Entre flores, cielos y mujeres, nos adentramos en la pinceladas de Renoir a través de la retrospectiva que ofrece el Museo Thyssen-Bornemisza.
«Desnudo en el sofá, 1876»
Renoir es considerado, junto con Monet, uno de los padres del Impresionismo, y, su pintura ha sido determinante en la historia del arte por su bella, y a la vez incomprendida pincelada. Para poder entender a Renoir, lo primero que hay que hacer es identificarse con la concepción que tenía el artista sobre la vida: para él, el disfrute de sus cuadros tenía que ser parte y prolongación del disfrute de la vida misma.
«Baile en el Moulin de la Galette. 1876»
«Mujer con sombrilla en el jardín, 1873»
“Renoir. Intimidad”, comisariada por Guillermo Solana, director artístico del Museo Thyssen, hace un recorrido por la producción del impresionista. Para Renoir, cada sensación visual está unida a posibles sensaciones táctiles y corporales, y siguiendo esa tónica, el pintor quería que el espectador no solo utilizase la vista para entender sus pinturas.Por otra parte, Solana afirma que no se puede encasillar al autor únicamente en el Impresionismo ya que su obra transcurre de forma transitoria, desde su faceta de retratista más figurativo, hasta aquella etapa centrada en representar la intimidad femenina con desnudos, o, como no, por sus paisajes puramente impresionistas.
«Desnudo y paisaje, 1887»
Con ello, la exhibición mostrará 78 obras cedidas por museos de todo el mundo, en las cuales se podrá disfrutar de la visión que tenía el artista del placer de vivir a través de sus pinturas.
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Museo Thyssen-Bornemisza
hasta el 22 de enero de 2017
