Un abuelo se pinta las uñas para enseñar a su hija y madre de su nieto que los esmaltes de colores no entienden de género.
Foto de @vsaasv2
Verónica Serrano, @vsaasv2 publicó hace unos días un tuit en el que contaba que a su sobrino de 5 años le gusta pintarse las uñas de las manos y es ella quien se encarga de hacerlo cada vez que el niño se queda a su cuidado. Aunque también contaba en el hilo que cuando éste regresa a casa, su madre le riñe y se las quita. Sin embargo, una de las últimas veces que se quedó a cargo del pequeño, cuando Verónica se despertó se llevó una gran sorpresa al ver que su padre, el abuelo del niño, se había pintado las uñas y su respuesta fue que lo había hecho para quitarle de la cabeza al nene y a su hija que pintarse las uñas no es solo cosa de chicas, y que si al niño le gusta así, así irá.
Este no es el único caso que se hace viral en las redes sociales porque un niño o niña tengan gustos diferentes a los que le impone la sociedad desde su nacimiento. La actriz Elsa Pataky y su marido Chris Hemsworth fueron el centro de las críticas por dejar lucir una larga melena a sus mellizos de 4 años. Antes lo fue Adele al vestir a su hijo de princesa mientras visitaban Disneyland, o Angelina Jolie y Brad Pitt cuando decidieron hacer público que su hija Shilou prefería ser llamada John y vestir como sus hermanos.
La primera información que tienen los pequeños en relacionar qué es ser un chico o una chica son los roles de género, por lo tanto, la forma en la que se transmiten será determinante para que ellos se sientan más cómodos.
La identidad de género surge a partir de los cuatro años, en ocasiones antes, y se refiere al sentido interno de una persona. Como padres, los expertos explican que durante esos años en los que los pequeños se están descubriendo, lo peor que se puede hacer es reprimir la búsqueda por su identidad porque impedirles esa exploración conlleva grave riesgos psicológicos al no sentirse aceptados por sus familiares cuando se les transmite que lo que hacen es inadecuado o que está mal.
Los niños deben ser educados con ideas inclusivas y para ello, lo primero que tenemos que hacer es crear un mundo más igualitario y menos sexista. Los pequeños juegan, experimentan y no se paran a pensar «esto es de niños», «esto de niñas». Aprendamos de ellos.
–