Baldaquí o cómo vencer el antagonismo cultural a través de la moda

22 / 06 / 2021
POR David Alarcón

Oriente y Occidente se encuentran en HÂFU, la primera colección de la diseñadora María Baldaquí, ferviente defensora de la libertad de expresión y el slow fashion.

HÂFU, la primera colección de Baldaquí / Fotografía: María Martínez

“Seas como seas, nunca gustarás a todo el mundo, céntrate en gustarte a ti”, comenta la joven diseñadora alicantina María Baldaquí cuando le preguntamos cuándo y de qué forma se produjo su primera incursión en el fascinante -a la par que aterrador- mundo de la moda. Una reflexión que se desprende de hechos anecdóticos y meras casualidades, y que encierra el resultado de un debate interno tras una difícil etapa a la que tuvo que hacer frente en su adolescencia. “A raíz de esas palabras empecé a “rehacerme”, y el factor determinante para esto sin ninguna duda fue mi forma de vestir”, concluye.

Amante confesa del trabajo de Peter Do, una de las firmas más celebradas de los últimos tiempos y a la que atribuye en parte su actual concepción de la sastrería, María presenta ahora su primera colección bajo el paraguas de su firma de moda, Baldaquí, a la que dio vida hace tan solo unos meses. “Este curso, uno de nuestros objetivos era crear nuestra identidad como diseñadores y hacer una pequeña primera colección. Así que aproveché esta oportunidad”, nos explica. Un mayúsculo reto que implica ponerse a prueba, explorarse a uno mismo a través del autoconocimiento y presentarse ante el público con una propuesta debut que tiende a acompañar a los creativos de por vida.

HÂFU es su carta de presentación. Inspirada en la cultura japonesa y tratando de buscar un punto de equilibrio entre Oriente y Occidente, la diseñadora explora los dogmas tradicionales nipones, siendo crítica con todo aquello que considera injusto o inverosímil. “A primera vista son reglas muy acertadas, sin embargo hay varias de ellas que a la hora de la verdad se encuentran anticuadas”, comenta sobre las cuatro normas tradicionales de las que parte en su búsqueda por equilibrar la balanza entre dos aparentemente antagónicos: REI, WA, HONNE-TATEMAE Y TATE SHAKAI. Una interesante reflexión en la que pasado y presente se encuentran dando forma a una colección cargada de significado, que se traduce en forma de forros de tejido japonés y en la campaña que acompaña a la propuesta.

Hablamos con María para conocer cómo se siente tras haber lanzado su propia marca de moda, por qué ha decidido recurrir a los dogmas japoneses en su primera colección y de qué manera se cuestiona el mercado actual.

¿Quién es María Baldaquí?

Maria Baldaquí es una estudiante alicantina muy inquieta que, tras observar su entorno, busca su propia forma de cambiar una parte del mundo de la moda, estudiándola y siguiendo procesos de continuo crecimiento personal que posteriormente serán aplicados a sus proyectos.

Persiguiendo este objetivo, acabas de crear tu propia marca, Baldaquí. Todo un logro para cualquier estudiante de moda que sueña con hacerse un hueco en un mercado marcado por la competitividad y los cambios constantes. ¿Cómo te sientes?

Me encuentro en un momento de amor-odio con la idea, ya que es algo muy importante y precipitado que requiere mucha implicación. Pero a pesar de eso, es una decisión que he decidido llevar a cabo con mucha calma y que irá poco a poco, ya que soy plenamente consciente de que prefiero producir mucho antes calidad a cantidad.

Imagino que esta ha sido una decisión fruto de un largo proceso de análisis, en el que has valorado los pros y los contras que emprender un proyecto personal supone. ¿Por qué has decidido hacerlo ahora?

Este curso, uno de nuestros objetivos era crear nuestra identidad como diseñadores y hacer una pequeña primera colección. Mi identidad como marca y el tema de mi primera propuesta era algo que tenía muy claro desde hacía tiempo, y simplemente necesitaba tiempo para llevarlo a cabo y corregir ciertos detalles. Así que aproveché esta oportunidad y así nació Baldaquí.

¿Sientes que la formación recibida en la EASD Valencia, escuela en la que estudias, es suficiente para lanzarse a crear una firma de moda? ¿Es la educación reglada algo fundamental a la hora de asentar los conocimientos en esta materia?

