«La idea de Bouquet siempre ha sido unir a gente para hacer proyectos, entendíamos que cada una de esas personas era una flor y que al juntarla con otra se creaba un ramo de flores». Sobre esta premisa florece Bouquet by, la materialización de una idea fruto de la sinergia entre María Ramírez y Amelia García.
Con sede en Madrid Río, Bouquet by es un espacio limpio, sencillo, con colores neutros y materiales cálidos, un lienzo en blanco que permite dar cabida a cualquier tipo de proyecto o taller.
María no puede acogerme de mejor manera, su bagaje como artista lo proyecta en todo lo que toca, se ve en su selección de libros y en como cambia las cosas de lugar, la admiro. Ella explica cómo ha sido el proceso de crear y mantener este espacio que se presenta como la mejor alternativa para dar vida a una bonita idea.
María, las flores siempre están ahí, en mucho de lo que proyectas. De manera innata quizás sea una manera de reivindicar tu relación con la naturaleza y con lo que te alcanza de ella. No sé cómo lo consideras pero ¿tienes algún porqué? Por dónde has crecido, lo que has visto…
Creo que desde que me mudé a Madrid siempre hubo flores. Las flores me traen paz, sólo me transmiten sensaciones bonitas, por eso me han acompañado a lo largo de los años de una manera u otra. Tú las eliges y las cuidas y ellas te hacen compañía.
Al final se termina haciendo activismo a través de reflejar la belleza que nos da la naturaleza, ayuda a simplificar de manera positiva en un contexto de desbordamiento. ¿Alguna vez has valorado ese posicionamiento?
Creo que por eso he terminado trabajando en dirección de arte. Nunca me habría imaginado que terminaría trabajando de ello, simplemente surgió, me empezaron a llamar para ello, y todo fue gracias a la visión o “activismo” con el que reflejaba mis propios proyectos, siempre reflejando belleza hasta en lo más dramático o triste.
Y a nivel creativo ¿cómo te sirves para construir e inspirarte con ello?
Todo. Todo es motivo de inspiración. Cada conversación con la gente que me rodea, cada experiencia que vivo, cada alimento que como. Intento observar cada detalle de cada cosa que me rodea y siempre es fuente de inspiración.
Por supuesto, es importante investigar y estudiar el trabajo de otros artistas/creativos para nutrir tu mente. Ahora mismo estoy leyendo un libro sobre Maruja Mallo y las artistas surrealistas de la generación del 27, que fueron silenciadas sólo por ser mujeres. Otro libro que me está gustando mucho es ‘El ojo en la mitología. Su simbolismo’ de Juan Eduardo Cirlot.
Bueno, antes que nada, ¿qué es Bouquet by? ¿Cómo definirías a la criatura?
Bouquet by es un proyecto que iniciamos Amelia García y yo, y surge de la necesidad de crear comunidad con otros artistas. Aunque hemos desarrollado nuestra trayectoria en solitario, nos hemos dado cuenta de que al juntarnos y buscar colaboradores con los que conectemos podemos abordar proyectos más ambiciosos y seguir profundizando en nuestra manera de crear y ver el mundo.
Para eso creamos Bouquet by, un proyecto que como nuestras creaciones, participa de varias disciplinas (dirección creativa, docencia, producción), apuesta por lo bello, por la creación de una comunidad de personas con ideas afines y por un arte que responda a los tiempos en los que vivimos y en el que público y los creadores se sientan cercanos entre sí.
Actualmente Bouquet by tiene sede en Madrid Río. Es un espacio multidisciplinar donde impartimos talleres, hacemos pequeñas producciones enfocadas en obra gráfica y textil de serigrafía y por último y más importante; tenemos una zona de co-working con seis mesas de trabajo.
En cuanto a Bouquet By ¿cuál fue la chispa que dió luz? ¿Hay alguna anécdota detrás del nombre?
Amelia y yo nos conocimos hace seis años cuando trabajábamos sin saberlo en proyectos con conceptos muy parecidos. Cuando nos conocimos y descubrimos que justo estábamos trabajando sobre el tema del desamor y que nuestros intereses eran los mismos empezamos a colaborar y a trabajar juntas.
Hice la portada de una edición especial de su proyecto ‘Querido’ y así continuamos con diferentes publicaciones editoriales. Una cosa va a la otra y cuando llegó la pandemia decidimos unirnos y poner nombre a esa unión.
La idea de Bouquet siempre ha sido unir a gente para hacer proyectos, entendíamos que cada una de esas personas era una flor y que al juntarla con otra se creaba un ramo de flores.
La palabra procede del francés ‘bouquet’ basado en ‘bosc’, variante dialectal de Normandía de ‘bois’ (bosque). Dicho término designa en francés una acumulación de vegetales: flores (ramo) o plantas (manojo).
Queríamos nombrar cada colaboración por el nombre de nuestro artista asociado. Nuestra primera colaboración fue junto a nuestro amigo Tim Colmant. Hicimos una edición de 50 camisetas con un diseño que hizo para nosotras. Cada colaboración estaría nombrada por el proyecto y su creador: Bouquet by Tim Colmant.
