La cantante argentina nos enseña cómo superar una ruptura a ritmo de ‘bossa nova’ y sonidos urbanos.
Una mujer abatida, tumbada en una cama. Oímos: “quiero poder mirarme al espejo desnuda”. A continuación, una lágrima sale de su ojo y vemos un vaso a punto de desbordarse. Así comienza ‘Clean Baby’ el adelanto que Simona nos ofrece del que será su primer EP.
El resto del videoclip es una enseñanza sobre cómo frenar el llanto, cómo evitar que el vaso no termine por derramarse. Para ello, entran en escena las amigas de la cantante. La amistad se reivindica visualmente como elemento clave en el proceso de curación. Aparecen recogiendo las cajas de la protagonista, compartiendo el peso de los recuerdos de una relación acabada. La bañan, como si acabando con la suciedad de su cuerpo acabaran con la toxicidad de su interior. Después, en esa misma bañera, Simona aparecerá rodeada de plantas, floreciendo, volviendo a brotar. Incluso bailan a un mismo tiempo. Durante la coreografía, pasan su mano por el brazo opuesto, recorriéndolo desde el hombro hasta la punta de los dedos: fuera malas energías.
En una de las pocas escenas que encontramos sola a Simona, un velo blanco y transparente cubre su cabeza. Aquí el símbolo cambia de sentido: no se relaciona con el matrimonio, sino con el compromiso, la pureza y la transparencia con una misma.
La directora de la pieza audiovisual, Vero von Hunefeld (Landia), ha sabido construir un espacio agradable visualmente, de colores pastel y elementos delicados, que convive a la perfección con la producción musical, que ha corrido a cargo de V3NUS y Lucky Juan. Y es que, aunque la letra habla de un corazón roto, la música nos lleva a un lugar cálido y relajante.
El video termina con Simona fumando. Detrás, en segundo plano, la ropa tendida de su expareja arde; una imagen que nos habla de empoderarnos y romper definitivamente con pasado que nos hizo daño.
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