Nuria Giménez Lorang: “My Mexican Bretzel se ha construido a partir de una cadena de mirillas”

10 / 12 / 2020
POR Elisa Sanz

La directora barcelonesa nos habla sobre su opera prima. Donde la ficción y la verosimilitud se unen para crear el mundo de Vivian Barrett.  

Cuando estamos viendo ‘My Mexican Bretzel’ nos adentramos en un mundo en el que no sabemos si lo que estamos viendo es real o ficticio. Sin embargo, no se trata de una película de ciencia ficción o de suspense. No. Es mucho más complejo. El largometraje trata sobre la vida de Vivian Barrett con imágenes grabadas por su marido, Leo Barrett. Nuestra protagonista es una mujer acomodada que reflexiona sobre la vida y su propia existencia tras la Segunda Guerra Mundial. Nos adentramos en su diario escrito durante los años 40 y 60, a través de unas imágenes de archivo grabadas en Súper 8 y 16 mm.

La película nos desempolva el diario de Vivian y nos revela muchas de sus anécdotas y sentimientos. Las idas y venidas de su matrimonio, el romance con su amante, sus problemas de salud. También, va a meditar sobre la acción de filmar, nos va a mencionar infinitas veces al escritor, Kharjapali, su gurú mágico que la acompaña siempre y le hace reflexionar sobre lo que es real o no. Además, vamos a conocer sus miedos, las cosas que la hacen feliz y sus supersticiones.

Hasta aquí todo correcto. Pero en el mismo instante en el que empieza la película, el famoso escritor y gurú de Vivian, Kharjapali, nos dice que todo lo que vamos a ver es mentira. A ello se suma que la película es muda. Sí tiene algunos sonidos ambientes, pero no hay ningún diálogo. Solo nos vamos a encontrar unos subtítulos narrando lo que hay escrito en el mismísimo diario de Vivian. Sin embargo, la película te engancha, te envuelve en un mundo un tanto onírico, pero a la vez verosímil. Te identificas con la propia Vivian. Sientes lo que ella siente, piensas lo que ella piensa. Estableces un vínculo con el personaje que va más allá de la propia película. Tanto, que cuando acaba piensas que lo que has visto es verdad.

Todo este melodrama ha sido creado a partir de las bobinas que un día se encontró la propia directora, Nuria Giménez Lorang, en el sótano suizo de sus abuelos. Un auténtico tesoro que decidió desenterrar para que pudiera ver la luz. Montó a su parecer las imágenes que habían grabados sus abuelos y escribió una historia paralela para hacernos creer que lo que vemos es verosímil. Y seguramente, lo que vemos tenga algo de verdad. Y esa verdad tenga algo de mentira. Porque cuando disfrutamos de ‘My Mexican Bretzel’ entramos en una especie de juego guiado por la directora de forma muy aguda e inteligente.

‘My Mexican Bretzel’ ha sido estrenada en numerosos festivales, como, por ejemplo, el Festival de San Sebastián o El Festival Internacional de Cine de Monterrey. Además, ha tenido muy buena acogida por el público y es considerada una de las mejores películas de este año. Recientemente, se añadió al line-up de Avalon para el segundo semestre de este 2020. Si no quieres perder la oportunidad de ver esta joya, se estrena en cines el próximo 11 de diciembre.

A continuación, hablamos con la directora, Nuria Giménez Lorang, para que nos revele más información sobre ‘My Mexican Bretzel’.

¿Por qué elegiste un título tan llamativo y sugerente?

Cada vez que intento explicar el título, me meto en un percal complicado del que no logro salir airosa. Hay dos personas que han hecho dos interpretaciones del título que me encantan y que son súper válidas y mucho mejores. Una de las dos interpretaciones es que son los dos amores de Vivian. León, por un lado, que es el “Mexican”, y Leo por otro que es el “Bretzel”. Otra interpretación que me hicieron es que al final se desmonta toda la película: la píldora era un placebo, Kharjapali es un plagiador, etc. Y el título de alguna forma, también se cae. Sigue la misma estela que el resto de la película.

En la primera frase que hay en la película: “la mentira es solo otra forma de contar la verdad”, ya te está diciendo que lo que vas a ver no es real. Pero el sentimiento que te surge después de verla, es contrario. Piensas que todo, la mujer, su historia, Kharjapali o Lovedyn han existido. ¿Cómo surgió la idea?

Al principio no pretendía ser verosímil y creo que por eso lo he acabado siendo. Al mismo tiempo, desde el comienzo, yo anuncio que lo que vas a ver no es todo verdad. Y es fascinante, porque si yo no aviso o hubiese buscado la verosimilitud, seguramente hubiese llegado a algo mucho más falso o engañoso. Entonces, el hecho de avisar de alguna forma, hace que el espectador baje un poco la guardia, se olvida y se mete en la película.

También tengo que decir, que hay algunas cosas, como Dexamyl, existió. Era la competencia de Lovedyn en la película. Hice bastante trabajo de investigación sobre antidepresivos en los años 50. La carrera de LeMans donde pasa el accidente también es real…pienso que estas cosas ayudan a dar verosimilitud.

¿Pensabas que ibas a conseguir este efecto en el espectador?

¡Ni de coña, jajajaja! Tiene mucho que ver en la voluntad de creer. Y está muy relacionado con el cine, con la ilusión del cine. Dentro de la película, podemos ver la pastilla mágica, el gurú, Dios, las señales…Cuando termina la película y se destapa que todo era mentira, la gente me sigue preguntado, “¿pero entonces, el no tuvo un accidente?”, “¿pero entonces, tuvieron hijos?” Y es flipante, porque para mí tiene algo bonito también. Lo sostiene de alguna forma, le da cuerpo, una existencia a esos personajes que me parece maravilloso.

