Cuatro claves para entender a Judith Butler

03 / 02 / 2022
POR Alba Rubio

Sus estudios sobre género han sentado las bases de la teoría queer. Su activismo feminista y su lucha por los derechos LGTBI han revolucionado el pensamiento de nuestro tiempo.

La Generalitat ha concedido a la filósofa y activista, Judith Butler, el XXXIII Premio Internacional Cataluña. La activista y profesora de Berkeley, ha realizado numerosos avances en el ámbito de la teoría feminista y queer, la filosofía, la política e incluso el psicoanálisis. Sus estudios de género, su activismo por los derechos de gays y lesbianas o su apoyo al movimiento queer han contribuido a desarrollar valores culturales por todo el mundo, haciendo de ella una de las intelectuales más destacadas de las últimas décadas.

“La categoría de sexo no es invariable ni natural, más bien es una utilización especialmente política de la categoría de naturaleza que obedece a los propósitos de la sexualidad reproductiva”.

En su obra, Butler defiende que no es posible distinguir entre sexo y género. La teoría que sostiene que el sexo es natural o biológico, mientras que el género es un constructo social solamente nos permite pensar dentro de la lógica del binarismo de género, es decir, que solo existen dos géneros. La idea de un sexo natural que se organiza en base a dos opciones opuestas y complementarias, masculino y femenino, perpetua el modelo heteronormativo que rige la sociedad.

El género se convierte para Butler en una actuación de acuerdo a las expectativas que la sociedad inscribe en los cuerpos al nacer, el género es algo que se hace. En su opinión, los cuerpos no sexuados no pueden ser leídos sin un género, por lo que tanto sexo como género son una construcción social.

“No hay una sola identidad. Yo viajo de una a otra”.

Las cuestiones sobre identidad son frecuentes en su obra. La filósofa reflexiona en torno a las múltiples identidades de una misma persona. Preguntándose sobre sí misma si debe reconocerse como mujer, lesbiana, judía o estadounidense. Ella viaja a través de una y otra, es todas y ninguna a la vez.

Su obra ‘El género en disputa’, considerado uno de los escritos fundacionales de la teoría queer, es una crítica a la idea esencialista de que las identidades de género son inmutables. Butler considera que términos como «masculino» o «femenino» están sujetos al cambio, ya que las connotaciones asociadas a cada uno cambian según las fronteras geopolíticas y la época. Los términos de la designación de género no pueden fijarse para siempre porque están en un proceso de constante cambio y apegarse a una sola identidad puede llegar a oprimir la identidad misma.

La teoría queer rechaza la clasificación de los individuos en dos únicas categorías universales ya que sostiene que existen un sinfín de variaciones culturales tras el género.

“El feminismo debe estar comprometido con la libertad de género, la igualdad radical y las alianzas con otras posiciones minoritarias o disidencias sexuales”.

El feminismo es una bandera de lucha que Butler lleva consigo desde sus inicios y que permea toda su obra. Los estudios de género involucran la teoría académica, la investigación, la política, ya que cuando se estudia la igualdad o la sexualidad también se habla de economía, de teoría social o de psicología.

La teoría de género no puede pensarse si no es en un contexto interdisciplinario, ya que trasciende a todos los niveles.  Judith propone una «igualdad radical», ya que para ella el feminismo no solo se opone a la discriminación de las mujeres, sino a cualquier forma de desigualdad basada en el género.

“Las mujeres, las personas de género disidente, las minorías sexuales, generalmente no son reconocidas y por ende viven en un cuerpo que tampoco lo es”.

Esta idea tiene que ver con su relación con las minorías y poblaciones vulneradas. Las personas que sufren acoso, discriminación social o económica o prejuicios culturales viven marginados, en la sombra y no como un sujeto social, sino como un fantasma. El reconocimiento debe ser una lucha constante. Es necesario subvertir la normalidad que invisibiliza la vida de muchas personas para que puedan vivir en libertad.

La teoría de Butler ha sentado las bases de la teoría queer y ha transformado el pensamiento de nuestro tiempo. Su deseo es hacer del mundo un lugar mejor, donde las personas puedan vivir con su género asignado o elegido, sin estigmas ni discriminación. Una lucha por la igualdad y la libertad y por el reconocimiento de la diversidad cultural.