Anna Atkins, autora del primer libro fotográfico

16 / 11 / 2020
POR Elisa Sanz

Considerada pionera en la botánica, fue además la «reina del lumen». Conoce aquí la historia de esta científica inglesa.

Lo más seguro que al leer el título, pensabas que íbamos a hablar de un libro fotográfico típico. Retratos, moda, paisajes…pues nada de eso. El primer álbum repleto de imágenes fue un libro botánico, concretamente sobre algas. Creado por Anna Atkins, que a día de hoy es considerada madre de la fotografía y pionera en su campo. Titulado ‘British Algae: Cyanotype Impressions’, fue un trabajo que le llevó una década de trabajo y se publicó por fascículos. Proporcionó a esta enciclopedia de algas un total de 389 impresiones fotográficas. Pero no de las típicas fotografías que te imaginas, sino, mediante un innovador uso de las nuevas tecnologías que empezaban a surgir en el siglo XIX. Conocidas como Lumen Prints. Ya hablamos en VEIN de esta técnica fotográfica tan primitiva. En la que gracias al sol y a la emulsión fotovoltaica se consigue plasmar el objeto deseado en el papel fotográfico.

Anna Atkins (Reino Unido, 1799-1871) fue hija de un respetado científico inglés, por lo que, desde muy pequeña se le ofreció una buena educación científica. De hecho, su padre era muy adelantado para su tiempo, y consideraba que no había que tener distinción educativa entre hombres y mujeres. La pequeña Atkins mostró un gran interés por la ciencia y por el arte. Comenzó su carrera científica creando grabados de conchas. Pero, a la edad de 26 años se casó con el comerciante John Pelly Atkins, y durante esa época fue cuando prestó toda su atención a la botánica. Recolectó y almacenó gran número de plantas, elaborando valiosos herbarios. Tanta fue su repercusión que en 1839 se unió a la Sociedad Botánica de Londres. Hecho muy inusual para aquella época, debido a la dificultad para las mujeres de entrar en estas instituciones.

Durante este periodo, muchos científicos empezaban a experimentar con la fotografía. Apareciendo así las impresiones lumínicas. Tan pronto como la botánica inglesa conoció esta técnica, comprendió la importancia de este hecho. La fotografía conseguiría un mayor rigor científico que las ilustraciones botánicas que pintaba. Otro suceso que llevó a Atkins a crear el primer libro fotográfico de la historia fue encontrarse con el manual de Henry Harvey. La obra de este botánico mostraba un listado y descripción de los diferentes tipos de alga que había recolectado. Sin embargo, Atkins, avisó de un fallo. Más bien de un falló, una falta de ilustración.

Por todo esto, se puso manos a la obra y se encargó de hacer su propia enciclopedia de algas. De todas estas que había estado recolectando por las zonas de la costa del sudeste de Inglaterra y los lagos alrededor de Kent. El proceso de cianotipia le permitía captar cualquier pequeño detalle de la vegetación que iba a incluir en el libro. La cianotipia conseguía ese efecto azulón tan característico de Atkins. ‘British Algae: Cyanotype Impressions’, fue saliendo a la luz por fascículos, sin embargo, la inglesa tardó 10 años en poder completarlo.

Esta enciclopedia no solo tuvo un resultado científico, sino, también artístico. Atkins hizo un trabajo muy meticuloso, creando bellas composiciones con las algas. Incluso, los pies de fotos estaban hechos por su propia mano y denotaban una gran inventiva. La científica fue una auténtica visionaria. Se percató de la importancia de este nuevo medio artístico que podía ofrecer miles de resultados en otros ámbitos, como el científico.

Posteriormente, Atkins trabajó con mucho empeño en dar a conocer el trabajo de otros contemporáneos que se dedicaban a la botánica y a la fotografía. Tampoco dejó de lado sus propias investigaciones. De hecho, publicó dos enciclopedias más sobre algas que continuaban siendo ilustradas con el proceso de cianotipia.