La artista multidisciplinar y compositora catalana presenta su tercer álbum, ‘Pripyat’, en el que nos adentra en un mundo postapocalíptico desde una perspectiva única, experimental y muy vanguardista.
Marina Herlop estrena ‘Pripyat’ publicado de la mano del sello berlinés Pan. Famosa por expresarse con su voz utilizando sonidos tan sugerentes como abstractos, Herlop presenta su primer trabajo realizado a partir de un ordenador. Tonos ondulantes, percusión, piano, guitarras y movimiento en un trabajo que explora nuevos territorios sonoros y pone a prueba su capacidad de hibridar música y naturaleza.
‘Pripyat’, que toma su nombre de la ciudad fantasma abandonada en Ucrania tras el desastre de Chernobyl de 1986, es el tercer álbum de la catalana en el que combina tradiciones antiguas con proyecciones apocalípticas. Un álbum que nos sumerge en un mundo espeluznante, en un pasado olvidado y un futuro posthumano donde el mundo ha sido tomado por la naturaleza.
Siete canciones en las que Marina crea un mundo inmersivo de ritmos excéntricos y electrónica atmosférica. Composiciones como ‘Miu’ inspirada en la música carnática del sur de la India, donde las melodías vocales se entrelazan y forman una fascinante polifonía en un idioma completamente inventado. Los pianos, distorsionados por un efecto glitch, emergen en ‘Abans Abans’ con una base de beats desacompasados y efectos de ruido blanco.
Herlop explora los límites del sonido en el hip-hop deconstruido y abstracto de ‘Shaolin Mantis’ y juega con la base instrumental de ‘Lyssof ’,transmitiendo una energía ancestral. Estudiando su nuevo sonido en la juguetona ‘Ubuntu’, Marina incorpora juegos vocales, retazos tecno y percusión de marimbas para finalmente sorprender con el canto religioso de ‘Kaddisch’, un conocido rezo de la religión judía que la artista lleva al terreno de lo cósmico, en una combinación perfecta de trucos de producción y liberación emocional en su trabajo más íntimo hasta la fecha.
Ahora, y de la mano del grupo artístico y audiovisual Invernomuto, Marina Herlop nos presenta una bellísima pieza gráfica con escenas en stop-motion y una cuidada fotografía paisajística que nos adentra en su universo particular en el que la música es suficiente para conectar con la naturaleza.
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