En la EASD te facilitan muchos tipos de información muy útiles, ya que abordan prácticamente todos los campos que tiene que tener en cuenta un diseñador/a. Sin embargo, aún faltan muchos tipos de información como competencia y diseñadores actuales, información sobre proveedores, técnicas de diseño como el 3D… De todas formas, la educación reglada, en mi opinión, es fundamental. Durante los 4 años de formación aprendes habilidades necesarias para poder diseñar de forma correcta. Por ejemplo, patronaje y confección, temas de formación de empresas, manejo de programas informáticos básicos, marketing… Sin olvidar los consejos y ayuda de los profesionales en estos campos que forman el profesorado.

¿Y siempre tuviste claro que acabarías dedicándote a la moda? ¿Cómo se produjo tu primer acercamiento a esta disciplina?

Hasta la hora de elegir universidad no estuve nada segura. Toda mi vida me había querido dedicar al ámbito de la salud. Todo surgió a raíz de problemas de adaptación y bullying en los institutos en los que estuve, de los cuales saqué una conclusión muy simple: seas como seas nunca gustarás a todo el mundo, céntrate en gustarte a ti. A raíz de esas palabras empecé a “rehacerme”, y el factor determinante para esto sin ninguna duda fue mi forma de vestir. Me ayudó a ser yo, quererme más y ser más feliz, y es algo que pensé que podría compartir pudiendo también ayudar a otras personas. Por esto decidí dejar a un lado las ciencias y dejarme llevar por el mundo de la moda, y puedo decir que hoy en día estoy más que contenta de haber tomado esa decisión.

Ahora presentas tu primera colección, HÂFU, que significa “mitad” en japonés. La presencia nipona se advierte tanto en las prendas que componen la propuesta, como en el set y en las escenas que has recreado en su campaña. ¿Qué nos puedes contra sobre esta colección?

La riqueza cultural de Japón contiene una gran cantidad de tradiciones y costumbres propias muy desconocidas para el mundo occidental. Sin embargo, la cultura japonesa sí que está excesivamente influenciada por las costumbres e ideales occidentales en gran cantidad de aspectos. A la hora de vivir en Japón, encontraremos siempre grandes contrastes entre estos dos mundos, siendo en su gran mayoría representaciones muy distantes a la búsqueda de lo que podría ser una personalidad propia y selectiva de los factores que más gusten de cada cultura. En esta colección, por tanto, se busca encontrar un punto intermedio y equilibrado entre el grupo oriental y el occidental dentro del mismo Japón, buscando así un tercer grupo más equilibrado que mantenga su tradición pero se adapte a la influencia internacional, tanto estética como socialmente desde el punto de vista y valores de Baldaquí.

El machismo o la homofobia están presentes en una colección en la que Oriente y Occidente se encuentran entre las tonalidades beige, negras y burdeos que dan vida a HÂFU. ¿Es ésta una propuesta reivindicativa? ¿Qué papel juega lo social y cultural?

Dentro de la cultura japonesa existen cuatro dogmas: REI (culto a la forma y los buenos modales), WA (importancia de la armonía y la paz), HONNE-TATEMAE (dualidad interior-fachada del individuo) y el TATE SHAKAI (verticalidad en las relaciones). A primera vista son reglas muy acertadas, sin embargo hay varias de ellas que a la hora de la verdad se encuentran anticuadas. Destacando el HONNE-TATEMAE, por ejemplo, ya que se inclina a la anulación de los sentimientos y las falsas apariencias, lo cual termina por crear una sociedad vacía, falsa y sufridora. Como seres humanos tenemos derecho a expresarnos.

Por otro lado, el HONNE-TATEMAE es únicamente correcto en ciertas ocasiones. El respeto a tu superior en ámbitos laborales es necesario, así como en la relación de alumno a profesor, por ejemplo. Sin embargo, no es correcto cuando se declara y normaliza que la mujer es inferior al hombre, ya que en la cultura japonesa ésta es despreciada en gran cantidad de ámbitos de la vida cotidiana y simplemente de objetualiza como elemento de entretenimiento, como por ejemplo en el caso de las geishas. Además, socialmente la homosexualidad está rechazada completamente, siendo siempre las familias y parejas estandarizadas heterosexuales las que aparecen en todo tipo de series, publicidad, propaganda…

