eso da la sensación de que lo llegó a inventar todo, y Chanel fue una pionera, sí, ¿pero la única que alimentó esa revolución? No sé si me atrevería a decir eso.

¿Y a qué crees que se debió el que lograse destacarse de esa manera, y el que su figura haya terminado ligada a ese mensaje hasta llegar al día de hoy?

A que ella era tan lista, a que supo aprovechar tan bien toda la prensa y toda la publicidad que se le dio entonces, que es un mensaje que ha calado. A eso, y también a como veíamos a la calidad de sus diseños y a que supo muy bien destacarse de entre todos los demás, desde por su misma condición de mujer y porque se ponía todo lo que hacia, a en el modo de relacionarse. Chanel va a ser una mujer como vemos que sabía relacionarse muy bien, que mantiene amistad con Picasso y que se encuentra rodeada de todo el mundo artístico de las vanguardias, pero es que también se está relacionando a su vez con Winston Churchill, con el Duque de Westminster, con los miembros de la casa Romanov, y frente a eso cualquier otra otra diseñadora con menor vida social no tenía nada que hacer, porque Chanel le va hacer sombra. Le va a hacer sombra porque Chanel estaba en todas partes y conocía a todo el mundo, y eso va ayudar a que su fama aumente todavía más, de eso no cabe duda. Aspectos que ojo no le quitan un ápice del muchísimo mérito que tuvo a la hora de crearse una nueva vida, desde los orígenes tan tan humildes con los que contaba, y durante los años en los que nos encontramos. Y con todo eso, Chanel se crea de la nada, pasando de ser la niña que abandonan en un convento, a una señora mantenida y de ahí a Chanel la diseñadora, y eso tiene un mérito enorme.

¿Y a qué dirías que se debe el que ambos, tanto Picasso como Chanel, sigan coincidiendo a día de hoy en el modo en el que se nos siguen mostrando tan a la vanguardia y tan rupturistas como lo fueron en su tiempo?

Ahí está precisamente creo que el quid de la cuestión, en que Picasso y Chanel son atemporales. Los dos tienen eso mismo en común, que no han pasado de moda, porque supieron crear en torno a ellos un mundo y un estilo que perdura. Y eso lo vemos en esos diseños de Chanel de hace más de cien años que te siguen pareciendo frescos, relativamente contemporáneos y que todavía, hoy, no han pasado de moda. Ese es el gran logro diría de Chanel, y la razón por la que también su casa tiene a día de hoy todavía esa fuerza, porque consiguió esa atemporalidad, que sin duda tiene también Picasso. Algo que igualmente vemos en sus pinturas, de también hace más de cien años, ya respondan al cubismo, al neoclasicismo, al surrealismo o al -ismo que llegue a tocar Picasso en cada momento, porque desde todos ellos sigue mostrándose hoy como un artista atemporal.

Uno de los aspectos diría más interesantes de la exposición, y también creo que también de los menos apreciables a simple vista, responde al modo en el que nos presenta ese diálogo entre la moda, el arte y las vanguardias, como los motores que terminaron dando paso y construyendo esa nueva sociedad del siglo XX, que poco o nada empezaba ya a guardar de la sociedad del XIX. ¿Crees que esa misma relación moda-arte sigue jugando a día de hoy ese papel como fuente de estímulo?

Estoy convencida de que sí, y de que hasta incluso hoy, gracias a las redes sociales y a la gran cantidad de información y de imágenes a las que podemos acceder, toda esa relación se da de una manera mucho más fácil y mucho más natural. Hoy toda esta relación y estos vínculos están mucho más conectados que en esa época, y lo vemos en la renovada importancia que están adquiriendo a nivel social todas las consideradas como artes menores, en la importancia del diseño, la cerámica, del bordado y de toda esa serie de trabajos manuales, de trabajos artesanales, que siguen dejando su huella en el mundo del arte y en el mundo de la moda, siendo esta una más de las razones por las que hay que impedir que todos esos oficios se pierdan. En esto sí que desde Francia creo que lo están haciendo muy bien, puesto que se están abriendo y se están creando escuelas para impedir que toda esta artesanía desaparezca. Algo que a mi me parece fundamental preservar, porque es en ella en la que también se terminan inspirando desde los artistas a diseñadores y modistas, modistas como Chanel. Quien, como ejemplo, durante unos años se va a inspirar en todo ese maravilloso bordado ruso que van a traer a París todos esos rusos blancos, toda esa nobleza y esa alta aristocracia rusa, que tratan de escapar de la Revolución. E inspirándose en esos finos tejidos, Chanel va a crear una serie de colecciones, entre los años 20, 21 y 22, caracterizadas por contar con todos esos bordados maravillosos, y creadas por las manos de las mujeres de esa misma aristocracia rusa, que eran las que sabían hacer esos bordados. Unas mujeres que pertenecían a la aristocracia y que no habían trabajado nunca, pero que necesitaban trabajar, y a las que Chanel les termina montando una fábrica y las pone a bordar. Como te digo al final es que todo influye, y todo el mundo, desde artistas a artesanos y diseñadores, termina inspirándose de todo. Hoy si cabe más que nunca.

