Bárbara Lennie: «lo que nos falta a las mujeres es llegar a los puestos de poder, pero estamos en ello”

15 / 12 / 2017
POR Marisa Fatás

En “Una especie de familia” la actriz da vida a una antiheroína que arroja luz sobre el vacío legal y las contradicciones de la moral social alrededor de la adopción en el norte de Argentina. Hablamos con ella.

 

 
En ‘Una especie de familia’, cinta que se estrena hoy en los cines españoles, el director argentino Diego Lerman pone el acento en la adopción como forma de construir una nueva familia, pero en unas condiciones en las que la moral, la justicia y la intervención del estado brillan por su ausencia.

La controversia

En ella no se señala el bien o el mal ni se ofrecen respuestas reduccionistas a un problema tan complejo en una zona, el norte de Argentina, en la que la adopción es ilegal. Más bien se representa el drama de los padres que no pueden tener hijos de forma natural ni tampoco adoptar, de las madres biológicas que dan a sus hijos en adopción en unas condiciones cuestionables o de los niños abandonados en los centros de acogida. “La realidad que refleja es complicada y a veces contradictoria y la película juega un poco a que el espectador vea y decida”, nos cuenta Bárbara Lennie. Por eso mismo despierta sentimientos encontrados y genera cierta controversia. “Hasta ahora la película ha estado girando por festivales de distintas partes del mundo y, por lo que me va contando Diego, las respuestas en general son bastante positivas. Sobre todo lo nota en los debates de después, donde se manifiestan opiniones curiosas y dispares  en lugares tan distintos como la India, Chicago, Europa”, continúa.

La disyuntiva

Malena, el personaje que interpreta Lennie, es una médico de Buenos Aires que cruza el país hasta llegar a un lugar pobre y desapacible donde espera poder adoptar un bebé. Allí se encuentra con una mafia velada que obstaculiza lo que en principio debía ser un trámite legal y que le obliga a tener que cuestionar unos límites que no se había planteado cruzar. Dar vida a una mujer que se encuentra en esa disyuntiva llevó a la actriz a plantearse su propio deseo de maternidad y también la estructura familiar. “Lo que está claro es que la maternidad no es un deber y me parece que ojalá todas las mujeres tuviéramos derecho a ser madres, en el caso de que lo deseemos. Pero me parece que también hay límites. Tiene que ver con la idea tan básica de ‘mi libertad se termina cuando invado la tuya’. Creo que no vale la explotación, no vale al abuso… hay cosas que no valen para ser madre. No vale pasar por encima de ciertas cosas”, afirma.

La ambivalencia

Malena es una mujer contradictoria con la que no siempre es fácil sentirse identificado y esa ambivalencia, descrita por Diego Lerman como la ‘no forma’, impregna transversalmente esta especie de thriller. “Ella nunca llega al final de las acciones, antes de cualquier resolución hay un paso atrás. En ese sentido, al leer el guión y afrontarlo como actriz pensaba «ostras, cómo hago de carne y hueso y defendible a una mujer que, la verdad, muchas veces no sé muy bien en dónde está. Es una tipa que no sabes muy bien por qué hace lo que hace o por qué su pulso interno tiene esa temperatura y por eso resulta desconcertante. Y a pesar de que es difícil empatizar con ella, esa era la apuesta de Diego. Él no quería que fuera una tipa que entiendas o que reaccione de alguna manera que a lo mejor es la que esperabas. Como actriz no quería que estuviera cómoda»”, explica.

El descoloque

¿Y cómo fue enfrentarse al desafío de dar forma a esa falta de definición? “Fuimos repasando el guión tratando de, en seguida, poner en el cuerpo las cosas y no quedarnos en el análisis de mesa. Fue un trabajo de inmersión, de tratar de entender la energía de ella y el descoloque vital tan profundo que tiene, porque es una mujer que ya no sabe cómo estar en su vida. Toda la estructura que tenía se le vino abajo. Su pareja, su proyecto de familia, su trabajo… Seguramente hace tiempo que no va, que está de baja, una mujer muy fuera de lo cotidiano, que no duerme, que no se alimenta bien… y era entrar en ese mundo de gran pérdida”, nos aclara.

Lo incómodo

De padres argentinos y nacida en Madrid en 1984, de muy niña Bárbara se trasladó a vivir a Buenos Aires hasta que en 1990 se estableció definitivamente en España. Desde siempre había querido rodar una película en Argentina y con ‘Una especie de familia’ por fin se ha presentado la oportunidad. También ha sido la primera vez que ha trabajado bajo la dirección de Diego Lerman, a quien define como alguien que “es trash, le gusta el rock & roll y no es un director de cine acomodado. A Diego le gusta la incomodidad, ponerte en lugares incómodos y es hiperexigente. Es un hombre con mucho humor. Ha sido muy generoso conmigo. Me he sentido su aliada, no solo a su servicio como actriz, sino también como su compañera para contar esta historia. Es un militante de la vida, es un apasionado, es un sufridor y un disfrutón”

Lo magnético

Bárbara Lennie nos tiene acostumbrados a representar papeles femeninos fuertes, desconcertantes y siempre magnéticos. Personajes que, por otra parte, cada vez tienen más cabida en el cine y que llegan a la gran pantalla para quedarse. “Ya no hay vuelta atrás. Soy optimista y quiero creer que sí, que eso va a ocurrir, que hay un camino al empoderamiento femenino que es inevitable y necesario. Además es una realidad. Los grandes espectadores que tenemos son mujeres y mujeres, además, que demandan películas en las que ellas puedan sentirse identificadas y con realidades que les interesen. Mira lo que ha pasado con ‘La Librería’ de Isabel Coixet, que a priori no se sabía cómo iba a funcionar, lo ha petado. O ‘Verano del 93’ Carla Simón,  una película que ha estado viajando por el mundo, en la que la protagonista es una niña y donde se cuenta la realidad de una mujer. Es un momento bastante excitante. Lo que falta es llegar a los puestos de poder, pero estamos en ello”, concluye.

La fortuna

En ese sentido, la carrera de Bárbara Lennie es muy inspiradora. Aunque fue descubierta por muchos con ‘Magical Girl’ de Carlos Vermut en 2014 y su papel protagonista que le valió un Goya a la mejor actriz protagonista, su carrera, de fondo, viene de lejos. “En mi caso ha sido una mezcla de suerte y de búsqueda. Por un lado en este trabajo, imagino que como en casi todos, hay que tener suerte, estar a veces en el lugar, conocer a la persona, etc.. Por otro creo que consiste en una búsqueda consciente, consecuente y que ha sido laboriosa a lo largo de todos estos años que llevo currando. La verdad es que pienso en las películas en las que he trabajado recientemente como ‘La enfermedad del domingo’ de Ramón Salazar, ‘Petra’ de Jaime Rosales, ‘Todos lo saben’ de Asghar Farhadi o la propia ‘Una especie de familia’ y me siento muy afortunada», nos confiesa.