Humor, fantasía, provocación o sexualidad son algunos de los rasgos del imaginario surrealista de la firma española. Pero… ¿es cierto que la diseñadora estuvo influenciada por este movimiento?
Impermeable de algodón acompañando al primer paraguas que confeccionó
Hace unos días la historiadora Charo Mora y la emblemática diseñadora Sybilla Sorondo conversaron en Caixa Forum Madrid sobre la trayectoria de la diseñadora, su peculiar estilo y las influencias que marcaron sus creaciones. Motivadas por la exposición actual: ‘Objetos de deseo. Surrealismo y diseño’ – del que ya hablamos en #VEINDIGITAL – decidieron conceder una emotiva pero muy interesante charla. En esta, se cuestionaba si el proceso creativo de la diseñadora estaba influido por el surrealismo. La respuesta es realmente ambigua. Ni la propia Sybilla podía contestarla. De hecho, lo negaba. Todo lo que ella diseñó, desde sus comienzos cuando era pequeña, hasta el día que, hecho el cierre a su tienda, era su refugio para interpretar el mundo. Uno lleno de volúmenes, formas insospechadas, una gama de colores propia. Y, sin duda alguna, una creatividad y pasión que rebosa por los cuatro costados.
Charo Mora te guiaba de una forma exquisita por toda la obra de Sybilla. Comparando cada elemento que forma parte del imaginario surrealista que estableció André Breton en su manifiesto en 1924. Junto con los elementos que han diferenciado a la firma y la han convertido en una de las más vanguardistas e influyentes de la industria de la moda. Por otro lado, Sybilla te conquista y te emociona. No solo por las obras de arte que confeccionaba, sino, por la pasión con la que habla sobre su propio trabajo. Y, aunque al principio la timidez pudiera con su voz, se consiguió abrir de una forma increíble, emocionándose con sus trabajos. O, incluso, criticándolo. Muy inusual, pero muy noble y profesional por parte de esta gran mujer y diseñadora.
Gama de colores típica de Sybilla. Fotografia Juan Gatti
Diseño, arte y funcionalidad, van de la mano en la marca de Sybilla. Obtuvo un éxito muy temprano que la llevó también a una joven retirada de los medios. Pero continuó y continúa siendo fiel a un proceso artesano y delicado de hacer moda. Evitando la producción en serie que luego se vendería en muchísimas tiendas. Y, concibiendo piezas únicas para momentos determinados. Cuidando con especial mimo y reposo el proceso de patronaje. Que, cómo nos contaba en la charla, era sin duda el más importante para ella a medida que iba siendo más profesional.
Nos presentaba sus piezas más emblemáticas y nos contaba un poco las historias detrás de estas. Siempre tenía en mente “la idea de objetos que están vivos”. Como sus míticas sandalias o corbatas churro. Eran lo que ella llama “prendas relato”. Todas las piezas que confeccionan cuentan una historia. Pero, claro, al ser Sybilla, todo es diferente. Al contrario del resto de grandes diseñadores, ella creaba las prendas y luego la historia para justificarlas. Estas rebosan humor e ironía. Como el sombrero gato o el vestido negro de cut-outs que creó para la bailarina Blanca Lí. Este emblemático vestido entallado tenía como objetivo reunir los estereotipos españoles. La diseñadora lo consiguió. Con los cut-outs en la parte del pecho representó, los cuernos del toro, el sexo, la religión y el sol.
Vestido que confeccionó Sybilla para la bailarina Blanca Lí. Una alegoria española.
Si miramos actualmente a la industria de la moda, vemos cómo firmas internacionales como Moschino no se alejan del trabajo de Sybilla. Mucho más antiguo, pero totalmente vanguardista. Solo hay que recordar el último desfile que tuvo en lugar en la tienda de París que había abierto. Una auténtica feria de pueblo. Las modelos exhibiendo la ropa como si estuvieran en una fiesta, en vez de una pasarela. Trapecistas encima de los presentes con los vestidos de noche. Incluso los típicos juegos de feria donde podías ganar productos de la propia marca. Nadie nunca había visto algo parecido. Sin embargo, durante la última década hemos podido apreciar desfiles muy estilo Sybilla.
Al final de la conversación Sybilla, muy emocionada, afirmó que quizás sí, ella tenía mucho que ver con el surrealismo. Pero nunca le inspiró de forma directa, sino, que la moda había sido su forma de expresarse. Lo que le permitía sacar su creatividad e incluso lo que había en su subconsciente. Sybilla consiguió crear prendas únicas, que mezclaban la ficción y su mundo onírico, con la funcionalidad. Y todo esto lo probaba en su tienda junto a sus clientas. Afirmó que la mejor escuela era ver a otras mujeres probándose sus vestidos. Y, lo que más le emociona a día de hoy es que algunas de estas clientas le comenten que siguen manteniendo esa prenda y que es la favorita de su armario. Ojalá y algún día vuelva Sybilla.
Mientras tanto, en #VEINDIGITAL estamos preparando un contenido con las claves y looks más famosos de Sybilla. Así podrás profundizar más en su carrera profesional, y quedar impactado y emocionado con una de las diseñadoras que más ha aportado a la industria de la moda de todos los tiempos.
La colección Aeropuerto era una parodia del estilo de vida de Sybilla en sus primeros años de carrera
Fotografía de Javier Vallhonrat
Abrigo presentado durante la semana de la moda de Milán, invierno 1988
Abrigo con cuello terminado en flor, invierno 1988
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