Beyond Clueless: oda al cine adolescente

“High school is hypnotic”. Con esta frase empieza el (efectivamente) hipnótico tráiler de Beyond Clueless, el documental en el que Charlie Lyne analiza el cine de adolescentes a través de unas 200 películas que podrían ser catalogadas ya como clásicos del género. Lyne, que reconoce estar obsesionado con este tipo de cine desde que tiene uso de razón, sostiene que algo cambió para siempre en las teen movies a partir de 1995, año en que se estrenó Clueless.

Este documental –que es más bien un ensayo fílmico hecho a partir de footage extraído de las películas con una voz en off y una banda sonora original–, se estrenó el pasado mes de marzo en el festival South by Southwest (SXSW) y constituye el primer gran estudio sobre la revolución del género de las teen movies. En él se hace un recorrido por la que podría denominarse la época dorada del cine de adolescentes, hablando sobre su historia, sus personajes fetiche y sus temas predilectos, todo ello a través de escenas de las propias películas y siguiendo la estructura habitual de cualquiera de ellas.

Entre 1995 –año del estreno de Clueless– y 2004 –año del estreno de Mean Girls–, este género cinematográfico vivió un boom sin precedentes que logró que los cines y videoclubs de medio mundo se llenarán de historias sobre chicas populares, fiestas de instituto, bailes de fin de curso y asesinos en serie con una extraña fijación por cargarse a jovencitas. Como el propio Lyne explicaba en la campaña de Kickstarter que sirvió para financiar el documental, cuando se habla de cine de adolescentes mucha gente tiende a pensar en los clásicos de este género, como el célebre John Hughes o el icono adolescente por excelencia, Molly Ringwald. Sin embargo, para Charlie Lyne, nacido ya en los años 90, estos referentes forman parte de algo así como la prehistoria de las teen movies, un género que él identifica más bien con títulos como “Scream”, “Empire Records”, “Jóvenes y Brujas” o “Crueles intenciones”, y con nombres como los de Julia Stiles, Jennifer Love Hewitt, Heath Ledger o Neve Campbell.

Lyne sostiene que el éxito de este tipo de cine se debió, en gran medida, a su capacidad para reinventarse en la era post-John Hughes, haciendo caso omiso al tipo de películas que le habían precedido y añadiendo a este género altas dosis de humor, sabiduría y algo de mala leche, y burlándose en la propia cara de Hollywood de todo lo que la industria pensaba que sabía sobre su audiencia teen. Durante la década que se retrata en el documental, se estrenaron más películas de este género que en cualquier otro momento de su historia y, a pesar de que muchas de ellas compartían patrones y estereotipos, eran bastante diversas en cuanto a sus temáticas. Beyond Clueless es una reflexión sobre este fenómeno y una brillante deconstrucción de todos los clichés que lo conforman, pero también, un homenaje y una carta de amor a las películas que marcaron la juventud de su director.

Y es que, a pesar de ser consideradas como un género menor, las teen movies son parte indisociable de los recuerdos de adolescencia de todos los que nacimos entre los 80 y los 90 y, a pesar de que el universo yanqui que aparecía retratado en todas estas películas tenía poco que ver con lo que un adolescente promedio podía experimentar en nuestra querida España, de alguna manera, lograban que nos sintiéramos identificados con gran parte de sus argumentos. Aquí no teníamos bailes de fin de curso ni un equipo de fútbol con un quarterback sexy ni animadoras rubias con una líder malvada. Lo que sí teníamos eran preocupaciones similares a las de la chavalería estadounidense, como el subidón hormonal, la pérdida de la virginidad, los primeros amores y desamores, los rituales de paso o la desesperada necesidad de ser guay (o, en el peor de los casos, de ser simplemente aceptado). Y todo esto llegaba a nuestras pantallas en forma de película, justo en la etapa de nuestra vida en la que somos más fácilmente influenciables. El éxito estaba asegurado. Y la nostalgia que nos provocan hoy, también.

Como guinda del pastel, el documental está narrado por la que siempre será la favorita de todas las Jóvenes y Brujas, la maravillosamente inquietante Fairuza Balk, y la música corre a cargo de la banda de pop alternativo Summer Camp, cuyas letras, un tanto oscuras y altamente inspiradas por las obsesiones y conflictos de la adolescencia –de hecho, su cantante, Elisabeth Sankey, tiene un blog donde también deja caer alguna que otra perla relacionada con la cultura adolescente, como este post en el que analiza los outfits de los personajes de Reality Bites–, le acaban de dar la puntada final a este magnífico ensayo audiovisual.

Todos los que estábamos deseando abandonar nuestras retinas al placer culpable del cine adolescente y dejarnos hipnotizar por esos desfiles a cámara lenta por el pasillo del instituto, por fin podremos hacerlo este fin de semana en Madrid, ya que Beyond Clueless se proyectará el domingo en la Cineteca del Matadero, en el marco del FESTeen, el festival de cultura joven de Madrid.