Sinéad O’Dwyer presenta ‘Domiciliary’, una colección romántica y fetichista que desafía los estándares de belleza de la industria.
Sinéad O’Dwyer creó su marca homónima en 2018 y con su estética dominante y delicada desafía los cánones de belleza de la industria. En una crítica muy literal al sector de la moda, la diseñadora irlandesa propone una reestructuración de la artesanía y de la moda eliminando prejuicios. Propuestas contemporáneas inspiradas en la diversidad y en la inclusión que exploran el cuerpo y la forma.
«¿Qué hace una niñera cuando los niños están dormidos?» La colección primavera-verano 2022 se ha estrenado a través de un cortometraje íntimo y romántico dirigido por Sharna Osborne. Inspirada en la propia experiencia de O’Dwyer como au pair, ‘Domiciliary’ supone una representación irónica de las cosas que las trabajadoras del hogar hacen cuando se quedan a solas. Con un diverso elenco, las cuatro protagonistas de la propuesta hacen gimnasia, planchan ropa interior diminuta, fuman en los columpios o se dan un largo baño de burbujas en una exploración privada y desinhibida de su propio disfrute.
Aunque la colección se basa en las experiencias y observaciones de Sinéad en su trabajo como niñera, las prendas se inspiraron en ilustraciones fetichistas antiguas de escenarios de juegos de rol de niñera. Baberos de algodón blanco y un delantal en seda rosa pálido en una delicada técnica de pliegues de alta costura en contraste con una blusa blanca sin mangas estilo esmoquin.
Sastrería en chalecos, corsés, camisas y trajes de chaqueta a medida a juego con pantalones holgados en tonos oscuros. Vestidos retorcidos y medias entrecruzadas que serpentean por los cuerpos de las modelos, monos con estribos y arneses con correas en satén brillante inspirados en la técnica tradicional de cuerdas Shibari. Volantes y cortes descarados en tonos empolvados, lima y naranja Cheeto y grises, marrones y negros en sastrería combinados con calzado estilo Mary-Jane y mules de tacón bajo en verde.
Un juego de contrastes entre las dinámicas de poder, sumisión y dominación, y el uso de esas mismas prendas en un contexto fetichista, en una colección que explora la intimidad y la libertad de ser uno mismo.
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