Nuestro nombre es una metáfora de nuestras intenciones, queremos formar un ramillete de diferentes actividades, compuesto por personas creativas muy diversas de todo el mundo, en el que el conjunto sea reforzado por todas las aportaciones individuales y en el que quepan todas las posibilidades.
¿Quiénes lo forman ahora?
Sigo proyectando ideas con Amelia pero en la parte de estudio actualmente estoy sola ante el peligro. Sí, ante el peligro porque es difícil hoy en día tener un espacio físico en Madrid.
En el coworking estamos Emilio Lorente, Álvaro Pérez, Lizzie Frost y Soledad Torres. Todos son personas increíbles a las que respeto y admiro mucho. Me encanta tener un espacio de coworking porque surge mucha sinergia entre los que estamos allí, surgen proyectos y nos pasamos trabajos los unos a los otros.
Madrid cada vez se complica más a la hora de conseguir un lugar asequible tanto para vivir como para trabajar ¿Cómo fue el proceso de conseguir un espacio y hacerlo a tu gusto? Por cierto creo que concentra una delicadeza muy especial.
El espacio físico llegó cuando ya estaba creado el proyecto de Bouquet. El espacio físico en principio no iba a ser la sede de Bouquet ya que Amelia reside en Murcia y yo en Madrid. Pero el destino quiso que ese espacio en Avenida de Manzanares finalmente tuviera el nombre de Bouquet.
Cuando cerró Ruda Studio (donde yo trabajaba y tenía mi estudio), Marion Bretagne y yo nos pusimos a buscar espacios físicos para seguir trabajando. Buscamos y desde el principio nos llamó mucho la atención el local de Madrid Río. Pero estaba destrozado y era una inversión medianamente grande. Da miedo meterse en una inversión así pero la loca de Marion y yo lo hicimos, con la ayuda de dos arquitectos que estaban empezando dentro de la construcción. Ellos decidieron coger este proyecto como experimento y finalmente salió bien. El espacio es limpio, sencillo, con colores neutros y materiales cálidos como la madera.
Verlo “acabado” (lo pongo entre comillas porque nunca consigo verlo acabado) me recordó a la sensación que tuve cuando me llegaron las primeras etiquetas enteladas de mi primera colección de pañuelos. Es una sensación increíble porque puedes visualizar y tocar una idea que tenías en la cabeza.
Sinceramente, hay días que veo el espacio y sigo sin creerme que sea mío.
¿Qué pasará a corto plazo en Bouquet By? ¿Hay algo programado o se va improvisando? O los dos.
Otra de las patas de este proyecto es la docencia. Llevamos casi cinco años organizando talleres y conferencias en distintas instituciones. Como docentes hemos impartido cursos de técnicas relacionadas con la encuadernación y también técnicas de decoración de papeles como marmoleado o suminagashi. También talleres de serigrafía como monoprint o estampado textil.
Con este proyecto queremos poner en contacto a nuestro equipo de artistas asociados con el público ofreciendo un tratamiento exclusivo y personalizado en el que el artista enseña la técnica a los alumnos en grupos reducidos, teniendo la posibilidad de tratar con él de manera directa como si se tratase de una clase magistral.
En enero empezamos con los talleres Bouquet by 2024. Entre ellos volveremos a tener taller de marmoleado con Amelia García, taller de pasta casera con Camarini (Kids edition), taller de Jabones con 33 o taller de serigrafía textil con Bouquet by (Kids edition).
Quiero que sea un espacio donde sucedan cosas, exposiciones, pop-ups, eventos en general. Por lo tanto estoy abierta a propuestas.
¿Crees que a nuestra generación le faltaron lugares que aglutinasen las distintas vertientes creativas? O simplemente, lugares que diesen la bienvenida de manera democrática ofreciendo a la vez calidad.
Creo que en toda generación siempre hay algún pequeño lugar donde pasan cosas o encuentres tu sitio (en pequeña o gran escala). Yo encontré mi lugar con Mad is Mad en su día (cuando estaba en la universidad), más tarde encontré mi lugar en Ruda Studio, donde tuve suerte de trabajar durante tres años.
Ahora que lo pienso, creo que al haber encontrado estos espacios y formado parte de ellos, algo dentro de mí quiso crear un espacio para otras personas.
¿Qué te encantaría que pasara en el espacio que has logrado?
Quiero que sea un espacio de referencia donde espontáneamente la gente venga a proponer impartir sus talleres o presentar sus proyectos o pop-ups, que sea un laboratorio de experimento, de comunidad y de unión.
¿Qué flores tiene tu bouquet favorito y a quién se lo regalarías?
Creo que una de mis flores favoritas y que no puede faltar en un ramo son los tulipanes. Y se lo regalaría a mis dos personas favoritas: Amelia y Elio.
Texto y fotografías de Rocío Madrid