El foto-libro de Joel Meyerowitz publicado en 1991 regresa con una reedición para celebrar la belleza diversa de lxs pelirrojxs.
El afamado fotógrafo norteamericano Joel Meyerowitz retrató a numerosas personas pelirrojas de distintas procedencias y edades. Hoy sus fotografías siguen siendo igual de magnéticas, pero su gusto por los matices y distintos estilos de la gente con cabello rojo comenzó exactamente en el verano de 1976. «El sol enciende a los pelirrojos: el pelo se vuelve más brillante, la piel se llena de pecas”, declaró el fotógrafo. Ahora, una edición ampliada de su Redheads (Damiani) -incluye 16 imágenes adicionales- festeja de nuevo la diversidad cultural y racial de las personas pelirrojas.
«Mi forma de hacer retratos no es poniéndome de rodillas, ni subiendo a lo alto de una escalera, ni metiéndome en la cama con un famoso», escribió Meyerowitz, «sino simplemente poniéndome frente a frente con cualquier persona que haya encontrado su camino hacia mí, sea joven o mayor. Sólo necesito una o dos hojas de película y la paciencia para verlas».
Sobre la piel de los pelirrojos, para Meyerowitz al mismo tiempo al mismo tiempo “ordinarios y especiales”, escribe que es “exótica y transparente como la fruta”. Sin embargo, en el proceso también describió que muchas de las personas retratadas compartían recuerdos dolorosos de la infancia por situaciones de exclusión y ridiculización durante la infancia debido al color de su cabello. Ese nexo de unión fue nombrado por el fotógrafo como “nudo de sangre”. Por suerte, como compartió, “casi todas las personas con las que hablé dijeron que, a medida que crecían, empezaron a sentirse mucho mejor con esta singularidad»
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