3 claves para disfrutar del arte de Balthus

04 / 02 / 2019
POR Antonina Cupe

Artista controvertido donde los haya, la sombra de la perversión planeó siempre sobre su obra. Ahora una exposición retrospectiva en el Thyssen nos invita a sumergirnos en su universo.

 

Thérèse soñando, 1938.

 
Balthus es uno de los grandes maestros del siglo XX. Tan admirado como rechazado, su obra sigue generando debate hoy en día. En pleno desarrollo de las vanguardias, Balthus siguió su propio camino con un lenguaje pictórico de formas contundentes y contornos muy delimitados. Nunca tomó clases de pintura, aprendió de forma autodidacta, admirando a los mejores. Pintó poco más de 300 obras, mientras que artistas como Renoir firmaron más de 5000, y la mayor parte pertenecen a coleccionistas privados. Para artistas como Pablo Picasso y Joan Miró, fue un genio, además de un amigo. La sombra de la perversión planeó incansable sobre su persona, pero él siempre defendió su mirada.
 
Supo transmitir sentimientos contradictorios con su trabajo, tranquilidad y tensión extrema al mismo tiempo, erotismo e inocencia, sueño y misterio. Cuando la Tate Gallery pidió al artista una breve reseña biográfica para una muestra que organizaba sobre él, esto es lo que envió: “Balthus es un pintor acerca del cual no se sabe nada”. Ahora El Thyssen-Bornemisza organiza junto a la Fundación Beyeler una exposición retrospectiva que reúne pinturas clave de todas las etapas de la carrera del artista desde que comenzara su andadura en los años 20 y que podrá visitarse desde el próximo 19 de febrero hasta el 26 de mayo.
 
Desde VEIN queremos compartir 3 claves para que disfrutes de su obra y llegues a tu propia conclusión. Porque todo está en la mirada.
 

Chica y gato, 1937.


 
 

¿Un artista puro o perverso?

Algunas de sus obras pueden resultar ofensivas y muchos museos no dudan en advertirlo cuando exponen su trabajo. Y es que sus pinturas de jovencitas preadolescentes en posiciones sugerentes le han valido la etiqueta de “artista pervertido». Intentó lavar su imagen en sus Memorias alegando que su sensibilidad era fruto de una infancia protectora, que él nunca quiso perder ese espíritu infantil. ¿Será por eso por lo que he pintado con tanto tesón flores y muchachas en flor?” se preguntaba el artista en sus memorias. Asegura que en su forma de mirarlas y tratarlas no hay un ápice de perversión, pues representan la pureza más absoluta. Sin embargo, su trabajo sigue provocando rechazo. Hace dos años una petición online reunió más de 10.000 firmas para la retirada del MET de la pintura “Thérèse Dreaming” en la que aparece la joven de unos 13 años recostada y con una pierna subida a la silla, por lo que se le ve la ropa interior. En 2014 el director del Museo Folkwang en Essen prefirió cancelar una exposición programada del artista por las presiones. Tacharon a Balthus de pedófilo y al museo de cómplice.
 

Thérèse retratada en 1938.

 
 

La pornografía en su obra 

Él siempre defendió que su trabajo no tenía nada de pornográfico o de pedófilo dada la edad de sus modelos. Sin embargo la sombra de la pedofilia siempre acompañó a su obra, incluso en su primera exposición en 1934. Se presentaron seis pinturas en París que el público consideró demasiado provocadoras y nadie quiso adquirir, lo que provocó que intentara suicidarse unos meses más tarde. Setsuko Ideta, la viuda del artista, defendió la mirada de su marido en una entrevista para El País. ”Creo que los cristianos tienen un problema con el erotismo. Soy animista y para nosotros el sexo es maravilloso”, aseguraba. La única obra que el propio Balthus reconoce como pornográfica es “La lección de guitarra” que pintó con 28 años. En ella aparece una profesora de música tañendo la vulva de una niña recostada en su regazo.  Una pintura que ha pasado por manos de Pierre Matisse, el MoMA y una docena de coleccionistas particulares.
 

Miedo a los fantasmas, 1933

 
 

Un generador de debate

Con los tiempos que corren, es posible que Balthus hubiese sido aún más demonizado hoy en día que entonces, pero su obra abre un debate interesante acerca del erotismo, la mirada y la expresión creativa. A través del arte podemos observar y debatir acerca de la evolución de la cultura y por consiguiente de la sociedad. ¿Se podría montar a día de hoy una exposición de un artista que pinta modelos preadolescentes y refleja una sexualidad por otro lado innata del ser humano? Es poco probable. Y si se hiciese sería una provocación, pues vivimos en un momento marcado por lo “políticamente correcto”, algo quizá irremediable para combatir las problemáticas de nuestros tiempos. Balthus creó obras de un realismo perturbador incluso hoy en día. Porque los escándalos de pedofilia nos siguen poniendo los pelos de punta y preferimos como sociedad censurar todo aquello que nos parezca que pueda, aunque sea remotamente, justificar o hacer apología de ello.
 
 

Lección de guitarra, 1934.

 

www.museothyssen.org