Dentro de la colección, el HONNE-TATEMAE se ve reflejado sobre todo en los forros de tejido japonés que asoman en mangas y bajos de tablas, representando los sentimientos que se van dejando ver por debajo de esa “neutralidad” que reflejan los colores lisos de los tejidos exteriores. El TATE SHAKAI y el tema de la homofobia se ven más reflejados en la campaña en sí, ya que lo que son las prendas como tal son totalmente agénero. Dentro de lo que son las imágenes, se ve cómo al principio la figura masculina es la que come primero mientras ellas esperan, y a lo largo de la campaña esto va cambiando. Además se advierte un romance entre las dos mujeres, quienes con pequeños gestos se demuestran su cariño y deseo. El REI y el WA se mantienen intactos, buscando un equilibrio entre la cultura oriental y la occidental, uniendo las formas, colores y estampados de manera sutil, dejando ver las esencias de ambas culturas en cada look sin romper la armonía de sus volúmenes y esencias.

A través de Baldaquí, dices cuestionarte el mercado actual. ¿A qué te refieres exactamente?

Muy concretamente me refiero al fast fashion como principal problema. La constante producción de prendas y nuevas colecciones está saturando el mercado, a los compradores, a los diseñadores, y como principal problema al medio ambiente. Estamos al borde de un colapso natural creado por nosotros mismos, y con el sector textil como uno de los principales problemas de éste. En Baldaquí apostamos por el slow fashion, una forma de producción lenta, de calidad y de larga durabilidad, que a la vez es sostenible.

La sostenibilidad y la durabilidad son dos de los pilares de tu filosofía de trabajo, apostando por una sastrería desvinculada de temporadas y tendencias. ¿Qué es la moda para ti?

La moda es una forma de expresión, una actitud. Son las ganas de crear y recrear constantemente tu propia imagen sin perder tu esencia. Escogí la sastrería porque es práctica, combinable, de calidad y se puede usar en muchos ámbitos. Sus elementos se pueden intercambiar y combinar de cientos de formas diferentes. Puede ser un seguro o una propuesta arriesgada, pero todo esto será a elección del individuo al que le pertenezcan las prendas. Como he explicado antes, el tema de la sostenibilidad es simplemente algo necesario, y en mi opinión va de la mano con la durabilidad. Si una prenda no aguanta en muy buen estado un largo período de tiempo tendremos que cambiarla periódicamente, con lo que volvemos a lo que pretendemos evitar.

¿En quién piensas cuando creas? ¿Cuáles son tus principales fuentes de inspiración?

Pienso en mi yo interior. Trato de buscar temas más bien abstractos que me produzcan curiosidad y me los cuestiono, les doy forma en mi cabeza. Juego mucho con las dicotomías y sus puntos intermedios. Con cada tema intento representar un poco cómo sería “x” en mi mundo ideal.

¿Y qué marca o diseñador ha supuesto un antes y un después en tu forma de entender el diseño de moda?

Podría asegurar que fue Peter Do. Su juego con el rediseño de la sastrería abrió muchas puertas en mi cabeza. Hasta que lo conocí concebía la sastrería como algo monótono y pesado, y no llegaba a encontrar ningún tipo de prenda que encajara con mi estilo.

Tu proyecto se encuentra aún en una primera fase introductoria, pero la venta de las piezas es fundamental para que una marca se mantenga en el tiempo. ¿Dónde y cómo piensas consolidarte en el mercado?

Mi objetivo es dar a elegir a mis clientxs si prefieren las prendas a medida o con tallas estandarizadas, por lo que las ventas se dividirán en online y físico, dependiendo de la opción elegida. El dónde aún está por definir, pero desde luego me gustaría mucho poder producir y vender en Valencia.

¿Es posible vivir de la moda en España?

Me temo que actualmente es algo realmente difícil. En España aún son demasiado fieles al fast fashion, y el concepto de inversión es demasiado poco abundante como para que una firma pequeña de moda de este tipo pueda tener un buen futuro.

Y por último, ¿dónde te gustaría verte dentro de cinco años?

Me gustaría ver Baldaquí bien consolidado, conocido, con una producción perfecta de los diseños y con unxs clientxs felices, que sepan valorar las prendas que adquieren y las lleven con orgullo. No tengo prisa, quiero hacer las cosas bien.

Créditos:

Dirección creativa: Maria Baldaquí 

Fotografía: María Martínez 

MUA: Marlin 

Prendas: Baldaquí 

Joyería: Marina Coso

Modelos: Carmen Duran Agency & 5.0 Models Management