¿Qué hay de nuevo? La columna de Estel Vilaseca para VEIN.es
Un gran cartel del artista Jeremy Deller en la que está escrito: “Parla amb la Terra i Ella et respondrà” (“Habla con la Tierra y Ella te responderá”) da la bienvenida a los visitantes de Manifesta 15 en las Tres Chimeneas del Besós. La instalación “sugiere que para imaginar el futuro hay que empezar por descentrarse de las narrativas que dan prioridad al ser humano y fomentar un diálogo colaborativo y empático con nuestros semejantes en este planeta más que humano (…) En efecto, la tierra y los peces han estado hablando y advirtiéndonos de hacia dónde nos dirigimos ¿Los estamos escuchando?” explican sobre esta obra desde la web de la Bienal. La urgencia de devolver a la naturaleza el terreno conquistado por el hombre (el físico y el metafórico) en un contexto de crisis climática es una de las ideas centrales que hila muchas de las piezas que se exponen allí hasta el 24 de noviembre bajo el título “Imaginando futuros”. Entre los artistas participantes encontramos a Diana Scherer, pionera en biofabricación y todo un referente en el mundo textil. “Yield”, la pieza que ha creado especialmente para la bienal, es una nueva entrega de una metodología de trabajo que solo es posible en “colaboración con la naturaleza”. Con sus investigaciones, Scherer logra hacer crecer redes de raíces dentro de patrones dando origen a tejidos cultivados que proponen nuevas formas colaborativas de tejer. Un proceso mucho más respetuoso con el medioambiente que los actuales.
Scherer inició “Interwoven” en 2015. Tres años antes, en 2012, Carole Collet, fundadora del grupo de investigación Living Systems de la Central Saint Martins, presentó “BioLace”, un sugerente proyecto especulativo que inició tras su interés por la biología sintética y con el que buscaba ofrecer nuevas vías para la fabricación de tejidos, procesos que actualmente provocan un gran impacto en el planeta. Para Collet, a la que entrevistamos en VEIN 15, que los diseñadores se abran a nuevas colaboraciones y disciplinas es clave para hacer frente a los grandes retos medioambientales: “no podemos trabajar en solitario”, comentaba, al mismo tiempo que incidía en la importancia de tomar ejemplo de la naturaleza: “En la naturaleza no existe el concepto “desperdicio”, lo que no es útil para un ser vivo es el nutriente de otro y esta es la base de la economía circular. Tenemos que prestarle atención. No somos algo separado de ella, somos parte de la cadena y tenemos que asegurarnos de que no dañamos este ecosistema”. Ya lo dijo Alexander McQueen, no hay mejor diseñador que la naturaleza. “Siempre me han fascinado los mecanismos de la naturaleza y, en mayor o menor medida, mi trabajo siempre se ha inspirado en ellos” comentó en una ocasión.
En un camino similar al de Scherer, Natsai Audrey Chieza fundó en 2018 Faber Futures con el lema “Learning from nature, making with life”. Su andadura empezó en 2011 con el proyecto Coelicolor en el que colabora con microorganismos para crear fascinantes estampados y teñir tejidos. En colaboración con el departamento de ingeniería bioquímica de la University College de Londres, descubrió que la interacción de la bacteria S. Coelicolor y las proteínas de fibras podía producir un acabado que no se destiñe sin el uso de productos químicos con un uso mucho menor de agua. “¿Podemos entrenar a nuestros organismos para que coman posos de café para producir pigmentos?(…) ¿podemos utilizar aguas residuales de la industria lanera local? La pregunta ahora no es sólo cómo continuamos aumentando la fermentación del organismo, sino cómo construimos el marco estructural para una bioeconomía regenerativa” reflexionaba en una interesante entrevista publicada en NPOL – Natural Phenomena of Life, publicación dedicada a las economías vivas. David Cabra en Colombia con su apasionante proyecto OffMatter, con el que ha desarrollado propuestas tan fascinantes como la biopiel CARBO, o Raquel Buj en España con su BujStudio, enfocada también en las nuevas materialidades, suman también en este camino en el que la colaboración con la naturaleza de tú a tú se torna esencial.
En su nueva colección primavera-verano 2025, la diseñadora sostenible Susan Fang nos invita a embarcarnos en un viaje a la naturaleza más profunda vistiendo a sus chicas con flores que se convierten en armaduras para tiempos difíciles en los que “la esperanza y las turbulencias se entrelazan”. El trabajo de Fang, que antes de lanzar su propia marca colaboró con Celine y Stella McCartney, destaca por sus delicadas innovaciones textiles que se funden con el entorno. En su nueva colección ha presentado un bolso impreso en tres dimensiones generado con un algoritmo a medida que imita las fórmulas de la naturaleza. Y es que para Fang es en la naturaleza, a la que pone siempre en el centro de toda su inspiración, donde se encuentran todas las respuestas: “Es tan hermosa que es insuperable, y nosotros también somos parte de esta ley en constante cambio que crea infinitas variaciones de nueva vida”.