Las calles, los cabarets y los cafés del París decimonónico más bohemio son los protagonistas de esta exposición que ya puede visitarse en el Caixaforum.
La canción de Montmartre. Jules Grün. 1900
Toulouse-Lautrec y el espíritu de Montmartre, la exposición organizada por Caixaforum, puede visitarse en Madrid hasta el 19 de mayo con la idea de conmemorar las calles, los cabarets y los cafés del barrio de Montmartre (París), como el escenario de una explosión creativa, marcada por la bohemia y la vanguardia de la mano de Henri de Toulouse-Lautrec y otros jóvenes artistas e intelectuales que desafiaron los cánones establecidos.
Édouard Manet (1832-1883), El encuentro de los gatos, 1869.
Otros artistas como Vincent van Gogh, Jean-Louis Forain, T. A. Steinlen, Pierre Bonnard o Édouard Vuillard también contribuyeron al florecimiento de un movimiento rompedor al margen de la burguesía. La exposición cuenta con más de 350 obras (de colecciones públicas y privadas) que representan un viaje por el París bohemio del s. XIX. Es una muestra para comprender el papel fundamental que el espíritu de Montmartre tuvo en el desarrollo del arte moderno, y la manera en la que Toulouse-Lautrec y sus contemporáneos influenciaron en la evolución de la producción artística efímera: carteles, ilustraciones, impresiones y diseños, que expandieron a nuevos públicos el espíritu bohemio y las creaciones artísticas.
La bella judía sale de compras de Hermann-Paul (1896)
Para 1880, Montmartre era una zona marginal y peligrosa apartada de París que empezó a atraer a numerosos jóvenes creadores. Los artistas Henri de Toulouse-Lautrec, Paul Signac, Pierre Bonnard y Henri-Gabriel Ibels, los intérpretes Aristide Bruant e Yvette Guilbert, los escritores Émile Goudeau, Alphonse Allais y Alfred Jarry, y los músicos Erik Satie, Vincent Hyspa y Gustave Charpentier se mudaron allí, con la idea de vivir con menos gastos, trabajar en el París bohemio y evitar la burguesía de la capital francesa.
Pierre Marie Louis Vidal (1849-1925), Cubierta para La Vie à Montmartre, 1897
Montmartre fue el denominador común geográfico de muchos artistas, que contribuyeron activamente a definir la estética vanguardista de la época, siendo sus propias calles, los cabarets, los cafés y los teatros una fuerte fuente de inspiración para ellos. Esta generación de artistas se veían a sí mismos al margen de la sociedad establecida y representaban el lado más oscuro de la vida de fin de siècle.
Toulouse-Lautrec representa una figura clave para enlazar a los artistas e intelectuales que situaron Montmartre en el punto de mira de la transgresión y la vanguardia de finales del s. XIX.
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