Byronesque: la revolucionaria app para compras de moda vintage

06 / 07 / 2016
POR María Gil

¿Un abrigo de Dior de 1960?¿Un bañador de Chanel de 1996? Con esta aplicación puedes tener todo lo que quieras y más.

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A menudo somos caprichosos. Todo lo que queremos solemos conseguirlo o, al menos, solemos intentarlo. Pues bien, es así como pensó Gill Linton a la hora de desarrollar esta aplicación tan peculiar y sofisticada. Se llama Byronesque y no surgió de casualidad. Todo comenzó cuando a este creador y jefe de su propia editorial le llegó un correo de uno de sus clientes solicitándole una prenda de Yohi Yamamoto de 1994. Para sorpresa de ambos, gracias a la cantidad de contactos con los que él se codea, la prenda estaba localizada en menos de 24 horas. Fue este el punto de partida para una idea que está revolucionando el modo de comprar prendas vintage.

Maison Martin Margiela

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Yves Saint Laurent

El funcionamiento es bastante sencillo. La app cuenta con dos opciones: una que permite “explorar” las prendas que están disponibles procedentes de coleccionistas privados. Otra parte en la que se puede “solicitar” cualquier artículo. Tan solo hay que subir una foto de la prenda de tus sueños y etiquetarla con el nombre del diseñador, el año de creación y la talla. Byronesque hará el resto.

Yohji Yamamoto (1999)

 Comme des Garçons (1999)

Su red consta de más de 75 distribuidores y coleccionistas que ofrecen prendas que recorren desde los años 70 hasta años más recientes. Para algunos de ellos es una satisfacción saber que una prenda que llevaba años en su armario sirva ahora para alegrar a un cliente es probable que llevara mucho tiempo deseando llevarla encima.

Ya no hará falta recorrerse las calles buscando en todas las tiendas de segunda mano para encontrar algo que se asemeje a lo que buscamos, porque exactamente lo que buscamos lo podemos conseguir a golpe de Click.

 Comme des Garçons 

Maison Martin Margiela

Para aquel que busque un abrigo de Christian Dior de 1995 , unas botas de Vivienne Westwood de 1982 o un vestido de Gianni Versace de 1997, quizá Byronesque sea un buen punto de partida.

Vía AnOther