Hoy se estrena en los EE.UU. esta película por la que Sofia Coppola se convirtió el mes pasado en la primera mujer en ganar el premio a Mejor Director en 50 años en el Festival de Cine de Cannes. ‘La Seducción’ -hasta ahora traducida en España como ‘El seductor’, se basa en la novela de Thomas P. Cullinan de 1966, ‘A Painted Devil’, llevado ya al cine en 1971 y protagonizado en aquella ocasión por Clint Eastwood. Como en la obra original, la película se desarrolla en un colegio de niñas aislado. En ella Nicole Kidman interpreta a la directora Miss Martha, Kirsten Dunst es la maestra Edwina, mientras que Elle Fanning es Alicia, una adolescente reflexiva y rebelde, Alicia.
Para este film, que analiza las escasas ocasiones de representación de las experiencias femeninas durante la guerra civil, Sofía Coppola ha contado con su amiga la diseñadora Stacey Battat, quien se ha encargado de crear el vestuario de la mayoría del reparto femenino. Tal y como explicaba la directora hace unos días, el proceso de búsqueda para un vestuario de este tipo comenzó primeramente con una investigación sobre la Guerra Civil, y, tras las reuniones entre Battat, Sofia, Anne Ross -diseñadora de producción- y Philippe Le Sourd -director de fotografía-, se llegó a la conclusión de que aunque generalmente en esa época no llevaban colores pastel porque estaban de luto, las chicas en la película si vestirían con este tipo de tonalidades. Desde el principio tuvieron claro que las elecciones del vestuario histórico harían un guiño desde un punto de vista más fresco y moderno.
Los armarios de los tres personajes principales reflejan a la perfección las personalidades de cada una de ellas. La señorita Marta representada por Nicole Kidman en general no viste con muchos colores, pues su personalidad es severa, mientras que Edwina, el personaje de Kirsten Dunst, tiene un carácter más romántico y por eso en su vestuario hay prendas con puntos suizos y estampados florales. En cambio Alicia, interpretada por Elle Fanning, la más salvaje, lleva de vez en cuando algún botón desabrochado en sus camisas y su peinado es con el pelo suelto, algo muy poco común en esa época.
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