Tener estas imágenes de archivo tan antiguas son un auténtico tesoro, ¿cómo fue el momento de encontrarlas?

La emoción solificada. Pero claro, yo lo que vi fueron solo las bobinas. Que llevaban 40 años en el sótano. Y como yo digo un sótano suizo es como un hotel de lujo. La bobina en sí me parece fantástica, al igual que el celuloide, que los libros antiguos, tengo una especial obsesión con estos objetos. Pero claro, yo quería saber el contenido que tenía. Y, fui viendo el estado y la calidad tan estupendo que estaban y encima las imágenes que contenía, me fui viniendo arriba, cada vez tenía más ganas de hacer algo con ellas.

Las bobinas no fueron restauradas, lo que hay es un trabajo maravilloso y muy preciso de color que ha hecho, Federico DelPero, que ha retocado más de 300 planos. Para darle uniformidad a diferentes bobinas, y luego, por otro lado, hay una evolución cromática paralela a la evolución emocional de Vivian. Los colores son mucho más brillantes en la juventud de ella, cuando estaban enamorados, y como, poco a poco, eso se va debilitando y se va apagando.

Uno de los personajes que más me han llamado la atención es Kharjapali. Me llegué a creer que de verdad existía y después de ver la película busqué si tenía algún libro. ¿En qué te inspiraste para crear una especie de gurú que acompañó a Vivian durante gran parte de sus años?

Esa idea de gurú falso, la he visto en notas desde muy al principio. Yo me doy cuenta de mis obsesiones cuando releo lo que escribo, jajajaja. Se repetían muchas ideas, y la del gurú falso era una que me obsesionaba bastante. Además, me servía mucho para dar salida a cosas dichas en un diario que en boca de Vivian sonaban como forzadas. No me funcionaban. Entonces me fue estupendamente este gurú misterioso. Además, el gurú no se ve nunca y Leo tampoco. Y ahí entra la imaginación del espectador.

La película apenas tiene sonido, ¿por qué decidiste que esto fuera así? Si es cierto que hay algunos sonidos ambientes, música… en momentos muy concretos, ¿por qué los escogiste?

Jonathan Darch ha hecho también un trabajo espectacular con el sonido. Buscaba que gran parte de la película estuviera en silencio porque creo que estamos constantemente bombardeados por sonidos en todas partes siempre. Y, además, pienso que contemplar imágenes en movimiento en silencio tiene algo muy poderoso, muy poético, muy mágico. Y al mismo tiempo ese silencio, les da mucha más fuerza a los sonidos que hay. Los sonidos que hay expresan los sentimientos de Vivian y subrayar las obsesiones de Leo con los vehículos.

Fue un trabajo muy intenso son Jhonatan. Saber dónde poner los sonidos, la duración… en muchas ocasiones los sonidos no son trascendentales. Como al principio, las pisadas al subirse a la avioneta.

 

Otro de los asuntos que me llama la atención de la película es cómo Vivian habla y rechaza que su marido, León, este todo el día grabando. Me resultó hasta cómico porque demoniza las cintas de vídeo, pero a la vez estamos viendo y conociendo toda su vida a través de esas imágenes que grababan. ¿Qué nos puedes comentar sobre esto?

Yo lo enlazo mucho con el concepto de lo que supone “filmar al otro”. Cuando “filmas al otro”, hay de alguna forma una apropiación y se ejerce un “violencia”. Lo que a mí me pasó durante el proceso fue que también ejercí una “violencia” utilizando material ajeno de mi abuelo. Porque yo hago lo mismo que hace Leo con la cámara. Es muy delicado manipular material ajeno, además, de una persona que ya no está. Me imponía mucho respeto y lo he tratado y manipulado, pero con mucho cuidado. Es una “cadena de mirillas”, vosotros veis lo que yo os muestro, de lo que yo he visto, de lo que Leo ha visto y me ha enseñado. Al final es como un círculo.

Además, hay un pensamiento de Vivian que es muy actual. Cuando ella declara que cuando se graban “actúan” para mostrar una realidad “feliz”. Esto tiene que ver mucho con lo que vemos en las redes sociales, ¿era tu intención o es más un instinto del ser humano mostrar su felicidad?

Esto es una reflexión del siglo XXI. Hay un comportamiento compulsivo, relacionarnos con la realidad a través de las cámaras y mostrar solo esa parte. Pero, pienso que este comportamiento ha existido siempre. De hecho, en los diarios…aunque también se muestran las miserias, el monologo interno, etc. pero, siempre hay una selección de los hechos que tú quieres relatarte a ti mismo. Igual que en la fotografía, es decir, siempre dejas fuera una parte de la realidad del relato que haces de tu propia vida.

Esto no lo identifico tanto con positivo, negativo, feliz o infeliz. Sino, la manipulación de tu propia memoria, de cómo te reinterpretas y de construyes.

Y para finalizar, el largometraje se ha proyectado en muchos festivales y ha tenido muy buena acogida, ¿esperabas esta reacción por parte del público?

Para nada, ha sido una sorpresa muy grata, maravillosa y estoy súper agradecida. Y en gran parte porque la gente se la ha ido recomendando. Ha tenido un recorrido espectacular. Y la verdad, que estoy muy contenta.

Cuando hablo con la gente, noto que ha llegado. La película ha conectado con una persona sin conocerla. Pero yo estoy no lo había vivido, me había pasado como receptora. Pero, me he dado cuenta del poder que puede tener cualquier creación para establecer vínculos con otras personas. Me parece muy bonito, la verdad.