Exposición “Picasso / Chanel”, sala “Le Train Bleu”. Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, Madrid.

Para ir concluyendo: “Yo pinto como escriben otros su autobiografía… El futuro elegirá qué páginas prefiere”, llegó a decir Picasso. ¿Encierra esta sentencia del pintor hacia sí mismo, parte del sentido y de lo que se ha tratado de poner en valor en esta exposición, volcada a subrayar el perfil de Picasso desde una posición que se sitúa, como apunta Guillermo Solana, “más allá de los estereotipos de género”?

Sin duda ahí tiene razón Guillermo, y estamos ante una revisitación de la figura de Picasso que va más allá de los estereotipos. Y esto se consigue porque dentro de Picasso hay muchos Picassos, y en consecuencia se hace muy difícil hablar de un solo Picasso, y ya no digamos si a eso le sumamos los aspectos de su vida privada. Es el artista más importante del siglo XX, y lo vemos en todo el juego que todavía hoy sigue dando, en todas las exposiciones, de temas además tan diferentes, que va a haber de él el año que viene; en la cantidad de libros, de biografías, de catálogos y de muestras que se le han dedicado, y aún así Picasso sigue dando de sí. Esto, junto al diálogo con el legado de Chanel, la facilidad que ambos tenían para crear, y la búsqueda de la libertar para hacerlo que defenderían a lo largo de sus vidas, es a grandes rasgos de lo que trata esta exposición.

“El lujo no es lo contrario a la pobreza, es lo contrario de la vulgaridad”, apuntó por su parte Chanel, en lo que Paul Poiret bien terminaría resumiendo en su denominación del estilo Chanel como “miserabilismo del lujo”. ¿Se resumen por su parte en esta frase de Chanel los principio de ese estilo atemporal que la llevarían a consagrarse como esa infatigable figura de la modernidad, que sigue siendo hoy?

Perfectamente. Chanel lo que va a hacer es como darle la vuelta a todo, y empezar a hacer cosas que no se hacían porque no estaban bien vistas, o porque no se consideraban lujo, como incorporar a sus estilismos muchísimas piezas de bisutería, a pesar de que tenía grandes joyas que le había regalado el duque de Westminster y de que se las podía comprar, incorporar ese algodón que se utilizaba para las prendas íntimas, popularizando ese punto característico que utilizaban los marineros, o incorporando a sus diseños pieles como las de conejo, el castor o la de ardilla, muchísimo más baratas que las de visón o la de armiño. Una suma de elementos que provocan que desde Poiret, con su “miserabilismo del lujo”, a Maurice Sachs, con su “miseria rica” o “pobreza encantadora”, desde diseñadores a escritores entren a reflexionar en la manera en la que Chanel está cambiando los gustos, manteniéndose eso sí en una estética, y en unos precios, propios del lujo y del alta costura. Esto va a ser en líneas generales lo que va a caracterizar también el estilo de Chanel durante esos años 20 y 30, y que, aunque va a seguir diseñando, considero como los años en los que va a resultar más rompedora, del mismo modo que son estos mismos años en los que, personalmente, me resulta también más interesante el trabajo de Picasso.

¿Coincidieron también en esto?

La verdad es que yo me lo he pasado muy bien (risas), en cuando a que, para mi, he logrado juntar los que considero sus mejores momentos en esta exposición, profundizando en la etapa en la que, considero, cada uno de ellos se encuentra en un punto muy álgido de su carrera y a nivel creativo.

Y mientras la exposición sigue dando la bienvenida a más y más visitantes, ¿qué próximas exposiciones se están fraguando ya desde el Museo?

En relación con la moda y con esta serie de “Arte y Moda” por ahora no hay nada más agendado, mientras que siguiendo con esta “Picasso/Chanel” para el próximo año, e igualmente como un proyecto que va a formar parte de las celebraciones del año Picasso, para finales de 2023 se está ya trabajando sobre la exposición, comisariada por Paloma Alarcón, jefa de pintura moderna del Museo, “Picasso. Lo sagrado y lo profano”.

 

Picasso / Chanel
Del 11 de octubre de 2022 al 15 de enero de 2023

Museo Nacional Thyssen-Bornemisza · Madrid

 

* Fotografías por cortesía del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza de Madrid.